⚠️ADVERTENCIA 🔞: Contenido +16 y +18
Abril vuelve a casa después de tres años, obligada por la enfermedad de su madre.
Lo último que esperaba era reencontrarse con Elías, su padrastro, el hombre con quien compartió un amor prohibido que marcó su vida para siempre.
Mientras intentan convivir bajo el mismo techo sin caer de nuevo, viejos sentimientos comienzan a despertar, las miradas se hacen mas largas, mientras las distancias se acortan y los límites desaparecen.
Esta es una historia de pasión, culpa y decisiones difíciles....
Porque hay amores que no deberían existir… pero existen...
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Lo que duele en silencio
-Capítulo 16-
El día comenzó gris, con el cielo cubierto de nubes bajas y el aire húmedo filtrándose por las ventanas. Abril despertó con una sensación de cansancio profundo, tenía el cuerpo adolorido, los músculos tensos, y una punzada en la cabeza que no cedía con nada. A pesar de eso, se obligó a bajar a desayunar con Clara y Elías, intentando mantener una apariencia normal, pero bastó con que Elías le preguntara si dormiría en casa esa noche para que todo se desmoronara.
—No lo sé, Elías. No estoy de humor para discutir siempre por lo mismo —respondió Abril, sin mirarlo.
El tono cortante sorprendió a Clara, que levantó la vista de su taza de té.
—Abril… ¿todo bien? —preguntó con suavidad.
—Sí, mamá, solo estoy cansada —dijo, con los ojos brillosos, evitando encontrarse con la mirada de Elías.
Elías frunció el ceño, pero no dijo nada. Solo apretó los labios y se cruzó de brazos, claramente incómodo. Para él, era difícil entender ese tipo de rechazo, su forma de preocuparse era torpe, directa, a veces demandante, y ella, se encontraba hipersensible, solo necesitaba espacio.
Clara se levantó, caminó hacia su hija y la abrazó sin pedir permiso. Abril se dejó envolver en ese abrazo maternal, quebrándose un poco más por dentro.
—Estás muy pálida, mi amor… tal vez deberías descansar en la cabaña de tu amiga. Te haría bien despejarte —susurró Clara, acariciándole el cabello.
Abril asintió con un leve movimiento de cabeza. No podía quedarse más tiempo allí, no con Elías observándola con esa mezcla de frustración y preocupación mal contenida.
Horas después, en la cabaña de Yazmín.
La pequeña cabaña, rodeada de árboles y silencio, fue un refugio perfecto, Abril apenas cruzó la puerta, se desplomó en el sofá. Yazmín la recibió con una expresión preocupada al verla tan pálida.
—Te ves como si te hubiera atropellado un tractor ¿Desde cuándo te sientes así?
—Desde hace días… pero hoy empeoró —murmuró Abril antes de cerrar los ojos.
Dominique la ayudó a recostarse, le tomó la temperatura y maldijo por lo bajo.
—Treinta y nueve Abril, estás con fiebre —dijo mientras le ponía una toalla húmeda en la frente.
Le dio un par de medicamentos, le preparó una infusión y apagó las luces para que pudiera descansar. El sueño llegó pronto, de forma profunda y agotada. Abril se durmió envuelta en mantas y suspiros entrecortados.
Ya entrada la noche, el celular de Abril vibró varias veces. Yazmín, sentada cerca, leyó la pantalla: Elías.
Lo ignoró la primera vez.
Pero luego volvió a sonar… y luego otra vez. Yazmim resopló, molesta, y terminó contestando.
—Abril está dormida, tiene fiebre —La voz de Yazmín fue directa, sin rodeos.
Hubo un silencio del otro lado.
—¿Quién eres? —preguntó Elías, tenso.
—La amiga que la cuida cuando vos la hacés llorar —respondió ella, sin suavizar el tono.
Silencio otra vez.
—¿Está bien? ¿Necesita algo? —La voz de Elías bajó, quebrándose levemente.
Yazmín uspiró, como si evaluara si valía la pena suavizarse.
—Lo que necesita es descansar…. Y pensar, no la llames más esta noche.
Y colgó.
Guardó el celular en la mesa, miró a Abril dormir con el rostro sudado y la respiración pesada… y se juró que no dejaría que su amiga se sintiera sola.
Ese Elías es el esposo de la mamá???
¿Como están?
Espero que bien. 💕
Me gustaría saber que opinan sobre Gael y Joan ¿les agradan?