Mila Haro y Avery Carter, son dos mujeres muy diferentes, pero con destino en común.
Mila es una joven virgen y universitaria que se esfuerza día a dia para sobrevivír, huérfana y criada en un orfanato desde que era una bebé, llegará a la mansión Carter y será la niñera de Evelyn Carter, la pequeña hija del libertino Axel Carter, hermano menor de Avery.
Avery es una mujer empoderada, CEO de la mejor empresa de ciudad Topacio, pero también es quien gobierna en el bajo mundo, conocida como "La Reina" es una mujer que obtiene todo lo que quiere por las buenas o por las malas y eso incluye a los hombres, ha tenido a todo hombre que le gusta, excepto a uno, a su esposo o mejor dicho futuro ex esposo, el misterioso detective Erick Leroy.
Secuela de la novela El Corazón de la Bestia.
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El mercenario para la CEO
Mila fue llevada hasta la recamará de Evelyn Carter, se maravilló de ver lo enorme que era, decorada con tonos rosas, parecía el cuarto de una princesa de caricatura, había un estante con libros infantiles, un pequeño escritorio con la mejor laptop, algo que tal vez una niña no necesitaba, tenía un pequeño espacio donde estaban colocadas todo tipo de muñecas, algunas permanecían en su caja selladas, realmente era una niña de mucho dinero a quien cuidaría, pero el dinero no lo era todo y el día que la conoció noto la profunda soledad en sus tiernos ojos.
- ¡Mila! - Escuchó gritar a la pequeña niña, acababa de llegar del colegio, vestía un uniforme de color negro, falda de tablones hasta sus rodillas un suéter y una camisa blanca debajo, sus largos cabellos estaban sujetados a dos medias coletas- ¿Eres mi nueva niñera? - Preguntó emocionada.
- Hola, si, lo soy, Señorita Carter- Dijo con formalidad, sabía que debía tratarla así.
- ¡Genial! ¡Al fin una niñera que me agrada! - Corrió a ella y la miro de pies a cabeza- Incluso eres bonita a papá le agradara eso- Continúo emocionada, Mila arqueo las cejas con cierta sorpresa. – Él se encargaba de contratarme a las niñeras antes, su principal requisito es que sean bonitas y rubias, por desgracia siempre terminaron siendo unas interesadas que solo querían quedarse con él, su dinero y a mí, mandarme lejos- Cruzó los brazos molesta, Mila escuchó con sorpresa, eso era demasiada información para su primer día.
- Bueno, yo solo seré tu niñera, me encargare de cuidarte muy bien ¿Te parece? - Se colocó a la altura de ella y acarició sus coletas, ella era una niña muy bonita.
- También tienes que cuidar a mi papá, él dice que a veces necesita cuidados a pesar de ser un adulto- Infló las mejillas recordando a su loco padre, Mila sonrió nerviosa, no era tan inocente a pesar de ser virgen y entendía el doble sentido de las palabras de ese hombre, que comenzaba a desagradarle.
- Bueno, que se contrate a su propia niñera, yo seres exclusiva para ti ¿Qué dices? – Ofreció, Evelyn asintió divertida, Mila le agrado mucho desde que la conoció y esperaba que su tía la contratara, ahora le agradaba más al saber que no tenía interés en cuidar a su papá, como las otras niñeras que solo querían cuidarlo a él y a ella la dejaban a un lado.
- Sí, sí, me agrada la idea- Tomó su mano y la jalo hasta donde había una puerta- Ayúdame a cambiarme, quiero comer algo y después hacer mis tareas, para tener el resto de la tarde para jugar ¿Te parece? – Preguntó emocionada, Mila abrió la boca de sorpresa al ver que estaba en otra habitación repleta de ropa, zapatos, bolsas, mochilas, joyería, todo tipo de cosas para mujer o en este caso para una niña, realmente era demasiado lo que veía y todo eran de marcas prestigiosas.
- Vaya, tienes mucha ropa- Dijo Mila sin poder salir de su sorpresa, Evelyn se sentó en un pequeño sofá, se quitó los zapatos y luego los calcetines.
- Si, papá, me lleva de compras cada que viene y también me trae regalos de los lugares que visita- Contesto mientras se quitaba el suéter, Mila asintió, se acercó a ella y pidió permiso para ayudarla, para que no se malinterpretaran la situación. Evelyn feliz dejo que Mila la ayudara a cambiarse, tan solo tenía diez años, desde muy pequeña le enseñaron a ser independiente, vestirse y hacer sus tareas solas era algo a lo que se acostumbró al cumplir seis años, aunque era feliz cuando su papá pasaba tiempo con ella y le ayudaba con sus tareas, también su tía Avery la ayudaba en ocasiones, pero ella normalmente estaba muy ocupada, no quería ser molestia, entendía que su papá tenía que viajar mucho por su trabajo, así que ella también quería ayudar, haciendo sus cosas por sí mismas, pero incluso en ocasiones se sentía sola y quería actuar como muchas niñas del colegio, que tenían a su papá y mamá juntos, les ayudaban hacer sus tareas, las bañaban e incluso vestían y pasaban tiempo con ellas.
Durante el resto de la tarde, Mila ayudo a Evelyn con sus deberes, primero comió, logró convencerla que comiera la mayoría de sus verduras, pues a Evelyn no le gustaban casi, después la ayudo con sus tareas, se sorprendió que una niña de solo diez años, llevara clases avanzadas, Evelyn era inteligente y notaba que se esforzaba mucho para cumplir con cada tarea, pero no podía evitar sentir triste por ella, la soledad en sus ojos era tan evidente, aunque tratara de ocultarla con una gran sonrisa y su forma animada de ser.
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Avery Carter miraba desde una pantalla plana fichas descriptivas con imágenes de hombres, todos tenían diferentes profesiones, tenía que elegir a uno para satisfacer sus necesidades y olvidarse de su estúpido ex esposo, pero no había nadie que le llamará la atención, suspiró frustrada, ¿Cómo es que se enamoró de alguien con una sola noche de sexo? Ok, fue una gran noche, pero solo fue una noche, no entendía que es lo que paso y tampoco porque él la rechazaba tanto, ella era hermosa, sexy, deseada por muchos hombres, excepto por él.
- ¡Ninguno sirve! – Lanzó el control contra la pantalla, su asistente suspiró al ver la ahora inservible pantalla.
- Aquí está el contrato de la señorita Mila Haro, también ya está todo listo para que de sus prácticas en la empresa- Dijo un hombre alto de cabellos castaños, no era musculoso, pero su altura lo compensaba, sus ojos eran oscuros y no podía negarlo era apuesto, solo que tenía un defecto- Señora Carter, recuerde me gusta lo mismo que a ti - Dijo con una leve sonrisa, Avery puso los ojos en blanco.
- No veo el problema- Comentó, el hombro hizo una cara de desagrado.
- Yo sí, créeme cariño- Dijo tratando de hacer que su voz sonara femenina- Es una lástima que no hayas podido volver montar a ese caballón – Se sentó en una silla y cruzó las piernas, muy femenil, Avery lo miro con decepción.
- Que desperdició- Dijo desanimada- Como sea, Giovanni, necesito a alguien, ya es un año sin nada de sexo- Agregó entre dientes.
- Lo sé, cariño, ya debes estar cerrada de nuevo, incluso debes de ser virgen otra vez- Comentó con tristeza, Avery arqueo las cejas molesta- Pero, tranquila, mira, el otro día vi a este hombre sexy, es un simple mercenario, algo que sé que no te importara – Saco su celular y se lo paso, Avery miro la fotografía de ese hombre, de piel no tan clara, musculoso, cabellos oscuros al igual que sus ojos, era algo de su gusto, no podía negarlo.
- ¿Mercenario? - Arqueo las cejas con curiosidad.
- Sip, del bajo mundo, ya sabes, pero se ve que es un semental, debería intentar ¿No crees? Digo si ya te metiste con un simple detective de quinta, un mercenario no es nada del otro mundo- Respondió emocionado, mientras movía sus manos como si fuera mujer.
- Está bien, contáctalo y ya sabes que hacer, lo haremos como siempre, con un contrato de por medio- Dijo devolviéndole el teléfono, siempre que tenía algo con un hombre agregaba un contrato de confidencialidad, nadie debía saber sobre su relación al menos que ella así lo quisiera, además les pagaba para que tuvieran sexo hasta que ella quisiera, no importaba el momento, día u hora, si ella quería follar, el hombre tenía que estar a sus disposición, para desgracia eso no funciono con Erick Leroy, él único que había tenido el privilegio de convertirse en su esposo, pudo haberlo tenido todo con ella, pero simplemente la rechazo.
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Mila finalmente asistió muy temprano a la universidad, para entregar los documentos de sus prácticas profesionales, por fortuna no tenía más que dos clases ese día, por lo que tendría tiempo suficiente para ir a la tienda y decirle a Franco que ya no podría continuar trabajando con él, sabía que la entendería, pues él sabía su situación actual.
- ¿Empresas Carter? – Dijo su profesor con cierta sorpresa, Mila asintió nerviosa, la familia Carter era famosa en Topacio tanto por los negocios como por la mafia. - ¿Cómo logró entrar ahí? – Preguntó con curiosidad.
- Solo ingrese mis documentos y me aceptaron- Mintió, no le gustaba hacerlo, pero tampoco podía decir que trabajaba como niñera de la menor Carter, era una de las cláusulas de su contrato, por seguridad tanto de ella, pero sobre todo de la pequeña Evelyn y por supuesto que entendía esa parte, era tan solo una niña.
- Bueno, mucha suerte Señorita Haro y por favor tenga mucho cuidado- Dijo el profesor mientras guardaba los documentos. Mila asintió y después se marchó a sus clases, pasaron de manera rápida, ahora que estaría dando sus prácticas sus horas de clases se reducían, pues tenía que también cumplir con cierto horario en la empresa Carter, además también está su trabajo como niñera de la pequeña Evelyn.
Después de clases, Mila fue a ver a Franco le explico que ya no podría trabajar con ella, a pesar de que se sintió algo molesto por decirle así de repente, acepto su renuncia y no dudo en pagarle su último sueldo, ella agradeció, con eso podría sobrevivir hasta su primer pago de su nuevo trabajo, miró la hora de su reloj, empezaría en la empresa hasta la semana siguiente, según las instrucciones del jefe de recursos humanos, por lo que tenía tiempo antes de ir por Evelyn al colegio, había quedado con el chofer, verse en el colegio.
- Vaya que cansada estoy- Se dejó caer en su viejo colchón, programo la alarma de su teléfono, dormiría tan solo dos horas, cerró sus ojos y se dispuso a dormir, necesitaba energías para cuidar muy bien de la pequeña Evelyn, era una niña tan tierna y encantadora, quería verla feliz.
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Avery Carter caminaba con elegancia, con aquel vestido rojo muy sensual, que hacía resaltar cada una de sus curvas, era una belleza de mujer, deseada por muchos, pero nadie se atrevía acercarse a ella por su temerario carácter, era apodada “La reina” subió al vehículo lujoso con elegancia, Giovanni su asistente le dijo que tenía todo listo para su encuentro, mientras el chofer conducía, leía el expediente del hombre con el que pronto tendría largas rondas de sexo, un año había sido mucho, por lo que estaba demasiado ansiosa, caliente, si, disfrutaría todo el día con ese hombre.
- Marco Antonelli – Leyó su nombre, era un mercenario con conocimientos militares, se encargaba de ciertos trabajos, como deshacerse de algunas personas, suspiró, no podía creer que existiera gente que contratara a ese tipo de personas, cuando lo mejor, según ella, era acabar personalmente con sus enemigos. – Treinta y cinco años – Murmuró, era un año menor que su futuro ex esposo, no podía evitar seguir comparándolo, su cuerpo no era tan fornido como el de Erick, pero esperaba que su amiguito lo compensara, no le importaba sino supiera usarlo, ella si sabría darle el uso que se merezca.
- Llegamos, Señora- Dijo el chofer deteniéndose, la puerta se abrió por fuera, Avery bajo con elegancia, camino por aquel estacionamiento privado, había sido llevada a una casa que tenía a las afueras de ciudad Topacio, donde tenía sus encuentros con los hombres, camino hasta la sala de la casa, todo estaba adornado con lujos y de manera neutral, continuo su camino hasta llegar a la recamará principal, justo frente a la puerta lo esperaba Giovanni.
- Se puso un poco difícil, pero ya está listo para ti – Hablo con emoción Giovanni, Avery asintió con una leve sonrisa, finalmente acabaría con su abstinencia.
Avery, soltó un largo suspiró, tenía que continuar con su vida, si Erick Leroy no la quería, entonces ella debía seguir, no podía seguir siendo fiel a un hombre que ni siquiera se acordaba de ella, entró a la recamará y cerró la puerta tras ella, miro al hombre en la cama, sonrió, ahora entendía a lo que se refirió Giovanni con que se puso poco difícil, aquel hombre, Marco Antonelli, estaba atado de pies a manos en la cama, amordazado, totalmente desnudo y con una gran erección, tenía un buen tamaño y grosor, no lo que esperaba, pero podría ser útil por un tiempo, camino hasta la cama, se acercó al buró donde había un frascos de pastillas, empezó a reír, entendía el porqué de su tremenda erección, Giovanni sí que era un buen empleado, merecía incluso una bonificación. Escuchaba los quejidos de ese hombre, solo volteó los ojos.
- Esto debe doler- Su mano se deslizo por aquella erección, el hombre se quejó más- Te ayudare a aliviar el dolor- Sonrió de manera coqueta, apartó su mano y se quitó su sexy vestido, solo para dejar a la vista una sexy hermosa lencería roja de encaje, transparente que daba mucho a desear, el hombre la recorrió con la mirada.
Avery se subió horcajadas a ese hombre, su zona intima rozo con esa deliciosa longitud, no pudo evitarlo y soltó un sutil gemido, mantenía sus manos sobre su torso, estaba demasiado ansiosa que no necesitaba prepararse, quería ese gran bocado dentro de ella, así que solo hizo a un lado esa tela de encaje que cubría su húmeda intimidad y sin paciencia se enterró de una sola estocada ese delicioso miembro viril, ella soltó un fuerte gemido lleno de placer y dolor, un año había sido demasiado, se sentía tan excitada, tan caliente, que incluso el dolor era tan placentero en esos momentos, comenzó a cabalgar a ese hombre con ansiedad, con rudeza, sus gemidos salían uno tras otro, sin importar quien la escuchaba, ella deseaba sentir placer en esos momentos, quería olvidar a ese hombre, a esa noche intensa de sexo que tuvieron, que tanto quiso repetir, pero él siempre se lo negó, Erick Leroy fue el primer hombre que la rechazó y nunca se lo perdonaría, ahora se olvidaría de él y disfrutaría del sexo, de los hombres que ella quisiera.
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ya Kiero ver cómo ande de celos 🫠
mi cubo de hielo gracias autora por traerlos de vuelta
otro capítulo xfis 🙏🏻