Lea es una universitaria que se suicida pero reencarna en Tanea, una joven aristocrática qué tiene que vengarse por su hermana, teniendo que confrontarse con personas importantes e incluso con su prometido. Muchos secretos, traiciones y mentiras ¿su venganza saldrá bien o su vida se verá destruida?
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La sensación extraña no se iba de mi cuerpo, me sentía asqueada y con miedo, pero también enojada, ¿cómo se atreve hacer este tipo de cosas con lo que hizo antes? ¿No le da vergüenza ser una persona tan asquerosa? Me amenaza y hace estas cosas como si yo fuera la villana cuando él lo es. Él es el que manipuló, mintió y jugó con Mar. Le prometía amor eterno y cuando obtuvo lo que quería, su cuerpo, la rechazó. Se volvió un demonio cuando Mar le anunció el embarazo, la amenazó y provocó su suicidio. A pesar de todo, parece que no siente ni un poco de remordimiento.
Sus palabras me hicieron replantear mi forma de accionar, ¿cómo sabe de mi intención? ¿Acaso soy muy obvia? Tengo que cambiar algo de mi plan.
Unos golpes en la puerta me hicieron volver a la realidad, acomodé mi vestido y cabello antes de abrir la puerta.
-Por fin te encuentro- sonrió débilmente el castaño
-Pasa, podemos hablar aquí- lo dejé pasar a mi habitación
Ambos nos sentamos en el sofá, lo miré por unos segundos. Su perfil era muy bonito, junto a mí tenía una energía tranquila tierna.
-Soy horrible- soltó rompiendo el silencio
Levanté las cejas con sorpresa ante su afirmación repentina.
-¿Por qué dices eso?- pregunté
- No sirvo para nada, no soy digno de ser el segundo príncipe, el segundo sucesor. No soy tan bueno como Marc, me fueron sacando poco a poco las tareas que me pertenecían y ahora no tengo casi nada- explicó
- Me esfuerzo para demostrar que soy capaz, acepto cosas que no quiero con tal de que me acepten, pero aun así no logro satisfacer las expectativas de mi padre y de Marc-
Abrí y cerré la boca sin saber que decir, así que agarré su mano y comencé acariciarlo.
-Cada persona es distinta, tiene un potencial diferente. Nunca serás igual a Marc, pero eso no significa que sea malo, que seas inferior a él- intenté consolarlo
Apretó mí mano y apoyó su cabeza en mi hombro. Con el pasar de los minutos dónde no se movió supe que se durmió, sonreí con ternura y acaricié su cabello. La sonrisa no duró mucho en mi rostro porque mi mente me hizo recordar algunas palabras.
"Un inútil qué no le aporta a nada a la familia... aunque lo intenta aceptando una boda" fueron las palabras de Marc y "acepto cosas que no quiero con tal de que me acepten" de Neyén. ¿Así que yo soy una de las "cosas" que aceptó a pesar de no querer?
No debería sentirme mal por eso, yo acepté casarme con él por beneficio y no por amor, pero ahora es diferente. No quiero ser algo de lo que él se arrepienta, no quiero su indiferencia o desprecio. Quiero que me quiera... como yo lo quiero.
Fue difícil aceptar este sentimiento, pero no puedo fingir que no pasa nada dentro de mí cada vez que estoy junto a él, solo espero que lo que él demuestra por mi sea lo mismo, sea lo que yo pienso y que no sea una malinterpretación de mi parte.
- No me decepciones- susurré contra su cabello para luego cerrar los ojos y dormir junto a él.
