El Beso Que Me Enloqueció

Felipe: estás lista

Sol: Si.

Una pareja de recién casados estaba a las afueras de la ciudad.

Estaban a punto de entrar no solo a la ciudad sino a una nueva vida donde ahora estarían para siempre juntos.

Ambos sabían que así como había gente que los apoyaba especialmente, su familia también bien también había otros que solo deseaban su fracaso.

La envidia nace en aquellos corazones que solo se sienten felices cuando destruyen lo que existe a su alrededor.

Lo bueno para ambos es que conocía quiénes eran esas personas.

Ninguno de los dos deseaba el mal para nadie, pero eso no significa que no estuvieran dispuestos a defenderse si se llega a dar el caso.

Soledad trato de decir su verdad sin embargo, se sentía un poco temerosa, tenía miedo de que no le creyera o que tal vez la creyera loca.

Y de alguna manera no desea ver decepción en los ojos de Felipe.

Y aunque muy en el fondo sabe que él no le haría daño, eso no quita que siga teniendo miedo lo cual no es malo ya que es normal que las personas tengamos miedo es parte del sentido de su supervivencia.

Por otro lado, Felipe sabía que había algo de soledad escondia, también se dio cuenta de que ella estaba dispuesta a compartir su verdad con él.

Le daba miedo saber que era eso, que la mantenía alejada de él.

Y también tenía miedo que lo dejara, que de repente, que se diera cuenta que él no era suficientemente bueno para ella.

Aunque sabía que, el que la otra mujer lo dejara no era culpa de él sino solamente de la ambición de ella, le dejo una sombra.

Y aunque no quisiera pensar de esta forma a veces creía que en algún momento Soledad sería seducida por alguien que le pudiera dar un nombre y un lugar en la sociedad.

Sabe que no es así, al menos ahorita, pero eso es porque no ha conocido algo mejor después de todo a pesar de ser un de hija de un noble jamás fue tratada de esa forma.

Entonces pensó que la forma de asegurar que ella no se fije en nadie más es tener más dinero que cualquiera.

llegaron a su nueva casa donde vivirán, esa misma noche cuando Sol pensó que descansarán por el largo viaje Felipe quiso salir a un bailé de la temporada.

Según palabras eran buenos días para que se empezaran a dar a conocer y hacerse un lugar en la sociedad.

Ella no estaba muy de acuerdo, sin embargo, después de la insistencia de su marido acepto.

Ni es que Sol no quisiera asistir al baile simple y sencillamente no pensaba que fuera importante.

Cómo antes había dicho no le gustaba estar entre tanto hipócrita.

Además no era necesario después de todo, cuando Felipe fuera nombrado como duque, son ellos los que ahora nos dan la vuelta los que rogarán por codearse con nosotros.

Cuando llegamos al baile no tenía ganas de tratar de entablar una charla con cualquiera de aquí.

Puesto que lo más seguro es que solo hablarían de vestidos, zapatos y lazos y eso es aburrido a mi parecer, decidí solamente permanecer a lado de Felipe.

Lo cual no sería malo, ya que me venía solamente como una mujer cabeza hueca y así hubiera seguido siendo si no fuera porque escuché lo que dijo Felipe.

Él quería meterse a un negocio, pero por lo que escuche dicho negocio parecía sospechoso, ya que aunque prometía grandes beneficios no daban datos específicos cómo me surgió la duda levanté la vista para poner la atención de quién era el hombre que estaba proponiendo dicho negocio.

Justo cuando Felipe iba a decir que sí, que se iba a unir yo lo interrumpí diciéndole que necesitaba salir porque necesitaba aire.

Los hombres que nos rodeaban me miraron y era claro que les molestaba mi presencia sobre todo porque había interrumpido la negociación.

Felipe quiere quedarse, sin embargo, le pedí por favor que me acompañará cómo era claro que se iba a volver a negar le di un pellizco discretamente o al menos eso se supone.

Al salir le pregunté por qué se estaba precipitando a aceptar por lo que oí no dejaron en claro que clase de negocio era.

Me contesto que no importaba mientras dejara dinero le dije que no era así, quería saber por qué se estaba comportando un poco extraño desde que llegamos y eso que apenas era el primer día.

Quería que fuera sincero conmigo por qué se estaba comportando extraño y no es que lo conociera de toda la vida, sin embargo,ese no era la forma de hacer negocios.

Solo quería hablar y pensé en seducirlo no soy buena en eso, pero aun así lo traté.

Me acerqué a él y rodeé su cuello con mis brazos.

Sol: Vamos y te daré un premió.

Felipe: Estaba a punto de aceptar un negocio que prometía grandes dividendos cuando Soledad pidió salir.

Me enojé un poco, ya que quería aceptar antes de que alguien más me ganara.

Aun así la acompañé porque no quería que se enojara, además se veía muy hermosa y no quería que nadie más la mirara.

Después de todo, lo que estoy haciendo es mantenerla a mi lado.

Cuándo salimos me empezó a preguntar y no quería responder luego empezó a seducirme y aunque sabía que estaba tratando de sacarme la verdad no me molestaba.

De todas maneras lo que estaba haciendo era para ella así que se lo dije todo.

Me preguntó por qué estaba acelerado y aunque me daba vergüenza aun así preferí decir la verdad.

Sol: Me dijo el porqué, y me di cuenta de que aquella mujer la había dejado una sombra psicológica.

Lo cual no me parece extraño después de todo yo también tengo mis propios fantasmas.

y pensé que sería mejor decirle la verdad tal vez, de esa forma le daría la seguridad que le falta.

Entonces le dije, mi amor te voy a decir algo y espero que con esto no te sientas más inseguro pero no lo haré aquí, vámonos a casa estoy cansada y lo único que quiero hacer es descansar en tus brazos.

O es que acaso prefieres andar aquí entre tanta gente hipócrita en vez de tenerme contigo a tu lado encima y de cualquier forma.

Felipe: Cuando te digo la última frase quise taparle la boca no quería que nadie más escuchara las provocativas palabras de mi mujer.

Además de que ella me estaba diciendo que me diría algo importante y es cierto en realidad preferiría tenerla en mis brazos que entre está gente.

De hecho me acabo de dar cuenta ahora que ella salió y todo mundo la miró en el baile mi esposa era muy hermosa y atrajo muchas miradas y eso es lo que se supone que estoy tratando de evitar.

Sin despedirnos nos retiramos a nuestra casa.

Nadas entrár mi querido esposo me robó el aliento con un beso.

Diciendo que quería más pero que tenía razón yo también estaba cansado y lo único que quería era que estuviéramos juntos en nuestra alcoba.

Nos preparamos y cuando estábamos cómodos y abrazados.

Sol: Felipe te quiero contar algo, no lo he hecho porque tengo miedo de que pienses que estoy loca.

Y así empecé mi relato y le conté todo lo que me pasó en otro tiempo, de cómo renací justo en el día en que yo lo había conocido.

Veía sorpresa en su rostro que también lo veía sonreír.

Felipe: Bueno no te voy a mentir es una historia sorprendente pero no creo que sea mentira de alguna forma te creo aunque espero sinceramente que sea cierto porque no quiero perderte.

Sol: Eso no pasará.

Ademas soy yo la que debería de estar preocupada.

De que te fijes en alguien más tal vez más hermosa, tal vez no necesariamente que sea eso sino, que alguien logre usarte y ponernos una trampa para separarnos.

Y entonces también le digo que muy pronto recibirá noticias de una herencia y de un título que le ha sido heredada de un pariente lejano.

Felipe: Bueno si eso es cierto lo único que me interesa es disfrutarlo contigo.

Te prometo que te pondré más atención más adelante y no me arriesgaré ni me aceleraré.

También te prometo que de ahora en adelante cualquier duda que tengan te lo diré pero también quiero que hagas lo mismo, no quiero que tengamos secretos.

Porque esos podrían ser los puntos débiles que los demás puedan aprovechar para hacer una brecha entre nosotros.

Sol: También estoy de acuerdo con eso, cualquier duda que tengamos primero hay que hablarlo para aclarar cualquier cosa incluso si estamos muy celosos o muy enojados hay que hablar.

Felipe: Si lo prometo.

Además, confío en ti, la otra vez que me advertiste no te equivocaste y desde entonces me pareció raro, pero aun así confío en ti.

Después de pasar hablando más de la mitad de la noche durmieron tranquilos y no se hubieran despertado de no ser porque tuvieron visitas.