Maktub

Capítulo 16

⚠️En este capítulo, tiene contenido erótico, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️

Kala estaba tranquila en su habitación, haciendo su tarea de matemáticas, le gustaba mucho aprender cosas nuevas. En todos esos días ya había aprendido, a comunicarse en italiano, Aaron era muy bueno para enseñar idiomas. Llevaba diez libros traducidos por ella para poderlos leer, pero ese día en específico estaba muy concentrada. Llamaron a su puerta, para practicar el italiano respondió

—¿Puedo pasar?.—preguntó Emir

—Sì, passa.—respondió Kala

—Bien contestado, me alegra que ya estés avanzando. ¿Qué haces?.—preguntó Emir

—Estudiando matemáticas, estoy aprendiendo lo básico y me explicó Samira que voy a aprender álgebra y cálculo.—respondió mientras Kala lo observaba, Emir pudo darse cuenta que se veía muy hermosa.

—Kala, hoy quiero que salgas conmigo a cenar y después al teatro ¿Te gustaría?.—preguntó Emir

—Si de acuerdo.—respondió Kala, Emir suponía que se emocionaría pero solo bajó la mirada

—Entonces salimos a las siete.—dijo Emir y salió dejándola continuar

No entendía porque de pronto se sentía tan atraído por ella, recordaba un dicho que utiliza su padrino Javier, el que escupe al cielo, en la cara le cae. Tal pareciera que eso era inevitable

Pedro estaba en su despacho en videollamada con Zeynep, le avisó que comería con su tía Paris, también que ya había hecho la compra y que buscaría quien le diera mantenimiento al castillo, antes de volver a casa. En eso los interrumpió Adler.

—Me llamas más tarde Zeynep, te quiero.—se despidió Pedro

—Señor, no quise perturbarlo antes. Seguí al joven Khaled y lo saqué del club de los Sherbina, su hijo tiene una amistad con Anatoli Sherbina.—le dijo Adler, de inmediato Pedro enfureció

—Prepara todo iremos a hablar con Antonio, avísale a Javier será ida y vuelta, tiene mi hijo prohibido salir de la casa hasta que yo vuelva. Avísale a Danilo.—daba órdenes Pedro

—Como ordené señor.—dijo Adler

Mahtob iba a buscarlo, para decirle que ya estaba todo listo para su viaje, se encontraron en el pasillo

—Habibi ¿A dónde vas?.—preguntó Mahtob

—Debo arreglar un cabo suelto, volveré para cenar. Necesitamos hablar con Khaled.—respondió Pedro

—Esta bien mi amor.—dijo Mahtob, tenía años sin verlo de esa manera, su mirada era fría y asesina. Esperaría hasta que volviera, era la primera vez que salía con bastante seguridad

Javier había solicitado hablar con Antonio, para su fortuna, él se encontraba en su casa en Bergamo. Se le hacía muy extraño que Pedro solicitara verlo, desde que le entregó la organización jamás volvió a tener contacto con él, solo con Javier. Antonio se sentía ansioso, se preguntaba ¿Qué pasaba?. Más tarde llegó Pedro, se veía mayor pero no tanto, él siempre lo había considerado como un hermano y viceversa, seguía siendo aquel hombre imponente y de temer

—Se bienvenido Pedro, adelante. ¿Que gustan tomar?.—preguntó Antonio

—Necesito saber ¿por que Anatoli Sherbina está rondando a mi hijo? Te recuerdo que tenemos un pacto, prometiste que la organización jamás volvería a meterse con mi familia o en mi vida.—preguntó Pedro furioso

—Tranquilo, tienes suerte Sherbina no tarda en llegar junto con Nazir, yo te hice una promesa. Hablaremos con el, tal vez solo sea cosa de muchachos. Además el aceptó el pacto.—respondió Antonio

Más tarde llegó Sherbina, se veía viejo. Pero aún de temer, por un momento Pedro recordó al infeliz de Samuel. Nazir no esperaba volver a ver a Pedro, le alegraba que así fuera. Suponía que regresaría a la organización, por la crisis que estaban atravesando.

—Pero que grata sorpresa, volvió el hijo ausente y líder de nuestra organización. Es un honor tenerte aquí, aún conservas a tus perros fieles por lo que veo.—los saludaba Sherbina

—Si, pues este no es un reencuentro o una visita social. Vine aquí a exigirte que tú y Anatoli se mantengan lejos de mi hijo y de mi familia.—le exigía Pedro

—De que hablas, mi hijo y él se hicieron amigos es todo. ¿Qué no pueden serlo?.—preguntó Sherbina

—¿Amigos? ustedes no saben ser amigos, no soy estúpido, no quiero a mi hijo relacionado con ustedes. Pídele a Anatoli que no se acerque a mí hijo.—exigía Pedro

—Yo te respeto, al igual que todos aquí, no vuelvas a hablarme así enfrente de todos, Anatoli esta advertido de que tus hijos no saben nada de tu pasado, ahora te sientes mejor que nosotros, todo lo que tienes salió de la organización, no lo olvides, me indigna que ahora te creas mejor que nosotros, deberías empezar con decirle la verdad a tus hijos.—decía Sherbina

—Tengo mis razones para no habérselos dicho, no quiero a mis hijos metidos en este mundo por eso abandone la organización. Hice un pacto y yo he cumplido, así que les exijo que ustedes lo cumplan, lo voy a decir una sola vez más, no quiero a tu hijo cerca del mío.—insistía Pedro

—Cumpliremos el pacto, como siempre.—respondió Sherbina

—Eso espero, Antonio.—dijo Pedro y se levantó para irse, lo siguieron Javier y toda su seguridad

—Sherbina, ¿Cómo se conocieron Anatoli y Emir?.—preguntó Antonio

—No se refería a Emir, se refiere al menor, a Khaled, coincidieron en el Cairo. Él nos recuerda a Samuel, pero no es lo que piensas. Anatoli y ese muchacho se están llevando demasiado bien, parecen hermanos nunca había visto tanta afinidad y complicidad de mi hijo con alguien.—respondió Sherbina

—El pacto es claro, no podemos acercarnos a su familia, Pedro a cumplido su parte, Sherbina no soy tu jefe pero sabes lo que se tiene que hacer.—decía Antonio

Para Sherbina eso había sido una provocación, lo único que había hecho Pedro es confirmarle que él sí respetaría el pacto, y más si algo le sucediera a Antonio

Emir estaba emocionado esperando a que Kala bajara para salir, Mahtob la había ayudado con su vestido y su peinado se veía elegante, joven y bella. Mientras bajaba por la escalera, Emir le sonreía realmente a sus ojos se veía hermosa. Sin que la observaran Mahtob espiaba a ambos, Kala era una buena chica y sabía que era la indicada para Emir. Humilde, de corazón noble y a la vez valiente.

—Te ves hermosa.—le dijo Emir y le extendió la mano para ayudarla a bajar

—Shukran.—respondió y le regaló una sonrisa.

Mahtob estaba emocionada por la primera cita, de su hijo con su esposa. Pero aún así no dejaba de pensar en su esposo, se suponía que ya no tardaba en llegar.

Emir y Kala estaban cenando. El le platicaba cómo nació el amor por su profesión, todas las satisfacciones que siempre le traía ayudar a las personas, cuando ya no tienen esperanzas, ella escuchaba atentamente y cuestionaba lo que no comprendía, su curiosidad era enorme. La atención que ella le brindaba y el genuino interés que le mostraba, lo hacía sentir especial. Kala no fingía que estaba cómoda a su lado, tampoco lo halagaba para ganar su favor.

—Sabes Kala, ya se nos hizo tarde para la función de teatro. Es la primera vez que alguien hace que pierda la noción del tiempo.—expresaba Emir

—Debo confesar que estoy disfrutando mucho de tu plática, jamás me hubiera imaginado que viviría algo así. Antes de ti, todo era gris. Ahora no solo nos ayudaste, me cambiaste la vida de una manera positiva, además eres muy interesante.—dijo Kala

Era la primera vez que Emir, conocía a una persona tan agradecida. Transparente y que no esperaba nada a cambio, sin duda era una mujer maravillosa. Aún mejor era su esposa, por primera vez se dio cuenta que solo quería estar cerca de ella

Mientras tanto en casa Pedro llegaba, Mahtob escuchó como llamaba a la puerta de Khaled. Decidió ir a ver que sucedía.

—¿Ahora qué pasa?.—preguntó Khaled

—No quiero, que vuelvas a relacionarte con Anatoli Sherbina. No te quiero cerca de él.—respondió Pedro, Mahtob entró a la habitación para calmar a su esposo y sobre todo mediar la situación

—No soy un niño, para que vengas aquí a elegir mis amistades. Anatoli no es solo mi amigo, lo admiro y lo respeto. Es el hermano que siempre quise tener.—alegaba Khaled

—Es mi última palabra y vas a obedecer, no me hagas que te ponga en tu lugar. Por lo pronto te irás con nosotros al viaje.—decía Pedro

—¿Por qué no quieres que conviva con él?. Te exijo una explicación.—preguntaba Khaled a gritos y desafiando a su padre

—Eso no es de tu incumbencia.—respondió Pedro

—Pues no voy a ir con ustedes y tampoco dejaré mi amistad con el, Anatoli a hecho más por mí estos meses. Que tú en toda mi vida, él es más de mi confianza a diferencia de ti.—insistía Khaled, Pedro lo golpeó

—A mi me respetas, estoy cansado de tus groserías. Anatoli no es una buena compañía y punto, no me hagas que te muestre mi otra cara, créeme no te va a gustar.—le advertía Pedro, Mahtob iba a consolar a su hijo. Cuando Pedro la detuvo—Vamos, déjalo solo. Que medite sobre sus acciones.—Pedro la tomó del brazo y salieron dejándolo a solas

—¿Qué fue todo eso?.—pregunto Mahtob ya estando a solas en su habitación, su esposo le explicaba todo—Pero prohibiéndoselo es peor, más lo vas a orillar a que busque a ese muchacho, creo que es momento de desenterrar el pasado.—le decía Mahtob, ambos les preocupaba que la verdad les soplaba junto a la oreja, tenían que tomar decisiones

Emir y Kala volvieron a casa, subieron juntos para ir a dormir, Kala se despedía. No podían dejar de mirarse, ella entró a la habitación, sentía como su corazón latía, Emir era un gran hombre y ella lo admiraba mucho, no podía creer que ahora podía convivir con él tan cerca, suspiro y fue a prepararse para dormir, pero lo que desconocía era que a Emir le sucedía lo mismo, estar cerca de Kala era algo indescriptible le inyectaba vida.

En Londres, Zeynep y Anatoli, salieron a cenar. Ella había comido con su tía y al día siguiente la acompañaría al médico por sus resultados, Anatoli la miraba distraída

—¿Qué sucede princesa?.—preguntó

—Estoy preocupada por el resultado médico de mi tía, pero no hablemos de ello. ¿Qué tal tu día?.—preguntó Zeynep

—No me gusta verte de esa manera, tu hermoso brillo se fue. Todo tiene solución princesa, ella va a estar bien. Sabías que me siento el hombre más afortunado del mundo, ya que estoy aquí sentado con la mujer más maravillosa que he conocido.—le decía Anatoli mientras se acercaba a ella para besarla

Zeynep estaba fascinada con los besos de Anatoli, sin duda eso la hacía perder el piso. Después de unos minutos más, caminaron devuelta hacia el hotel. Mientras subían en el elevador, Anatoli se acercó una vez más a ella, la tomó entre sus brazos, y mientras la besaba también la acariciaba. Ella le correspondía, era tanto el calor del momento que ahí mismo Anatoli quería hacerla suya, ella no lo rechazaba.

—No puedo mantenerme lejos de ti.—susurraba Anatoli

—Me encantas.—le respondió Zeynep

Salieron del elevador y caminaron hasta la habitación de Anatoli, de pronto él abrió la puerta de la habitación y la cargó para llevarla adentro. Se besaban apasionadamente, él no pudo contener sus manos, así que las posó por debajo de la blusa de Zeynep. Sus mejillas estaban coloradas, mientras Anatoli la despojaba de sus prendas

Zeynep estaba extasiada por el momento, sin embargo. Se detuvo, ella se estaba dejando llevar por el momento.

—No, no puedo.—le decía Zeynep

—Eres tan hermosa, eres todo lo que siempre busqué. Me encantas.—le decía Anatoli mientras la seguía besando y acariciando sus senos.

Zeynep ya no pudo resistirse, el la guiaba la recostó sobre la cama para así llegar hasta su parte íntima y probar de ella. Se estremecía, era algo totalmente nuevo para ella. Anatoli se acercó para besarla de nuevo, y mirarla a los ojos.

—Soy virgen.—le dijo Zeynep, su respiración estaba realmente agitada

—No quiero presionarte, si quieres que me detenga lo haré.—dijo Anatoli

Ella lo abrazó y comenzó a besarlo, segundos después ambos estaban totalmente desnudos sobre la cama, se acariciaban y se besaban con mucha intensidad.

Sin pensarlo más Anatoli se posó entre sus piernas, mientras la besaba, con su miembro estimulaba su parte íntima para que su primera vez fuera agradable y la hiciera sentir cómoda

Poco a poco se unió a ella, Zeynep comenzó a gemir y se aferraba a él, mientras él la embestía lento. Anatoli la hacía suya y por primera vez ambos hacían el amor. Así pasaron toda la noche juntos, derrochando pasión solos en las cuatro paredes de esa habitación, era el momento más sublime experimentado por ambos.

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