La vida en la época victoriana años después de la segunda revolución industrial y de las dos guerras del opio. Está es la vida de un profesor con su hija y la maldición del vestido azul.
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Philip y Sophia
Philip sabe que debe alejarse de Sophia, su prioridad es estudiar para terminar con éxito su carrera universitaria, pero pedirle eso a un joven y que lo enteindea, teniendo las hormonas revueltas, es casi imposible logararlo.
El joven universitario va a ver a Sophia todas las mañanas antes de ir a la universidad, necesitaba su dosis de amor, era de vida o muerte ver los ojos celestes de Sophia y sentir sus labios con los suyos, ese intercambio de cariño era el combustible para poder vivir durante el día en la universidad, sólo la universidad, porque para ir a la biblioteca necesitaba otra dosis para sentir las energías suficientes para estudiar en total tranquilidad.
Pero los besos y caricias tenían que ser rápidos, nadie los tenía que ver, de ser así, se podría armar un escándalo, las personas podrían denunciar el caso como de infidelidad de parte de Sophia. Las malas lenguas nunca faltan, y en esa época las personas era muy chismosas y malintensionadas..
Fueron seis meses de visitas relámpago, mañana y tarde, pero por esta semana Thomas ha decidido llevar los niños a casa de sus padres, Iván ya tiene siete meses, Alex ya cumplió seis y en setiembre va iniciar la escuela primaria.
- Hola, amor ¿Cómo estás?
- Philip, está carta la lees sólo.
- Mi dosis de vida, o me muero.
Se dan un profundo y rápido beso y se fue Philip, él ha hecho cursos de verano para terminar más rápido la universidad. La carta de Sophia decía.
“Querido Philip
Las mañanas y las tardes son una locura, después de cada dosis de energía que me demandas, me dejas con el pensamiento vacío.
En esta carta te escribo para decirte que el señor Lauren ha viajado a Cambridge con sus hijos, debido a que Alex no conoce los abuelos y en setiembre empieza su vida estudiantil. El viaje fue anoche y durará una semana.
Tuya, Sophia".
Philip está más que feliz, eso quiere decir que puede pasar horas al lado de su querida Sophia a solas. Se imagina hacer ciertas cosas, estar abrazados, besando, acariciando y amando, pero sacude su mente, es menor de edad, esas cosas sólo lo hacen los casados. Es consiente que su limitación es besar y acariciar.
Leer esta carta lo deja con una sonrisa amplia y permanente, Philip fue a tomar desayuno con muchas ganas, luego se fue a la universidad para el cierre del curso de verano. Después del almuerzo fue a ver a su novia.
- ¡Philip! – no se esperaba una visita tan temprana.
- Necesitaba verte Sophia.
- Pasa.
Philip ni bien entró, él cierra la puerta y besa a Sophia, los besos son breves y continuos, separados de pícaras miradas y traviesas sonrisas. Pasan unos minutos van conversando.
- Estoy adelantando cursos en la universidad para tener más tiempo libre y poder estar a tu lado.
- Estás sacrificando vacaciones que podrías disfrutar en familia.
- Ahora mi familia está aquí.
- ¿De verdad han venido tus padres?
- No, mi familia aquí eres tú, Iván es como hijo para mí, lo hemos criado juntos.
- ¡Lo hemos criado! Suena a mucha gente.
- Vamos, amor mío, vas a negar que te he ayudado con el bebé.
- No lo estoy negando. Sólo que tu presencia es fugaz, por así decirlo.
- Que tal si practicamos como se hacen los bebés.
- ¡Philip! – está totalmente sorprendida - ¿Te has escuchado?
- ¿Qué tiene de malo? Si bien es cierto que estas cosas sólo les pertenecen a los casados ¿Por qué no lo hacemos por curiosidad? Después de todo la práctica hace el maestro.
- No, eso es incorrecto.
- Recién voy a cumplir dieciocho años. A tres años de la mayoría de edad.
- Yo acabo de cumplir los diecisiete.
- Falta poco.
- ¡Son tres años Philip! - ella queire que philip entre en razón.
- Es tiempo suficiente para dominar a la perfección al arte de hacer hijos.
- ¡Philip! - esta aterrada.
- Pero si nos vamos a casar ¿Cuál es el problema? El matrimonio es para traer hijos legítimos.
- Philip, tenemos tiempo. Una cosa a la vez.
- Una vez me dijiste que era una mujer moderna ¿Ahora te cohíbes?
- Philip, cuando dije eso era para referirme a que no soy esa mujer que espera de un marido para que le todo lo que necesita, y ella lo atiende y se somete como siervienta como moneda de cambio, soy moderna en el sentido de que tengo proyectos, tengo sueños, tengo metas, una de ellas es no ser ignorante y poder sostener una conversación de cualquier tema, esto es sólo una de ellas.
- Te ayudo a cumplir el resto.
- El matrimonio y los hijos te absorben tiempo, hay que estar detrás para educar y servir.
- El matrimonio es compartir y vivir con alguien quien te entiende, te valore, reír juntos y ayudar cuando uno cae, ser sel oporte cuando las tormentas quieren destruir a uno. El matrimonio es como darle fuerzas al quien está a tu lado y poder seguir adelante con los proyectos.
- No te parece fácil decir las cosas que hacerlas. Mejor esperar un poco, a lo mejor conoces a otra mejor que yo…
- Primero muerto que irme en brazos de otra. – Philip es cortante y levanta la voz para dejar firme su posición – Yo quiero conocer el mundo contigo, afrontar los retos contigo.
- Philip…
- No me cortes, soy el último hijo de los ocho del matrimonio Michaels, he visto y he escuchado a mis hermanos mayores hablar sobre lo difícil que es dirigir un hogar, lo difícil que es criar hijos, y lo he vivido contigo criando a Iván y cuidando a Alexander.
- Tengo proyectos, Philip. - Sophia se siente derrotada.
- No te pongas mal Sophia, tendremos días difíciles, pero entre los dos lo lograremos. Mis hermanos se quejan de lo difícil, pero también los veo muy unidos trabajando por superar esas dificultades y sonríen, son felices. Yo quiero ser feliz a tu lado Sophia.
- ¡Philip! – dejando caer una lágrimas.
Philip abraza con cariño a Sophia, la mima un poco y le besa la cabeza. El lazo que hay entre los dos se va cuajando, poco a poco. Son muy jóvenes, pero tienen en mente las cosas claras, son de mentalidad moderna para la época.
En Inglaterra y en el resto de Europa están abriendo cada vez más escuelas talleres para mujeres, las están capacitando para los trabajos de costura, bordados, cocina, alfarería, cosmetología entre otros. La mujer poco a poco se está empoderando en ámbito laboral. Hay demanda de mano de obra. Pero al finalizar su formación tienen un certificado que les permite encontrar trabajo.
Pero Philip está decidido a unir su vida junto a Sophia como único motivo para crecer como ser humano y fundar una familia. Hoy Philip sólo pudo hablar con Sophia y establecer la metas como pareja, como novios y marido y mujer. Philip tiene su vida trazada, y se dedica a dar vida a sus trazos con Sophia.
en palabras, que dan por resultado tantas historias. Felicitaciones.