Alicia reencarno en uno de los tres ducados en el imperio de Imix, a pesar de ser de una buena familia jamás salió de la mansión del ducado por culpa de su padre.
En su momento más crítico Alicia decide aprender a pelear y poder ser fuerte para sobrevivir.
¿Por qué reencarne?.
¿Al final tendré una vida tranquila?.
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Enferma
Aún estábamos a un día para lograr llegar al ducado pero yo ya estaba agotada mentalmente como físicamente.
El caballo era tan incómodo que solo empecé a quejarme y resignarme, mi pobre acompañante ya no sabía que hacer para intentar acomodarme.
¿Por qué no trajo un carruaje mágico?.
Hubiéramos llegado hace días a la mansión de la capital.
"..."
Hugo que iba a la par con el duque fue el que hablo.
"Maestro descansemos un poco, la joven maestra está exhausta por no estar acostumbrada a estar por mucho tiempo al caballo".
"..."
El duque volteo a dónde iba y me observó quejándome.
"Es más fácil que descanse después de llegar a casa".
Todos solo pudieron seguir las órdenes del duque.
Marisa me volteo a ver con ojos de no se que hacer para poderla ayudar.
"Haa".
Mejor buscaré cómo cerrar mis ojos y dormirme.
Busqué acomodarme en su pecho y cerré los ojos.
La incomodidad haría que tuviera dolor en la espalda por unos días, pero era mejor cerrar los ojos para no ser consciente del mismo dolor.
Lo que no me esperaba es que me sintiera caliente de repente, me había enfermado por el trayecto.
"¿Joven maestra?".
De repente Marisa sintió caliente, miró a la joven maestra que se había recargado en ella para poder acomodarse.
"¿Qué pasa?".
El conde volteo a ver a Marisa acercándose y fue cuando miró a la niña respirando con dificultad.
"¡Maestro!".
El duque volteo y observó la escena.
"La maestra está ardiendo de fiebre".
Los caballeros miraron a la joven maestra que Marisa sostuvo con su brazo y ella se veía roja por la fiebre.
"¡!".
La mansión estaba cerca pero estaba más cerca la capital y la dirección cambió, un doctor era primordial.
"Aguante joven maestra, aguante".
Marisa empezó a avanzar más rápido hacia la clínica de la capital, junto de ella iban el duque y Hugo.
Una vez en la clínica fue atendida rápidamente.
"Al final no sé cómo ser un padre".
Los murmullos del duque se hicieron presentes en la habitación donde Alicia está ardiendo de fiebre.
"La señorita agotó todas sus fuerzas y colapsó".
El médico habló después de darle medicina.
"Estuvo conmigo durante tres días y estuvo bien".
"¿Comió bien?".
"Ha estado perdida por al menos dos meses, comió pan y queso y dijo que de vez en cuando comía comida de restaurantes callejeros".
"También recetare un desparasitante y nutrientes".
"Ella se agotó y por lo que me dijeron llevan dos días galopando, es imposible que una niña de ocho años aguante tanto tiempo arriba de un caballo sin descanso".
"El cuerpo de un niño es más frágil que el de un adulto".
El duque se estremeció, los caballeros habían pedido un descanso para que ella descansara pero él quería regresar al ducado rápido para mostrarle los cambios que habían pasado en la mansión.
El doctor miró al duque que es su padre que solo guardaba silencio y le dijo.
"Perdone mis palabras pero debe de entender que la señorita ha sufrido mucho por lo que me han dicho los caballeros, fue muy imprudente sus acciones, ella mejorará con descanso y esperamos bajar la fiebre pronto, sea más cuidadoso con la señorita".
El duque no dijo nada y el doctor se retiró, tenían que bajar la temperatura y las enfermeras estaban cambiando la ropa de la clínica para refrescarla más rápido.
"Traigan paños húmedos".
"Si".
El doctor empezó a trabajar para poder ayudar a la señorita del ducado.
En mis sueños soñaba con la niñera que me consolaba cuando me enfermaba, ella pasaba días y noches a mi lado cuidándome, ayudándome a recuperar aunque rara vez fue cuando me enferme.
Una vez me había enfermado por una semana y ella no se apartó de mí excepto para cambiar las toallas y lograr enfriar mi cuerpo, no me dejó sola en esa habitación y siempre estuvo a mi lado.
"Nana".
Le hablaba en mis sueños,. yo estaba en la habitacion pero no la encontraba, me quedé sola en la habitación con el paño en mi cabeza, no había nadie.
"Nana".
Solo quedó el sonido de mi voz.
Los volví a cerrar mis ojos en mi sueño para después despertar.
"¿Nana?".
Mi baja voz se escuchó en la habitación y Marisa me tomó de la mano.
"Joven maestra, ¿está bien?".
Abrí mis ojos y miré una habitación blanca, Marisa estaba a mí lado.
"Marisa".
"¿Cómo se siente?".
Sentía mi cuerpo pesado, creo que llegue a mi límite.
"Me siento cansada".
"Tuvo fiebre durante dos días, es normal que se sienta cansada".
"...¿El duque?".
"Regreso al ducado".
"..."
No esperaba que se quedara. Miré hacia el techo de la habitación y no había nada que hacer.
"¿Cuántos días han pasado?".
“Cuatro dias, mi joven maestra”.
“Colapse, ¿verdad?”.
“Si, así fue”.
“Lo siento, debí sorprenderte”.
“No se preocupe por mi, lo importante es que se recupere”.
“Si, estoy bien solo fue el viaje de regreso”.
El médico entró junto con el conde.
“¿Cómo se siente?”.
“Me siento mejor, aunque algo cansada”.
“Me alegra que despertara, no podiamos bajarle la fiebre que tuvo”.
El doctor me tomó la temperatura y revisó mi condición física.
“Estará bien, necesita ganar más resistencia para que pueda soportar trayectos largos como el que sufrió”.
“Si”.
“Gracias doctor”.
Marisa se levantó y agradeció al médico.
“Descanse hasta mañana y después podrá regresar al ducado”.
“Si”.
El doctor salió y yo me quedé de nuevo con Marisa, el conde siguió al doctor, me imagino que es el encargado de llevarme de regreso al ducado.
“Pediré que le traigan de comer algo ligero”.
Marisa se levantó y salió a buscar una enfermera.
Dentro de mi me decía que era mejor irme a otro lugar, no sabía que me esperaba dentro de la casa del duque pero tenía que enfrentarlo de alguna manera o huir de nuevo.
Hacer el entrenamiento, ir a la academia y buscar un trabajo o algo parecido para poder ser independiente ese es el plan que tengo en mi mente.
Después de esto solo se que él no le interesó, ¿entonces todo fue una finta cuando dijo hija mía?.
Pensé que el hombre tendría culpa y remordimiento pero al parecer solo fue producto de mi imaginación.
“Necesito estar en buena forma para seguir practicando con la espada”.
Al haber colapsado eso significaba que aun soy débil a pesar de poder usar el aura, pero también habían pasado dos días sin descansar, los pobres caballos deberían de estar igual o peor que yo.
Aunque sean caballos criados para la guerra ellos también se cansan.
“Si, debes de ser fuerte”.
En mi mente solo pensé que ahora tenía que entrenar para poder cuidarme a mi misma.