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Abril vuelve a casa después de tres años, obligada por la enfermedad de su madre.
Lo último que esperaba era reencontrarse con Elías, su padrastro, el hombre con quien compartió un amor prohibido que marcó su vida para siempre.
Mientras intentan convivir bajo el mismo techo sin caer de nuevo, viejos sentimientos comienzan a despertar, las miradas se hacen mas largas, mientras las distancias se acortan y los límites desaparecen.
Esta es una historia de pasión, culpa y decisiones difíciles....
Porque hay amores que no deberían existir… pero existen...
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Ecos de lo que no se dice
-Capítulo 15-
La mañana amaneció espesa, Abril despertó con el estómago revuelto, una presión sorda en la cabeza y un leve mareo que le obligó a quedarse sentada en la cama por unos minutos, respirando hondo, intentando ignorar el malestar. Se convenció de que era por la tensión acumulada de los últimos días… la carta, el miedo a ser descubiertos, las miradas que ya empezaban a incomodarla en el pueblo.
—Es el estrés —se dijo frente al espejo, mientras se lavaba la cara con agua fría.
Esa tarde sería el cumpleaños de Renzo, el pequeño hermano de Luciano. Clara, más recuperada, insistió en asistir al evento organizado por la madre de Luciano en su casa, una celebración sencilla con torta casera, globos, y niños corriendo entre risas. Abril dudó al principio, pero Elías la animó.
—Te hará bien distraerte —le dijo mientras le ponía una mano en la espalda, cálido, protector.
La casa de la familia Vidal estaba animada, con el aroma de cosas dulces flotando en el aire. Renzo llevaba un gorrito de cartón torcido y corría con otros niños por el patio. Clara hablaba emocionada con una mujer robusta y sonriente: Magdalena, madre de Luciano, a su lado estaban otras dos amigas suyas, Ofelia y Marta, mujeres de pueblo, habladoras, curiosas. Abril las conocía apenas, pero bastaron cinco minutos para sentirse examinada con sutileza bajo sus miradas.
—Estás muy delgadita, querida —le comentó Ofelia— ¿Estás comiendo bien?
—Sí… solo ha sido una semana complicada —respondió Abril, algo incómoda, mientras buscaba a Elías con la mirada entre la gente.
Lo encontró charlando con Luciano a unos metros, y aunque el gesto en su rostro era tranquilo, Abril notó cómo sus ojos no dejaban de buscarla. Ese tipo de gestos, pequeños y torpes, le recordaban que a pesar de todo, él la cuidaba a su manera, y eso la conmovía… y confundía.
Cuando se acercó a ellos, Luciano le ofreció un pedazo de pastel, mientras Elias la miró con atención.
—Estás pálida… ¿segura que te sientes bien?
—Es solo cansancio —murmuró ella, no quiso admitir que no había soportado más de dos cucharadas de comida al mediodía. No quería preocuparlo más.
Con una mirada preocupada en el rostro de Elias. Abril busco cambiar de tema aprovechando la presencia de Luciano, quien enseguida comenzó a hablar de cualquier cosa.
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Más tarde, ya cuando el sol comenzaba a esconderse, Yasmin apareció. Llevaba una blusa ajustada y unos lentes oscuros, y en cuanto se cruzó con Luciano, ambos se detuvieron en seco. No fue un saludo cordial, ni amigable. Algo había en sus miradas ¿desconfianza podría ser? o ¿algo más?.
—¿Tú eres Yasmin? —preguntó él, levantando una ceja.
—Sí… ¿y tú debes ser el que cuida a su hermanito como si fuera su hijo?
Luciano soltó una risa seca, pero sus ojos no se apartaron de ella.
—Algo así, ¿y tú? ¿Siempre tan directa?
—Solo con la gente que me da desconfianza.
Abril los miró entre divertida y sorprendida, esa tensión que surgía entre ellos era molesta… pero también tenía su encanto.
Más tarde, ya en casa, Abril se acostó en su cama, sintiendo una tremenda felicidad de poder seguir leyendo su novela novela favorita, mientras distraía a su cerebro por un rato al abrir el cajón de su mesa de luz se volvió a encontrar con la maldita carta que tan mal la traía últimamente.
Se levantó de su cama y tomó el primer libro que vio en su estantería abandonada, guardó la carta entre sus páginas, como si al ocultarla de su vista desapareciera el efecto de miedo y culpa de la perseguían a diario.
Emociones que le hacían arder la conciencia y el corazon.
Ese Elías es el esposo de la mamá???
¿Como están?
Espero que bien. 💕
Me gustaría saber que opinan sobre Gael y Joan ¿les agradan?