La Loba Y El Dragón

Rumi

en tan solo un par de minutos, perdí todo aquello que con tanto esfuerzo me costó conseguir, mi amado restaurante, no pude rescatar ni siquiera la foto del día de la inauguración donde posábamos con mi mamá.

Si hay algo que me hierve la sangre, es que el joven Lee me haya dado un maletín con plata como si con eso pudiese volver a tener el lugar que tantos recuerdos albergaba, como si la vida de mi moza valiese solo un manojo de dinero. Me da asco la Mafia, aún sabiendo de donde provienen Nat y Niz, aunque con ellas es diferente. Están marcadas con tanto dolor, que ni bien me enteré de su pasado y de lo que escapaban no dude en ayudarlas.

Veo como el joven Lee mira hacia donde está Shaoran hablando con Nat, seguramente ya le echo el ojo y tengo que prevenirla, si llega a descubrir quien es de seguro termina lo que los malditos rusos no pudieron.

¿Entonces que opina?- su pregunta me descoloca ¿de qué estábamos hablando? Piensa, mierda piensa.

Disculpe, estaba pensando en los recuerdos ¿podría repetirme la pregunta?- le dije intentando minimizar mi error de no escucharlo.

Le propuse que trabaje para mí, mi cocinera personal entra de licencia por maternidad dentro de dos días, por ende y creo que a usted le serviría mucho, quiero que la cubra. Claro que tendría que venir con sus dos ayudantes, no espero un no por respuesta es lo menos que puedo hacer después de este accidente- su maldita sonrisa soberbia me dan ganas de romperle la cara, pero veo a través de sus intenciones, él pretende que Nat esté cerca ¿acaso la descubrió? Tengo que pensar rápido, sé que no le gusta esperar.

Acepto, pero deberé de preguntarle a mis asistentes si desean el trabajo, por ahí tienen miedo de ingresar en su mansión después de lo ocurrido aquí y no me sirve si trabajan bajo presión- le contesté sin pensarlo. Vi como se acercaba a mí aun manteniendo esa sonrisa, algo dentro mío hacía que me asustara eso.

Creo que no estamos entendiendo, el trabajo es para usted y sus dos ayudantes, tanto el chico como la muchacha, aunque espero que en dos días pueda ella recuperarse de su lesión del brazo- dijo posando su mirada donde Nat estaba con la ambulancia.

Bien, en dos días en la mansión- le contesté y me giré a ver como estaban mis empleados. Quise llegar hasta Nat, pero para cuando termine de cerciorarme que todos estaban bien, ella ya se había ido.

Me quedé un rato más mientras me tomaban declaración, no se para que todo esté maldito circo si era más que sabía que ellos iban a salirse con la suya. ya me había explicado el policía que a la moza la había matado una bala de los malos, pero ¿a quién definían ellos como malos? Por que ambos grupos tenían armas, ambos bandos nos pusieron en peligro y a la gente que estaba almorzando, mierda odiaba el poder que tenían.

Vi como Shaoran pasaba por detrás mío con una sonrisa de oreja a oreja, por suerte él jamás se enteró que su madre y hermano habían vuelto, de hecho quizás ni siquiera la reconocería, pero no podía confiarme.

Escuche como le decía a su jefe que no había podido saber el nombre de la chica y por suerte nadie la había llamado por él, pero también escuche como le decía que alguien la seguiría hasta donde viviese, la sangre se me heló, no estaba del todo mal al creer que este imbécil había puesto sus ojos en ella.

Termine rápido el papeleo y me fui directamente al trabajo de Yoriko, tenía que contarle esto y prevenir a todos, aunque siendo sinceros, en dos días debería comenzar a trabajar con el joven Lee en su casa.

Llegue al centro de Investigaciones y pedí hablar directamente con Yoriko, quien dicho sea de paso salió muy nervioso de su lugar de trabajo luego de que la chica que me atendió fuera corriendo a buscarlo.

¿qué ocurre? Por dios baje las escaleras corriendo- dijo mientras veía como le costaba respirar.

Vamos al buffet, tenemos que hablar- no sé que fue peor, mi voz gruesa o la mirada de hielo que le di.

Solamente asintió y fuimos donde le había dicho, él compro dos cafés y empezamos a hablar. Podía ver como sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas y ellas empezaban a caer por sus mejillas, quería abrazarlo y decirle que todo saldría bien, pero no está en mi naturaleza mentir, así que solamente pude tomar su mano y apretarla para darle la fuerza necesaria a los días venideros.

Mierda, Rumi ¿qué vamos a hacer? Si Shaoran descubre a mi madre no sé dé lo que sea capaz, aparte Nat y Niz corren peligro, no puedes llevarla a trabajar contigo. Ni siquiera sé si es conveniente que regrese a mi casa- su tono desperado en cierto punto me parecía tan tierno, estaba enamorado de él desde hacía años y jamás tuve el valor de decírselo.

Tranquilo ya veré que hacer, por lo pronto debo llevarla conmigo, quizás en los primeros días consigo que se lesione la mano y quede deshabitada para seguir trabajando- era un plan poco creíble, pero a nada al menos era algo.

No puedo calmarme, hablamos de los malditos Yakuza ¿tienes idea de lo que podrían hacerle a mi madre o a esas niñas si descubren quienes son?- se pasaba la mano por el pelo tan rápido que en un momento pensé que quizás se arrancaría todo.

No voy a permitir que nada suceda, confía en mí. Por estos días prefiero que te quedes en mi casa, siento que mandaron a alguien a vigilarla y creo que eres demasiado parecido a tu hermano, solo que la vida no te paso tan por encima ni estás tan consumido por la droga- dije riendo, en realidad eran similares, pero a la edad de Shaoran, había que admitir que el tipo ese estaba demacrado.

bien, pero ¿como les avisaremos de todo esto?- me pregunto aún nervioso.

que fe que me tienes, iré ahora mismo a hablar con Ming y con Natacha, si hay alguien vigilando no sería raro que me vean hablando con ella para explicarle de su nuevo trabajo- le dije terminando de beber mi café.

Claro ¿por qué no existen celulares? Rumi algo van a sospechar, no son idiotas y saben que puedes avisarle con una simple llamada- bien eso era cierto, pero prefería hablar con Ming cara a cara. Mi madre me podría haber matado por dar una noticia por llamada o por mensaje.

Me iré ahora mismo para la casa, si mal no recuerdo, Niz sale a las 4 del colegio, por ende solamente está tu madre y podré hablar con ella sin que nadie sospeche nada- le dije mientras me levantaba.

Gracias por todo esto, aún no pude agradecerte por la casa y ahora tienes que seguir exponiéndote más- vi como su mirada se ponía triste. Como desearía poder estrecharlo entre mis brazos y besarlo como se merece.

No tienes nada que agradecer, tu madre es como mi madre y tus pequeñas hermanas son como mis hermanitas. Siempre estaré para ustedes así como ustedes estuvieron para mí cuando mi madre falleció- le dije mientras despeinaba sus cabellos y antes de que pudiese decir algo más, me fui. Tenía un largo camino que recorrer y ahora me estaba quedando corto de tiempo, pero al menos por unos días dormiría bajo el mismo techo del hombre que amaba.