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MI ESPOSO ES UN CEO

MI ESPOSO ES UN CEO

Status: En proceso
Genre:CEO / Arrogante / Amor-odio / Cambio de Imagen / Casada con el millonario / Jefe en problemas
Popularitas:78.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Mar

Camilo Quintero es un hombre arrogante, que no tiene reparos en hacer sentir mal a los demás. No cree en el amor y se niega rotundamente a casarse. Sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando su abuelo lo destituye del cargo de CEO, le quita todas las tarjetas de crédito, su dinero y le da un año para que consiga un trabajo digno y cambie su forma de ser.

En medio de su nueva realidad, Camilo conoce a Lucía Fernández, una joven humilde, sencilla y amorosa, todo lo contrario a él. Por circunstancias del destino, terminan conviviendo juntos y, poco a poco, se enamoran. Sin embargo, la familia de Lucía no lo acepta, convencida de que su hija merece a alguien mejor y no a un “bueno para nada” como Camilo.

NovelToon tiene autorización de Mar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 9

La noche se deslizaba lentamente sobre la vieja pensión de Doña Lucrecia, ese rincón con alma de novela donde las paredes tenían oídos, las tazas nunca hacían juego y el reloj de la entrada llevaba años sin dar la hora correcta. A esas horas, casi todos los inquilinos ya dormían o fingían hacerlo, mientras el silencio se colaba por los corredores como un gato curioso.

En la cocina, iluminada solo por una luz cálida que colgaba del techo, Lucía y Camilo aún no se retiraban a descansar. Se suponía que solo habían bajado por un té y una charla tranquila antes de dormir. Pero el destino, el cansancio o quizás algo más fuerte, les tenía preparado otro plan.

—¿Te das cuenta de que siempre terminamos aquí? —preguntó Lucía, sentada en una de las sillas, jugando con la cucharita de su taza.

—Porque aquí no hay testigos... —respondió Camilo con una sonrisa ladina mientras se apoyaba en la encimera frente a ella—. Bueno, salvo por el microondas que a veces pita solo. Estoy seguro de que está poseído por un malvado espiritu.

Lucía soltó una risa suave. Ese era uno de los encantos de Camilo lograba hacerla reír incluso cuando había tenido el día más pesado y cansado para ella.

Pero esa noche había algo diferente. Un silencio expectante flotaba entre ellos. Las miradas duraban más de lo habitual, los dedos se rozaban “por accidente”, y los corazones latían como si tocaran un tambor invisible.

Camilo se acercó despacio, como si temiera romper el hechizo mágico de ese momento. Al llegar a ella, la rodeó con los brazos y la atrajo hacia él. Lucía cerró los ojos al instante, hundiéndose en su pecho, sintiendo ese olor a perfume varonil , jabón, ropa limpia y algo indefinido que ya se asociaba con él.

—Lucía —susurró Camilo contra su cabello—, no sabes cuánto te amo.

Ella levantó la cabeza para mirarlo y él no lo dudó más. Se apoderó de sus labios en un besó.

Fue un beso lleno de ternura y deseo contenido. Un beso que hablaba de silencios largos, de tardes compartidas, de miradas que ardían sin tocarse. Un beso que se sintió como un hogar.

—Eres mi perdición, mi amor —dijo Camilo entre suspiros, apenas separando sus labios de los de ella.

—Y tú eres el mío —respondió Lucía con la respiración agitada, sus manos aún aferradas a la camisa de él.

Camilo sonrió, y con un movimiento ágil la alzó como si no pesara nada. Lucía soltó una exclamación sorprendida, pero no protestó. La sentó sobre la encimera, entre risas contenidas y besos que ya empezaban a subir de tono. Sus manos acariciaban sus piernas, subiendo lentamente por la piel que la falda dejaba al descubierto. Lucía gimió bajito, perdida en ese instante, y se aferró a Camilo con fuerza, deseando que el tiempo se detuviera ahí , porque todo era perfecto cuando estaban los dos solos.

Ambos sabían lo que querían. Camilo quería hacerla suya. Lucía quería entregarse por completo a él. Ya no había espacio para dudas entre ellos eran dos semanas desde que estaban juntos y a escondidas de la abuela Angie.

Pero justo cuando el ambiente parecía alcanzar el punto de ebullición, una voz aguda, dramática y claramente fastidiada rompió la magia como un balde de agua helada.

—¡Sacrilegio en la cocina! ¡Los hijos del pecado se están cocinando junto al microondas! —gritó Angie, apoyándose en su bastón y con los rulos desordenados como si hubiera escapado de una película de terror… o de una telenovela mal doblada.

Lucía pegó un salto como si el mármol estuviera ardiendo. Camilo dio un paso atrás con la culpa escrita en la cara, mientras Angie se acercaba cojeando, con expresión de escándalo… aunque en el fondo, los ojos le brillaban con picardía.

—¡Abuela! —gruñó Lucía, roja como un tomate—. ¿No estabas durmiendo? ¡Es tardísimo!

—Bajé por un vaso de agua —respondió Angie con tono indignado—. Pero me encontré con que Camilo se te estaba comiendo a tu niña. ¡Ay, qué desgracia, qué pena, qué dolor! ¡Pobre mi nietecita, víctima de este bueno para nada que apenas sabe pelar papas!

—Señora Angie, —yo... yo solo—balbuceó Camilo, intentando acomodarse la camisa y fingir dignidad.

—¡Silencio, pecador de encimera! —exclamó ella alzando su bastón como si fuera una espada mágica—. ¿Y si me resbalaba con una pasión caída al suelo? ¿Quién me levantaba? ¿Tú, Camilo, con esas manos llenas de pecado?

Lucía se tapó la cara con ambas manos, deseando que la tierra la tragara. Camilo, por su parte, no sabía si reír , llorar o pedir perdón.

—Abuela... ve a dormir. Mañana hablamos —dijo Lucía, intentando recobrar algo de compostura.

—¡¿Dormir?! ¿Después de ver semejante novela en vivo? ¡Esto ni en Netflix! ¡Ni en las turcas esas que ves tú, Lucía! —Angie seguía con la mano en el pecho, exagerando como actriz de teatro—. ¡Y encima en la cocina! ¿Qué será lo siguiente? ¿El cuarto de la lavadora?

—Camilo solo... me ayudaba a alcanzar algo —intentó decir Lucía, sin mucha convicción.

—¡Claro, el alma! Porque ese beso fue tan profundo que le vi hasta las intenciones, mija. ¡Y estaban sin censura!

Camilo no pudo contener la risa. Lucía le dio un codazo, pero ya era tarde. Angie los miró a los dos con una mezcla de falsa indignación y verdadero entusiasmo.

—Pues ahora ya no hay vuelta atrás —dijo la anciana, dando media vuelta con aire solemne mientras caminaba hacia la puerta—. Se comieron el pastel antes de tiempo y también se comieron los unos a los otros con la mirada. ¡Esto se arregla con una boda, no con excusas!

Lucía abrió los ojos como platos.

—¿Qué pastel?

Angie se detuvo en seco, se giró dramáticamente y señaló con el bastón hacia el refrigerador.

—¡El pastel de tres leches que escondí detrás de la olla de lentejas! ¡El que guardaba para mi aniversario número ochenta de no soportar a ningún hombre! ¡Desapareció como el pudor de ustedes dos!

Lucía y Camilo se miraron. Luego, bajaron la vista. Sobre la encimera, efectivamente, quedaban solo las migajas del dichoso pastel.

—Bueno, Camilo tenía hambre... —susurró Lucía con una risita culpable.

—¡Claro que tenía hambre, si le diste postre y plato fuerte! —gritó Angie desde la puerta—. ¡Ay, Dios mío, llévame ya! ¡Pero llévame con vista al mar!

Y sin más, se fue cojeando por el pasillo, murmurando frases como “se me acaban los bastones, pero no las sorpresas” y “la juventud está perdida en las cocinas”, hasta que su silueta desapareció en la oscuridad.

Lucía y Camilo se quedaron en silencio un segundo. Luego, estallaron en carcajadas.

—¿Sabes qué? —dijo él, abrazándola de nuevo—. Creo que te amo incluso más después de esto.

—¿Incluso con mi abuela invocando a Dios y al microondas? —preguntó Lucía entre risas.

—Especialmente por eso.

Y justo cuando estaban por volver a besarse, una voz lejana, pero clarísima, retumbó desde el pasillo:

—¡Y que sepan que si no se casan después de comerse ese pastel, yo los desheredo! ¡Aunque no tenga ni un centavo que heredarles!

Lucía suspiró.

—¿Y ahora qué hacemos?

—Lo primero —dijo Camilo, mirándola con ternura— es limpiar la encimera. Lo segundo... hablar con el cura.

Ambos rieron, y entre bromas, suspiros y complicidad, supieron que aquella noche, aunque interrumpida, quedaría grabada en sus corazones para siempre...

Continuara ...

1
Alba Rosa Jimenez Puyosa
muy buena novela todos se tardaron poco a poco ya se van a encontrar es otra que Camilo va a hacer Alianza en los negocios con Lucía
𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋
Jajajaja en pocas palabras tiene cara de zombie 🧟‍♀️
Maria Elena Martinez Lazaro
Lo sospeche desde un principio que la persona que le había terminado a Octavio era Hanna
Y@d3
3 semanas mi inútil bello para que te encuentres con Lucia y sepas que vas hacer papá 🥳🥳🥳😍
Y@d3
cllaaaarooooi que puedes ir cuando quieras... podrías irte lo más pronto posible gracias
Y@d3
jajajaja jajaja ay no la abuela Angie de verdad que es única 😅 😂😂... bueno abuela UD cómo no es nada inútil, pero un poquito salía digo sincera psss váyase o llame a sus amigos Bernardo y Anastasia y dígale que serán abuelos para que ayuden a decirle a Camilo ñ. él se tiene que enterar. o Hanna UD llame al padre de su criatura él merece saber que será papá.
Marcela Lopez
genial
Marcela Lopez
la abuela es tenas mapache atropellado 🤣🤣
mariela
Eran muchos y ahora llegarán dos bebés Angie siempre con sus ocurrencias pero vaya sorpresa que se llevarán cuando aparezca Alirio Montenegro para saber la verdad del porque Lucrecia desapareció y no dijo nada sobre su embarazo y Hanna tendrá que decirle a Lucia el nombre del padre de su hijo y seguirán las sorpresas.
🇻🇪 Liss
uy cuidado y si cuñada se le antoja tener algo con usted
Patricia Salazar
Es sólo un abrazo 🤦‍♀️ no hay que ser mal pensada 🤷‍♀️ Mili sabe que Lucía puede ser su hermana 😊 en su debido tiempo, todo la verdad se sabrá .
Gracias Mar por la maratón 😘😘😘
Patricia Salazar
Ohhh Camilo, que hiciste 🙈 es verdad lo que dicen 🤷‍♀️ cuándo uno está adolorido, en el momento 😞 no ve, las estupideces que cometemos 😭😭😭
Patricia Salazar
Yo creo que todo tenía que pasar 🤷‍♀️ ya encontramos al padre de Lucía y primer amor de Lucrecia 😊 Dios obra de maneras misteriosas 🙏 ahora queda esperar que
se encuentren de nuevo, seguro que la madre hizo algo, en la desaparición de Lucrecia 🤔
Suleima Dominguez Guzman
gracias Mar por cada capítulo es única me encanta
Lety
Fue más inteligente el chofer😂😂😂😂🤭🤭🤭🤭
Lety
😂😂😂😂😂😂se paso Camilo
Maria Solorzano
Está abuela como me hace reír 🤣🤣🤣🤣
Maria Solorzano
🤣🤣🤣🤣
Maria Solorzano
Que todos se perdonen y se amen sin rencores 😍❤️👍👌
✨✨Esmeralda Guzman✨✨
jajajaja buena solución 😂😸😸😸
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