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¿Mujer, Indefensa? |Duología Venganza #1

¿Mujer, Indefensa? |Duología Venganza #1

Status: En proceso
Genre:Matrimonio contratado / Pérdida de memoria / Equilibrio De Poder / Autosuperación / Matrimonio arreglado / Venganza de la Esposa
Popularitas:3.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Maria Solis

Una mujer despierta luego de estar en coma algunos días.

Sin recuerdos...

Sin saber quien es...

Edad y nombre no es algo que figura en sus recuerdos, ya que parece, los ha perdido todos.

Sin embargo, un hombre aparece delante de ella para recordarle que se llama Alma Rizzo, y que ambos, están casados desde hace cuatro años.
Él le promete ayudarla a recordar todo su pasado para poder encaminar su vida de nuevo.
Algo que a Alma, le parece irreal.
Sobre todo porque cuanto más aprende de si misma, más le aterra descubrir que tal vez no es la mujer que esperaba ser.
Ahora, componer su vida será su misión...
Cosa que no será sencilla cuando se tiene limitado los recuerdos y no sabes si convives con amigos o enemigos.

NovelToon tiene autorización de Maria Solis para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 14

Anastasia se dirigió a su mesa nuevamente mientras miraba la mano con la que había saludado a la señora Rizzo.

—Dígame señora Rizzo, ¿puedo darle un consejo? —preguntó, mientras daba la vuelta y clavaba los ojos en ella

Alma asintió.

—Claro. Los consejos siempre son buenos, ¿no?

Anastasia alzó una ceja y un brillo de diversión atravesó sus ojos por unos segundos.

—Bien, de...

Dos golpes a la puerta interrumpieron las palabras de la anfitriona.

—¿Si?

La misma mujer de antes asomo la cabeza.

—Una disculpa mi señora, hay una mujer que desea verla.

—Vaya... —sonrió la pelirroja con amplitud —Parece que soy muy solicitada hoy. Bien Constance, hazla pasar a la sala.

—Claro. —murmuró cerrando la puerta

—Bueno, supongo que el consejo puede esperar, se lo daré cuando nos volvamos a ver. En cuanto tenga lo que busca, me contactaré con usted directamente para vernos nuevamente. ¿De acuerdo?

—Si, si, muchas gracias.

Cruzandose de brazos, Anastasia le sonrió.

—Bien, hasta que nos veamos de nuevo, espero poder ayudarla en lo que necesita. —murmuró, levantando el brazo antes de chasquear los dedos —Si necesita algo más de mi, ya sabe donde encontrarme.

—Muchas gracias, señorita Conde.

—Llámeme Anastasia.

—Bueno, me retiro para no quitarle más tiempo. —Alma se dirigió a la puerta mientras la pelirroja la sostenía para que saliera primero

Cuando abandonaron la habitación, en medio de la sala, se encontraba una bella mujer portando un vestido negro a juego con su cabello.

—Señora Lee. —saludo Anastasia en cuanto la vio —¿A qué debo el honor?

La mujer clavo los ojos en la pelirroja antes de entrecerrarlos un poco.

—Me costó encontrarla, vengo... —murmuró y calló al ver a Alma

—Constance. —llamo la oji azul —Acompaña a la señora Rizzo a la puerta. —ordenó, antes de mirarla —Cuídese...

—G-gracias. —mira a la oji gris —Con permiso.

—Propio. —respondió la mujer con educación

Alma se alejo de las mujeres para seguir a la ama de llaves.

—Creí dejar claro que no deseo saber nada de los Abreu. —murmuró Anastasia

—No vengo en nombre de Daniel, vengo por mi cuenta.

Constance le abrió la puerta y la dejo pasar.

—Gracias.

—Hasta luego. —respondió y cerro en cuanto puso un pie fuera

Respirando con fuerza y exhalando de la misma manera, la oji negra bajo las escaleras con rapidez. Tenía que regresar a casa pero antes debía ir al supermercado por los ingredientes para el postre que debía prepararle a Valentín, así, su nana no sospecharia.

Necesitaba conocer el contenido de su testamento para entender el porqué Valentín estaba tan interesado en buscarlo en su laptop. Si bien, ese no era el documento que necesitaba, no podía sentirse con la confianza de hablar del tema aún. ¿Era correcto actuar sola? ¿O debía hablarlo con él?

Mordiendo su uña, se detuvo en seco al ver el supermercado. Justo lo que necesitaba ahora...

Entro y tomó una canasta para colocar solo lo que necesitaba. Iba a preparar una tarta de mango, según su nana, Valentín amaba esa fruta. Así que la usaría para su tarta.

Se dirigió al área de frutas y se dispuso a buscar el mango.

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—Perfecto, lo haré... Lo prometo. —apagando su celular luego de su video llamada, Alan Conte se detuvo en seco al ver a la señora Rizzo examinando unos mangos

¿Qué hacía ella en un supermercado? Jamás pisaba uno.

¿De verdad no tenía ni un mínimo recuerdo?

Sonriendo, alzó una ceja con diversión al verla arrugar la frente mientras sostenía en cada mano un mango y los analizaba.

Pasaba la mirada entre uno y otro antes de guardar uno de los dos en su canasta para repetir la operación. Tal vez lo hizo tres veces más antes de dirigirse a otra área del supermercado.

Ahora que lo pensaba un poco, ¿qué hacía tan lejos de su casa? Había un gran supermercado cerca de donde vivía.

.

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Alma se dirigió al área de harinas. Buscó la indicada para realizar tartas, buscó la grenetina, galletas y solo le faltaba la crema batida.

Andaba tan sumergida en su mundo, buscando los mejores precios con los mejores gramajes qué no se percatado del rubio qué la miraba con diversión al final del pasillo.

Alan, la miró buscar entre las latas de crema, arrimar todas las que estaban al frente y sacar una del fondo.

Contuvo la respiración cuando ella miro la lata con satisfacción y dio un paso inconsciente hacia ella cuando ésta, agitó la lata junto a su oído.

«—¿Qué haces?

—Por lo general, colocan las latas a punto de caducar al frente para que por inercia, sea lo primero que tomes y listo. Pero si no vas a usar el producto pronto, es mejor tomar los del fondo.

—Eso lo sé, me pregunto el porqué lo agitadas.

—Oh, es satisfactorio.»

Imposible.

Alma dejo la lata en su canasta y se alejo del pasillo por el lado contrario a donde se encontraba el oji azul sin percatarse de él.

Alan camino hacia ella con paso veloz, ¿Acaso estaba jugando con él? ¿Le había visto y le parecía divertido hacer aquello?

La peli negra dio la vuelta hacia el siguiente pasillo, sin embargo, su cuerpo choco con otro, soltó su canasta mientras la persona caía al suelo de sentón.

—Diablos, lo siento tanto. —murmuró —Oh, eres tú.

La chica levantó la mirada y con asombro miró a la oji negra.

—¡Señora Alma!

—Dejame te ayudo. —le extendió la mano para ayudarla

—Muchas gracias.

Alan, dio dos pasos atrás y decidió alejarse por el momento, tenía mucho en que pensar.

—¡Le tire todas sus cosas! —la chica rápidamente empezó a levantar todo lo que había en el suelo —Pero que torpe.

—No te preocupes querida.

—Lucía. —le sonrió la joven —Lucía Mack...

—¡Luz! —un joven apareció por el pasillo —Al fin te encuentro, ¿dónde te habías metido?

—Tranquilo, estoy bien.

—Tenemos que irnos. —apremio el chico

—Bueno, no los detengo más. —sonrió la oji negra —Ha sido un placer Lucía. —sonrió, sin percatarse de como el chico tensaba la mandíbula

—Un gusto señora...

—Rizzo, Alma Rizzo.

—Aquí tiene —la joven le entrego su canasta —De nuevo, una disculpa. Aunque ahora sí que estamos a mano por lo de la mañana.

Alma se despido con la mano y se alejo de los jóvenes quienes salieron apresurados del supermercado.

Pago y al salir pidió un taxi para regresar a casa.

...[...]...

—¡Por todo los dioses! —jadeo la anciana al verla llegar —Creí que tenía que llamar a la policía.

—Pero solo fui al supermercado nana.

—¿Toda la mañana? Te fuiste a las ocho y vienes llegando al medio día. ¡Casi me infarto! Todo el día sin saber de ti, voy a jalarle las orejas a Valentín por no haberte comprado ya un celular.

—Tranquila nana, no se enoje que no le hace bien. Mejor ayúdeme a preparar la tarta, quería hacerla sola pero quiero dársela hoy en la noche y para eso necesito manos expertas.

La anciana sonrió.

—Bien, al menos llegaste entera, vamos a la cocina.

.

.

.

Lo intentaba, tecleaba pero lo hacía sin prestar atención. Sus pensamientos estaban confundidos, ¿o acaso él se estaba haciendo ideas erróneas?

Suspirando, ladeo la boca al ver que el documento que estaba editando tenía demasiadas faltas de ortografía.

—Maldición. —gruñó y cerró el documento

Dejando caer su espalda en el respaldo de su asiento, paso una mano sobre su rostro.

Su comunicador de activo.

"Señor, la junta de las 3:00 p.m se ha modificado como pidió, ¿desea algo más?"

—No, Clara, gracias... —soltó el botón luego de responder

Levantándose de su asiento, se dirigió a la gran ventana de cristal, cuya vista dejaba ver los demás edificios de la ciudad.

«—¿Qué te pasa? —gruñó mientras sacudia con irritación aquella carpeta rosa

—Te lo juro, te voy a hundir. Así sea lo último que haga Alan Conte.»

1
Maria Cristina Roldan Rodam
ahí hay algo raro no habrán intentado matarla
Yasmira Español
Malo
Yasmira Español
Normal
Elizabeth Sánchez Herrera
más ➕ capítulos
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