En la ciudad de Solis, un cometa llamado "Eos" trae consigo el despertar de poderes extraordinarios en muchas personas. Axel, un joven de 17 años, descubre que puede controlar varios elementos y hasta puede ser que mas... pero cada uso tiene un alto costo.
Mientras la ciudad se sumerge en el caos y surgen facciones rivales, Axel recluta a un grupo de resistencia para luchar contra una amenaza oscura que busca dominar Solis. La historia aborda la lucha por la supervivencia y el sacrificio en un mundo transformado.
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Capítulo 15: La Llama en la Tormenta
El aire en la base vibraba con la energía de los nuevos reclutas. Axel, sentado en el centro de un círculo formado por sus amigos y los recién llegados, sintió que el peso de la responsabilidad se equilibraba con la esperanza que emanaba de su grupo. Era un momento decisivo, un punto de inflexión en su lucha contra Zarkoc y sus sombras.
"Necesitamos conocernos mejor," dijo Axel, su voz resonando en la sala. "Cada uno de nosotros tiene habilidades únicas, y es crucial que aprendamos a trabajar juntos. Quiero que cada uno comparta qué puede hacer y cómo podemos integrarlo en nuestra estrategia."
Lía fue la primera en hablar. "Puedo controlar el viento, lo que me permite crear ráfagas que desestabilizan a los enemigos. También puedo usarlo para transportar a los que están en peligro."
Tony, con una sonrisa confiada, añadió: "Yo puedo manipular la tierra. Puedo crear barreras o abrir el suelo bajo nuestros pies, así que los enemigos piensen dos veces antes de atacarnos."
Maria, con una mirada enérgica, comentó: "Mis ilusiones pueden distraer o engañar a los oponentes. Puedo hacer que vean cosas que no existen o ocultar nuestros movimientos."
Maho, un poco más reservado, explicó: "Con mi control sobre la electricidad, puedo crear descargas que desorientan a nuestros enemigos. Pero debo tener cuidado; el control es esencial para no hacer daño a los nuestros."
"Y yo soy Nina," se presentó la chica que controlaba la lava. "Puedo crear muros de lava que pueden desviar ataques y también causar daños significativos."
"Soy Raúl," añadió el chico de metal, "y puedo endurecer mi cuerpo con metal. Puedo usarlos como armas, o crear objetos para ayudarnos en combate."
"Con todas estas habilidades," reflexionó Axel, "podemos formar un equipo formidable. Pero necesitamos practicar y entrenar juntos para que nuestros poderes se complementen."
Los nuevos reclutas se miraron, compartiendo una mezcla de ansiedad y emoción. Kai, que había estado en silencio, finalmente habló: "No hay tiempo que perder. Si Zarkoc está buscando la Chispa Karioli, debemos adelantarnos a sus movimientos. Necesitamos un plan de defensa y un ataque."
Esa noche, el grupo se sumergió en una serie de ejercicios. Dividieron las habilidades en equipos: Lía y Maho trabajaron en la creación de combinaciones de viento y electricidad, mientras que Tony y Nina formaron barreras con tierra y lava. Maria comenzó a experimentar con ilusiones para distraer y confundir.
Axel y Camila se movían entre los grupos, alentando y corrigiendo. A medida que la luna ascendía, la base se llenó de energía vibrante y risas nerviosas. Cada uno comenzó a encontrar su lugar en el equipo, formando conexiones que se transformarían en lazos inquebrantables.
Sin embargo, mientras entrenaban, la atmósfera se tornó inquietante. Axel sintió un escalofrío recorrer su espalda; la oscuridad parecía acecharles, como si Zarkoc estuviera al tanto de sus movimientos. "No debemos relajarnos," advirtió. "Zarkoc puede atacar en cualquier momento."
Al día siguiente, la noticia de los nuevos reclutas corrió por la ciudad. Muchos jóvenes despertados se sentían atraídos por la idea de luchar contra las sombras. Algunos vinieron en busca de Axel y su grupo, y pronto la base se llenó de nuevos rostros y nuevas habilidades.
Pero en las sombras, Zarkoc observaba. Había estado recolectando información sobre la resistencia, y su plan se estaba desarrollando con astucia. "Si no pueden resistir un ataque coordinado, caerán," murmuró, con una sonrisa helada. "Es hora de mostrarles lo que significa enfrentarse a la oscuridad."
Zarkoc envió a sus sombras a infiltrar la base de la resistencia, utilizando la confusión de la llegada de nuevos reclutas como una ventaja. Con un ejército de sombras al acecho, la tensión creció entre los nuevos miembros de la resistencia.
En medio del caos, Axel, sintiendo la llegada de la tormenta, reunió a su grupo. "La unión hace la fuerza," proclamó, apretando los puños. "Debemos estar listos para luchar, no solo por nosotros, sino por todos los que han despertado. La Chispa Karioli no caerá en manos equivocadas."
Los rostros de sus amigos brillaron con determinación. La resistencia estaba en llamas, lista para enfrentar el desafío que se avecinaba. La batalla por la libertad de Solis estaba a punto de comenzar, y Axel sabía que no podían permitirse perder.