En la historia, los protagonistas luchan por estar juntos, pero mientras eso pasa, y la protagonista trata de evitar ser el sacrificio, Beryl, el personaje extra, es quien es entregado al dragón como sacrificio, para que este siga siendo el protector del reino.
Pero, justo cuando Beryl esta por ser el sacrificio, otra alma ocupa su lugar y este, no esta dispuesto a sacrificarse por nadie, así que debe de encontrar una forma de salvar su propia vida, ¿podrá huir?, ¿será el sacrificio?
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capítulo 15- el enviado.
Todos los días Beryl terminaba agotado por el uso del hechizo, así que tan pronto se bañaba y cenaba, caía dormido hasta el día siguiente. Aunque gracias a ese entrenamiento, poco a poco comenzaba a acostumbrarse a gastar su mana y su cuerpo se adaptaba al hechizo. Dos semanas después, finalmente le había llegado a Frederick la información de Beryl.
Una dragón había tenido un romance con un humano, dando a luz a una niña, pero como esta no podía transformarse, se terminó quedando con su padre, ya que la dragón debió volver con su clan. Fue así como la niña se casó y tuvo familia, siendo uno de sus hijos, la abuela de Beryl, quien también se caso con un noble y dio a luz a su única hija, la madre de Beryl, pero como su familia cayó en ruina y su abuela falleció enferma, el abuelo de Beryl vendió a la madre del omega al conde para que esta trabajará como doncella. Al ser hermosa el conde la sedujo, pero tan pronto supo que quedo embarazada la despreció y la joven se escapo, logrando regresar con su padre, pero debido a una enfermedad cuando Beryl tenía 5 años, la mujer falleció y el abuelo de Beryl llevo al pequeño omega con el conde, quien para no tener un escándalo acepto al niño como sirviente, por supuesto, el pequeño sufría, siendo golpeado cruelmente por la esposa del duque, hasta que finalmente lo usaron como sacrificio.
Por supuesto, Frederick le da esta información a Beryl, comprobando que si, desciende de dragones y por eso es capaz de usar aquel hechizo. Beryl se quedo en silencio, Frederick supone que ha sido un golpe duro el saber lo que su familia le hizo a su madre.
— oye, ¿el padre de mi mamá aun vive?— pregunta.
— si, gano una suma millonaria en un casino y ahora tiene una buena vida.—
— ¿sabes donde?— mantiene la mirada baja.
— si, ¿quieres verlo?, no creo que sea buena idea.— responde algo preocupado.
— lo veré, pero no porque desee una reunión familiar, quiero venganza, arruinar su buena vida.— expresa molesto.
En nombre del verdadero Beryl tomará venganza por su madre. El dragón accede a llevarlo donde quiere, pero eso, sería después, por ahora es mejor seguir con el plan actual, ya estando en Drigel, Beryl podrá moverse con libertad y así iría tras aquel hombre. Beryl lo pensó un poco, pero tiene sentido, el plan del dragón es la mejor opción por el momento, aunque sea como sea, tomará venganza en contra de aquel hombre.
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Un mes después...
Finalmente Beryl ha aprendido a controlar su mana sin perder energía debido al uso del hechizo, así que es momento de poner en marcha su plan y necesita tener una entrada que impacte a todos, así que pensó en bajar en el templo sobre el lomo de Frederick, así todos sabrán que el dragón no le hace daño y que esta de su lado.
— así que te gusta ser el centro de atención. Tal vez deberías saltar desde arriba y caer de pie sobre el cardenal.— se burla.
— claro y me rompería todos los huesitos.— se cruza de brazos frunciendo los labios.
— pero llamarías mejor la atención.— sonríe con burla.
Beryl solo le mira fijamente molesto, no puede creer que se este burlando de él. Con todo listo, Frederick, transformado en dragón espera a Beryl para poder iniciar su plan, aunque al verlo salir en compañía de Angela y Rina se sorprende, pues llevaba puesto un lindo vestido color blanco lleno de holanes, aún cuando era un chico, lucia perfectamente en él, ese vestido. Beryl al sorprenderlo observándolo sonríe con burla.
—¿que pasa?, ¿te has enamorado de mi belleza?— sonríe burloso.
[No, solo pensaba que es la primera vez que veo una rata rosa usando vestido.] Le regresa la burla.
— ya verás, no me desafíes o haré que babees por mí.— asiente con seguridad.
Frederick solo gira los ojos ante el comentario del pequeño omega y le ordena ya subir. Beryl sube a su lomo, volando rumbo al Drigel.
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Ese día en el templo se estaba llevando a cabo una ceremonia, este era en honor al aniversario del templo y a festejaban por haber tenido éxito en el ritual, pues han estado libres de los demonios gracias al dragón, todos estaban en sus asientos los cuales fueron colocados cuidadosamente en el jardín del templo. Aquella celebración fue interrumpida por un estruendoso rugido y vieron al enorme dragón aterrizar en el jardín, ante tal susto, los asistentes corren a ocultarse, mientras que los caballeros del palacio se paran al frente listos para atacar, aun sabiendo que no podrán hacer nada. Los reyes también presentes estaban asustados, Harris protege a Alison parándose delante de ella.
— aléjate bestia, te hemos dado el sacrificio, no tienes derecho a interrumpir nuestra celebración.— habla el cardenal.
El dragón inclina su cuerpo y ante la mirada asombrada de todos, Beryl baja del lomo dando un par de pasos mientras el dragón permanece quieto.
— n-no puede ser...e-esta...— habla nervioso el cardenal.
— ¿vivo?, si, lo estoy.— levanta las manos y el sello brilla en sus manos.— la diosa me ha enviado para permanecer a lado del dragón y brindarle mi ayuda en contra de los demonios.— habla con tranquilidad.
Todos se ven confundidos, nadie habría esperado que sucediera algo así, mucho menos creían posible que un omega regresará vivo y sobre el lomo del dragón.
—¿la diosa?, eso no es posible, la diosa como podría hablarle a un omega...— se queja el cardenal.
— lo hizo, me envió, esta enojada por todo lo que han hecho, sacrificando inocentes en nombre de su preciado templo, un lugar sagrado donde no debería haber sacrificios.— responde Beryl.
Frederick deja salir un rugido dirigido al cardenal, quien da unos pasos hacía atrás.
— ¿por qué la diosa te enviaría con esa bestia?, no es el templo quien pide sacrificios, es esa bestia.— señala el rey.
—¿y quien lo dice?, desde la antigüedad el dragón los ha protegido, pero el templo ha sacrificado en nombre de cualquier dios, aún cuando el dragón jamás los ha dejado. ¿Quienes son le verdaderas bestias.— grita Beryl.
Hecho esto, lanza una descarga eléctrica cerca de los pies del rey, quien por el susto cae sentado, siendo rápidamente ayudado por sus guardias.
— ustedes solo asesinan inocentes.— señala al cardenal.— la diosa me ha enviado a parar esa absurda tradición, prueba de ello es que el dragón esta de mi lado. La diosa ordena que dejen de sacrificar o yo los eliminaré.— levanta la mano.
El dragón levanta la cabeza mirando al cielo y al dejar salir un rugido, el cielo se oscurece y comienzan a caer rayos que van contra las ventanas del templo, ante esto, la gente la asusta, algunos salen huyendo y otros se arrodillan y hacen una reverencia. La reina y los del templo se ven preocupados, el rey no sabía ni como reaccionar, mientras que Alison se aferra al brazo del príncipe, asustada por lo que esta pasando.
— yo, el enviado de la diosa, los protegeré de los demonios, pero si derraman sangre como sacrificio, destruiré el reino, ese, es el mandato de la diosa.— observa a todos de manera arrogante.
La mirada de Beryl se dirige hacía Alison y le deja ver una sonrisa ladina, ya verán esos falsos héroes, los dejará humillados. Las nubes negras desaparecen y todo vuelve en calma. También pueden observar como el dragón toma forma humana, dejando ver a ese atractivo hombre de cabello rojo, Beryl se acerca y se sostiene del brazo. Los presentes nuevamente se quedan sorprendidos al ver que el dragón puede tomar forma humana.
— yo, el enviado de la diosa y esposa del dragón, solicito alojamiento en el templo, espero no rechacen tal petición.— mira al cardenal.
— p-por supuesto que no, será bienvenido...— responde la reina aún confuso.
Beryl sonríe y junto a Frederick se dirigen dentro del templo. Harris se acerca a su madre, pidiendo una explicación de lo que acababa de pasar, pero es obvio que ni ella sabe, incluso el cardenal responde que no sabía nada, pero si ese omega estaba vivo y en compañía del dragón, no pueden tomarse las cosas con calma, algo ha sucedido, si en verdad la diosa lo ha enviado, no pueden hacerle daño o serían castigados. Los condes, padres de Alison que estaba escondidos, se sentían asustados, si ese omega estaba vivo, podría buscar vengarse por haberlo entregado como sacrificio.
— n-no puede hacernos nada...por nos nosotros es que se ha convertido en el enviado de la diosa.— se excusa la condesa.
— c-cierto...el merece respetarme, soy su padre...— trata de excusarse también el conde.
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Hermosísimo, adorable. solo miren esas orejitaaaaas tan lindaaaaas.