Laura, una mujer de 30 años, lucha contra una enfermedad terminal. Su mayor preocupación es el futuro de su hermana menor, Alma, de 15 años, y su pequeña hija, Sofía. Laura decide que su esposo, Máximo, debe hacerse cargo de Alma y Sofía para garantizar su bienestar. En sus últimos días, le pide a Máximo que se case con Alma cuando ella cumpla la mayoría de edad y que adopte legalmente a Sofía para cuidarla como si fuera su propia hija.
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Capítulo 15: El Cumpleaños de Alma
El cumpleaños de Alma se acercaba, y Máximo quería asegurarse de que fuera un día inolvidable. Para ello, planeó una sorpresa que no solo celebrara su día especial, sino que también reafirmara su compromiso con ella de una manera significativa. Con esta idea en mente, llamó a su joyero de confianza y le pidió que diseñara un juego de anillos: uno para él, uno para Alma y un anillo de pedida para formalizar su unión.—Quiero que sean elegantes y únicos, algo que refleje nuestro vínculo especial —explicó Máximo al joyero, quien tomó nota con atención.Además de los anillos, Máximo organizó un pequeño festejo en su hogar, invitando solo a su círculo más íntimo. Quería que el evento fuera íntimo y especial, rodeado solo de las personas más cercanas a Alma. Preparó todo con meticuloso cuidado, asegurándose de que cada detalle estuviera perfecto.Mientras tanto, Konstantin no quiso quedarse atrás en mostrar su aprecio por Alma. Aunque sabía que su relación con Máximo era tensa, no podía evitar sentirse atraído por la fuerza y belleza de Alma. Decidió enviarle un ramo de flores exóticas y una elegante pulsera como regalo de cumpleaños. Sabía que estos gestos podrían ser malinterpretados por Máximo, pero no le importaba. Para él, era importante que Alma supiera que contaba con su apoyo y admiración.Cuando Alma recibió el paquete de Konstantin, se sorprendió al ver la pulsera y las flores. Apreciaba el gesto, aunque sabía que esto podría causar un conflicto con Máximo. Guardó los regalos con cuidado, pensando en cómo manejar la situación sin causar problemas.Por otro lado, Susan estaba entusiasmada con el evento. Alma y ella habían estado hablando sobre la fiesta durante días, emocionadas por la oportunidad de reunirse con sus amigos y celebrar. Susan había ayudado a Alma a elegir un vestido especial para la ocasión, asegurándose de que se sintiera hermosa y cómoda.El día del cumpleaños de Alma llegó, y la casa de Máximo estaba decorada con flores y luces, creando un ambiente cálido y acogedor. Los invitados comenzaron a llegar, trayendo consigo risas y buenos deseos. Entre los presentes estaban Andrés, el fiel secretario de Máximo, algunos amigos cercanos de Alma y Susan, y otros miembros del círculo íntimo de la familia.Máximo se aseguró de que todo estuviera listo para el momento culminante de la noche. Cuando llegó la hora, pidió a todos que se reunieran en la sala principal. Tomó la mano de Alma y la llevó al centro de la habitación, con una sonrisa amorosa.—Queridos amigos, gracias por estar aquí para celebrar el cumpleaños de Alma. Hoy es un día muy especial, no solo porque celebramos otro año de su vida, sino porque quiero hacer oficial algo que ya es evidente para todos nosotros —dijo Máximo, sacando una pequeña caja de terciopelo de su bolsillo.Alma lo miró con sorpresa y curiosidad mientras él abría la caja, revelando los anillos.—Alma, te has convertido en una parte fundamental de mi vida y la de Sofía. Eres una madre increíble y una compañera inigualable. Quiero que estos anillos simbolicen nuestro compromiso y nuestra unión como familia. Alma, ¿quieres ser mi esposa? —preguntó Máximo, su voz llena de sinceridad y amor.Las lágrimas llenaron los ojos de Alma mientras asentía, apenas capaz de hablar.—Sí, Máximo, quiero ser tu esposa —respondió, emocionada.Los presentes aplaudieron y vitorearon mientras Máximo colocaba el anillo en el dedo de Alma. El ambiente se llenó de felicidad y amor, y Alma sintió que su corazón estallaba de alegría.Mientras la fiesta continuaba, Alma se acercó a Máximo y le mostró la pulsera y las flores que Konstantin le había enviado. Máximo miró los regalos con una mezcla de sorpresa y desagrado, pero decidió no arruinar el momento.—Es un gesto bonito, pero quiero que sepas que nada ni nadie cambiará lo que siento por ti. Tú y Sofía son mi mundo, y haré todo lo posible para proteger nuestra felicidad —le dijo, abrazándola con fuerza.Alma sonrió y se sintió más segura que nunca del amor de Máximo. Juntos, disfrutaron de la fiesta, rodeados de amigos y familiares, celebrando no solo un cumpleaños, sino el inicio de una nueva etapa en sus vidas.Konstantin, desde la distancia, observó cómo se desarrollaba la noche. Aunque su interés por Alma seguía presente, decidió respetar la nueva dinámica familiar. Sabía que debía encontrar la manera de manejar sus propios sentimientos y seguir adelante sin interferir en la felicidad de Alma y Máximo.Y así, en medio de risas y celebraciones, el cumpleaños de Alma se convirtió en un día memorable, marcando el comienzo de una nueva vida llena de amor, compromiso y promesas para el futuro.