Entre El Amor Y El Odio

Marcus y Renata se quedaron solos en la habitación

- Marcus.. déja que me acerqué a ti

Lo dijo casi en un susurró

- Te necesito

Marcus estaba ido, absorto en si mismo, Renata se acercó y se sentó en el piso, a su lado y acarició su cabello, como momentos antes había acariciado el de su hijo, Marcus no se movió

- Yo lo he matado

Su voz sonaba ronca y ardía en sufrimiento

- Porque? Porque se tenía que ir mi hijo?

Marcus no pudo contener su llanto y volteo a ver a Renata

- Le ofrecí mi vida a cambio de la suya y el no lo aceptó

decía mientras miraba hacia arriba, el dolor de Marcus no hacia más que incrementar el de Renata, deseaba gritar de frustración y de dolor

- Lo hizo para castigarme, por eso se lo llevó

Marcus estaba destrozado, la culpa lo estaba matando, Renata se acercó a él y lo abrazo, el no rechazo el abrazo, al contrario lo correspondió y ambos lloraron amargamente por la perdida de su hijo.

La familia se había ido y Renata nunca pensó que esa casa tan bonita y tan grande se sintiera tan asfixiante como se siente ahora, sin vida. Caminaba por toda la casa veía los lugares en los que jugaba su hijo y el dolor no hacia más aumentar. Después del funeral Marcus había regresado a casa con ella pero parecía un cuerpo vacío que solo se movía por inercia, Renata estaba preocupada por el, además de que ella había intentado ser fuerte pero el dolor la estaba consumiendo, la irá, la desesperación aún así decidió que lo ayudaría primero a el y cuando el estuviera mejor ella podría dar rienda suelta a su dolor. Renata había dejado a Marcus en la habitación este se había dormido y Renata lo veía, y acariciaba su cabello y daba gracias a que fuera tan parecido a su bebé. Ella lo dejo y se fue a la cocina a prepararse un café, se sentó y mientras lo bebía recordaba todo lo que había dicho el sacerdote

- Todo fue por mi culpa, pero juro que no volveré a codiciar lo que es de otra persona

La casa seguía en silencio y Renata pensó que ese silencio la volvería loca, Luca y Luciano se habían ido a quedar con Emilio pues Luciano estaba igual de destrozado que ellos, pero el no podía regresar a esa casa, no hasta que él dolor menguara un poco y Luca no quiso dejarlo solo, pues Luciano estaba enfermo y temía por su corazón, Luciano les había insistido para que se fueran con el pero Marcus se negó y Renata también. Marcus había despertado agitado pues había vuelto a soñar con la caída de Luciano y su inevitable muerte, estaba empapado por el sudor, Renata fue hasta la habitación de Marcus, habían pasado ya días del entierro y desde esa noche Marcus había empezado con pesadillas así que Renata siempre estaba al pendiente de cualquier ruido. Cuando Renata entro a la habitación se acercó a Marcus y le dio un vaso de agua, este lo tomó de buena manera y logró ver qué apesar del dolor la compañía de Renata lo hacía más tolerable, sus sonrisas y sus gestos calmaban el dolor, el veía como lo miraba y esa forma de acariciar su cabello era la misma con la que acariciaba a Luciano, Marcus no entendía como ella podía estar ahí tendiendo le un vaso de agua con una sonrisa mientras el estaba desmoronandose, otra mujer en su lugar estaría hecha pedazos llorando y maldiciendo pero ella? Eso le molestó, el llevaba un infierno dentro y ella parecía en calma y el no podía permitir eso quería herirla, pues ella también había tenido culpa en la muerte de su hijo. El se levantó de la cama y la miro bien, tenía ojeras y estaba más pálida el tono dorado de su piel se había ido, Renata no sabía porque él la estaba mirando como lo hacía, así que simplemente le dedico una sonrisa, Marcus odiaba esa sonrisa era la sonrisa que se le dedica a un niño y estaba por perder los estribos cuando ella hablo

- Te sientes mejor? Quieres que te traiga algo más?

Lo veía como veía a su hijo

- No quiero nada

Marcus no había notado que desde el entierro Renata no había vestido de negro si no de blanco, lo considero una falta a la memoria de su pequeño

- Porque vistes de blanco y no de negro?

- Porque mi niño era un ángel puro, el no tenía malicia, y el negro es para recordar a los pecadores

Marcus ya no dijo nada, viéndola bien, también se dio cuenta de que estaba más delgada

- Deberías de comer mejor, estás más delgada y no quiero que te enfermes

Su preocupación la había enternecido pues ella seguía enamorada y lo miro con el amor que siempre lo había mirado

- Tu también estás más delgado

Se acercó a él y levantó la mano para aclararlo pero Marcus la detuvo

- si me tocas perderé el poco control que tengo

Los ojos de ella se llenaron de lágrimas y algunas bajaron por sus mejillas

- Yo no te haré daño, ya no más te lo juro

El no comprendió que quería decir con eso

- Yo no soy Luciano no me toques como si lo tocarás a el

- Es imposible, cada vez que te veo es ver a mi hijo convertido en un adulto y no sabes cómo agradezco que te parezcas a el, porque así no podré olvidar nada de el, porque mi Luciano vive en ti y eso hace que mi corazón este tranquilo

Marcus lamento lo que había dicho y le soltó la mano, en realidad lamento todas las malas palabras que le había dicho pues después de que el la tratara tan mal, ella estaba ahí, al mirar mejor Marcus realmente se preocupó pues Renata realmente parecía enferma

- Marcus tengo algo que decirte

Renata respiraba más rápido sin ser consiente pues se estaba poniendo nerviosa, no sabía cómo Marcus hiba a tomar la noticia

- Mejor lo hablamos después, de todas maneras no es importante

Marcus la veía y estudiaba y en algún momento comprendió que lo que ella hiba a decir no le agradaría

- Habla de una vez

Renata respiro más lento, y trato de controlar el temblor de su cuerpo

- Me marchó Marcus

Marcus no entendía que acababa de decir

- Te irás de Palermo? supongo que quieres pasar tiempo con tu familia

Renata respiraba con más dificultad

- Lo que quiero decir es que.. Quiero el divorcio