Herencia Silente

Al otro día despertó en la cama de la habitación de invitados del ducado Sak.

"No fue un sueño".

Al ver el techo desconocido en vez de la luz del cielo y el sol se dio cuenta que todo era verdad.

"Haa".

No sabía si reír o preocuparme.

Momentos después la puerta sonó.

"Joven maestro, vengo a ayudarlo a cambiar".

El mayordomo entro con varias sirvientas y varios conjuntos de ropa de niño.

"Una vez que se cambie el maestro lo espera en el comedor para almorzar".

Asintió con la cabeza.

"La habitación del joven maestro está en proceso de remodelación, ¿Hay algo que le guste?".

"¿Una paleta de colores?".

El mayordomo con mucho cuidado empezó a buscar el mejor conjunto de ropa que habían comprado a la primera hora de la mañana.

Después de cambiarse se dirigió al duque.

"Señor".

Saludo a su padre.

Henrick chasqueo la lengua de inconformidad.

Pero solo asintió.

Elena estaba sentada en el comedor con una expresión renovada.

"He enviado la carta a primera hora, solo falta que nos respondan".

Henrick asintió conforme, entre más rápido acabará con el papeleo mejor.

"Saludos joven maestro, cualquier duda o pregunta yo me ocuparé de apoyarlo".

Elena era una mujer hermosa cuando sonreía.

Henrick sonrió estando de acuerdo de sus palabras.

El desayuno fue lo opuesto a lo que habia pasado en la cena.

Esta vez pudo disfrutar de la comida que fue dada.

"Te ves mejor que ayer".

Henrick se dirigió a Ryan.

"Gracias por todo".

Ryan agradeció sinceramente, no sabía que pasaría pero de ayer a hoy se dio cuenta que tenía que buscar la manera de como sobrevivir.

Eventualmente es mejor ser hijo de un duque que ser un vago que viaja por el mundo y dada su edad actual era consiente que no llegaría lejos sin ser atrapado por alguien.

Ahora tenía la cabeza algo fría y podía pensar mejor.

Aún así sus expectativas eran bajas.

"Poco a poco aprenderás".

Dijo Henrick.

"Sobre el conde Eleazar, me adoptaron para sustituir a su hijo perdido, no le trataron mal, pero cuando llegó su hijo yo desperté aura en vez de magia".

"Toda la atención que ponían se volvió hostil, a los condes les gustaba más la magia que el aura".

"Cuando huí estaban hablando sobre matarme o hacerme un sirviente exclusivo a su verdadero hijo".

Ryan contó lo que había vivido en el condado Eleazar y sus razones del porque huyo.

También conto salida evitando varias partes como la niña que le dio una bolsa dimensional.

Henrick y Elena escucharon, Elena se compadeció por el joven maestro.

"Bien, ayudare a que puedas vivir bien y demostrarle a esos condes que eres mejor que ellos".

Elena tenía un sonrisa brillante y volteo a ver al duque.

"Tiene que ir con la emperatriz y que le ayude con todo".

Henrick sabía a qué se refería y eso planeaba, las leyes las hizo la emperatriz con la ayuda del emperador.

"Eso planeo hacer".

El mayordomo entro junto con la respuesta del palacio imperial.

"Después del almuerzo iremos".

Con eso los tres siguieron disfrutando una agradable mañana.

Partieron en el carruaje que habían usado anteriormente.

Al llegar al palacio la gente los miraba con ojos abiertos.

Una mini versión del duque Sak estaba caminando junto con el.

Nadie dijo nada, los hijos ilegitimos también estaban considerados en la línea de sucesión.

Henrick dirigió casualmente el camino hasta llegar a la oficina de la emperatriz.

Al abrir la puerta saludo con la mejor etiqueta.

"Saludos, mi maestra".

En el escritorio había una mujer de cabello negó con ojos grises.

Estaba escribiendo cuando miró hacia la entrada.

"Henrick, ¿Que es esa carta de ayer?".

Pregunto la emperatriz y detrás de Henrick apareció un niño parecido a Henrick.

La emperatriz abrió los ojos de sorpresa.

Henrick sonrió divertido y dijo casualmente.

"Me ordenó tener un heredero y ya se lo traje, miré lo eficiente que soy".

La emperatriz se levanto de su silla y camino hasta donde estabamos.

"¿En serio?".

La emperatriz Alicia Ahtziry miró con incredulidad al niño.

"Si, ayer he hecho la prueba de paternidad, el mismo duque Ix nos ha ayudado".

La emperatriz se agachó a la misma altura de Ryan.

"Permíteme".

Estaba en shock mientras ella tomaba mis dos manos y empezaba a jalarme hacia arriba como si estuviera bailando.

Más bien buscaba algo.

"No hay collar de disfraz o un arete de disfraz".

"Elena, ¿Es real?".

Se dirigió a la asistente que asintió conforme a la etiqueta.

"¿Cómo es que tuviste un hijo?".

"¿Por qué no te hiciste responsable?".

"Pensé que eras responsable de tus acciones Henrick".

La emperatriz empezó a regañar al duque.

"Pasa, comamos unos bocadillos".

Tomo de la mano al niño y lo sentó en el sillón que estaba en medio de la sala.

"Así que, ¿Cómo dejaste a un hijo solo?".

Pregunto la emperatriz molesta ante la irresponsabilidad del duque.

"No sabía, ayer fui a ver a Nayeli la mujer que ayude a poner una tienda de bar en la capital, pero ya no estaba entonces el niño apareció siguiendo por detrás y lo encontre".

La emperatriz tenía una expresión de me estás timando.

"Es verdad, su majestad".

Elena confirmo las palabras del duque.

La emperatriz miró al niño con ojos de pregunta.

"Es... Es verdad".

Respondí.

"¿Cuántos años tienes?".

Pregunto la emperatriz al niño.

Henrick fue quien hablo.

"Preséntate".

Estaba demasiado nervioso.

"Yo...".

"Mi nombre es Ryan, tengo nuevo años, es un placer conocer a su majestad".

La voz perdió fuerza y termino con temor la emperatriz asintió como si no le importara la falta de respeto que le estaba dando.

"Bien, Ryan".

Henrick fue quien hablo después dando un informe de lo ocurrido.

La emperatriz miró al niño cuando dijeron que estaba en un orfanato en el marquesado Vicen.

"Le dije al marqués para que investigue y mandé un reporte de la situación del condado".

"Sabes que las leyes se hacen para seguirlas".

"Se hará una investigación y haz la tuya para que tengas evidencia suficiente para que el juez este de tu lado".