Siempre Has Sido Tú

Soy un idiota como no me di cuenta antes, Mía era virgen, ella nunca había estado con nadie antes y yo soy un animal que la lastime, ella me lo dijo una vez que me diera cuenta de su inocencia, entonces nunca me perdonaría, ahora me odiara para siempre, pero me juro a mi mismo reconquistar su corazón, así sea lo último que haga en esta vida.

Mía tardó más de una hora en salir del baño, cuando salió ya no era la misma en sus ojos solo se reflejaba el dolor y la ira, como pude ser tan imbécil al lastimarla así.

— Quiero el divorcio. — Dijo con rabia.

— Por favor Mía hablemos, sé que te lastime, sé que te hice daño, pero no podemos terminar así, dame la oportunidad de corregir mis errores. — Le supliqué con lágrimas en los ojos.

— Eres tan patético, acaso tú me diste la oportunidad de explicar? ¿Acaso escuchaste mis súplicas? ¿Acaso te tocaste el corazón anoche cuando me atacaste como un animal? ¿Acaso escuchaste mi llanto? Verdad, fue más fácil humillarme y tratarme peor que aún zapato, no Noah, quiero el divorcio y si te opones lo pido por mi cuenta y punto.

— Tampoco soy del todo culpable, en esas fotos se veía claramente como te estabas besando con un hombre que no era yo.

— Sabes dije que no te iba a explicar nada, pero quiero que sepas lo que realmente pasó, ese día fui a decirle que me dejara en paz porque había conocido al amor de mi vida y me casaría con él, pero el muy infeliz no lo tomo bien y me quería obligar a besarlo, me resistí y no lo permití, pero claro las fotos que te dieron solo mostraban la parte que les interesaba que tú vieras y como todo patán solo creíste lo que viste, no te molestaste en preguntarme y ni siquiera te importo mi sufrimiento, ahora solo te pido que me des mi libertad, no quiero volver a verte.

Mía salió de la habitación sin mirar atrás, fui tras de ella quería su perdón a toda costa.

— Amor mío perdóname, te amo y a partir de ahora te voy a tratar como mi reina y nunca más voy a desconfiar de ti.

Volteo a verme, no dijo nada solo apartó la mirada de mí y siguió su camino, salió de la casa, la vi ir hasta la playa, no quería molestarla, dejaría que se calmara un poco.

Me quedé en la casa preparando el almuerzo, Mía no había comido nada desde ayer y ya es casi medio día, debe tener mucha hambre, le preparé una de sus comidas favoritas, después que estuvo lista salí a buscarla por la playa, la encontré sentada en una roca mirando el mar.

— Hola. — Dije en voz baja.

—Qué quieres? — Respondió sin voltear a verme.

— Prepare algo de comer, te gustaría acompañarme por favor.

— No tengo hambre gracias.

— Sé que me odias, pero ahora lo mejor es que comas algo, no te vayas a enfermar.

— Sabes, quería que mi primera vez fuera muy especial y cuando me di cuenta de que te amaba, soñaba con ese día y tú me quitaste eso también.

Vi que una lágrima salió de sus ojos, la limpio rápidamente y volvió a su actitud de odio hacia mí.

— No lo sabía, pensé que como estuviste tantos años de novia con ese fulano, pensé que había pasado algo más entre los dos.

— Si claro tú siempre piensas, pero no te preocupes ya el tiempo no se puede devolver y bueno tengo que seguir adelante.

— Si te hace sentir bien, anoche para mí fue muy especial, te amo y hacer el amor contigo me lleno de felicidad.

— Ja, ja, ja, si a eso le llamas hacer el amor, no quiero hacerlo nunca más.

— Déjame demostrarte que hacer el amor no tiene que ser doloroso, dame la oportunidad de resarcir mi error.

— Ya no puedo, no confío en ti, por eso pienso que mejor nos divorciamos y cada quien por su lado.

— No quiero divorciarme de ti, te amo demasiado y si te pierdo moriré.

— No voy a discutir contigo, no estoy de humor, ahora dime cuándo saldremos de esta isla, llama a tu gente para que vengan a sacarnos de aquí.

— Ellos tienen órdenes de venir por nosotros en un mes, después que el doctor se fue, ordene que no nos molestarán hasta dentro de un mes.— No estaba mintiendo, era verdad mi gente vendría por nosotros hasta dentro de un mes, al parecer a ella no le gusto la idea porque se paró y camino hasta la casa.

Me fui detrás de ella y la conseguí en la cocina sirviéndose comida.

— No pienso morirme de hambre así que si voy a estar un mes en este infierno al menos comeré algo.

Nos sentamos a comer, sin decir ni una palabra, al menos acepto alimentarse, no quería que se enfermara, a partir de ese día no me dirigía la palabra, cuando me acercaba a ella, siempre me esquivaba o me ignoraba, esto me estaba volviendo loco, por las noches cerraba la puerta con llave no me permitía entrar, el contacto con ella era nulo, el único momento que compartíamos era cuando nos sentábamos a comer y siempre lo hacíamos en silencio, está situación me estaba cansando llevábamos tres semanas aquí y siempre estábamos como desconocidos.

— Voy a salir a caminar por la playa nos vemos más tarde.— Le dije para que no se preocupara, pero como era de esperarse ni siquiera volteo a verme así que salí a despejar mi mente, estaba caminando algo alejado de la playa cuando sin querer pisé un escorpión, el dolor fue insoportable, se suponía que esos animales no estaban en la orilla, intente regresar a la casa, pero el dolor me gano y caí perdiendo el conocimiento. Me lo merecía pensé, pobre Mía este dolor que siento no sé compara con el que le hice pasar.