La Duquesa Abandonada

En el carruaje todo era silencio, estaba Aina con su doncella, Noel junto al duque con cara de enojado y ninguno de los presentes entendía que hacia el duque ahí.

-Noel tienes los papeles de como serán organizados los puestos para que hablemos con el representante de los comerciantes.

-Si mi señora, están ordenados por categorías como lo pido.

Aina y Noel platicaban sobre el festival, este año será organizado de manera diferente, estarían por secciones para que más calles tengan adornos y sean distribuidos equitativamente.

El duque solo observa como Aina está coordinada con su asistente, ella luce diferente, no sabe a qué se debe este cambio, al llegar baja la doncella, Noel, el duque y al final ella, Noel por costumbre le da la mano, pero está vez el duque es quien se pone frente a la puerta, Noel se hace a un lado y Aina toma la mano del duque, algo que a ella también le extraña.

-Gracias, si tienes cosas que hacer ve, nosotros tenemos trabajo.

-No, iré con ustedes.

-Heee!! Bien, pero espera un momento.

Aina le dice a Noel que se adelante junto con su doncella, ellos van a ver al encargado de organizar los puestos.

-Sucede algo?

-Dunkan, por qué estás aquí?

-Acaso no puedo, me sorprendió todo esto, el festival nunca se había organizado así, la verdad se ve muy bien la ciudad.

-Verdad que sí, mira así quedará, en este punto hay puestos de comida, aquí hay otros de productos de la región, en otro punto habrá entretenimiento para todos.

Aina con un pequeño mapa le explicaba todo, él la veía muy contenta y algo dentro de él le causaba querer seguir viéndola con esa sonrisa.

-Es muy bonito, ahora entiendo para que querías los cristales chicos, era para hacer todos estos adornos.

-Solo de noche esto se ve mejor, pero no has contestado mi pregunta.

-Solo vine a ver por qué me causo curiosidad, no es por otra cosa

-Entonces puedo seguir con los planes?

-Si adelante, ve.

Aina alcanzó a Noel que llegaba con el encargado, todos se sorprenden de ver al duque.

-Tiene que sonreír de esa manera, por qué estoy molesto.

-Duque?

-Si

Un joven saco de sus pensamientos a Dunkan

-Mi señor, que bueno verlo, soy parte de los artesanos que hicieron los adornos, quiero saber si también podemos realizarlos para vender, la duquesa nos dijo que si, pero al ser cristales de las minas debemos pagar por ellos.

-Esos cristales eran desechados, no tenían ningún uso, el negocio les dejaría buena ganancia?, deben hacer un presupuesto y así saber si les conviene.

-Muchos nobles han visto las calles adornadas y piden también para sus jardines, solo que estos adornos los diseño la duquesa, por eso le pregunto.

-Podrá darme un par de días, el Ducado solo se encarga de sustraer y mandar los cristales para ser procesados y distribuidos, no se le había encontrado utilidad a los cristales pequeños, debo analizarlo bien, si deciden distribuirlos deben pagar un porcentaje al Ducado.

-Si no es mucho, estamos dispuestos a hacerlo, le agradezco mi señor, que tenga un buen día.

Dunkan también no sabe que decir, le pedirá a su asistente que haga el análisis del negocio, con la mirada busca a Aina, pero no le ve por ningún lado.

-A donde se fueron?

-Duque, la señora lo espera más adelante, yo iré a ver los otros puestos, nos vemos más tarde.

Noel va con otras personas y Dunkan va a buscar a Aina, la encuentra en la plaza, ahí están terminando de acomodar unos adornos, ella está con los encargados, al verlo ella no llama y le enseña las principales calles, al caminar los saludan amablemente, es la primera vez que los ven juntos.

-Y bien te gusta?

-Que cosa?

-Las calles, en qué piensas, he trabajado muy duro, Noel también se ha desvelado conmigo para planear todo.

-Como fue que Noel llegó? Desde cuándo está aquí?

**cómo que desvelados**

-Lleva algunos meses, lo llame porque necesito un asistente y al ser él hermano del tuyo, supuse que no había problema, además lo conozco desde la capital.

-Ya lo conocías?

-Si, es de la misma edad que yo, lo conozco porque iba al palacio algunas ocasiones a dejar documentos que mandaba su hermano.

-Entonces lo mandaste a llamar ** y tiene que tener esa cara**

-Asi es, no pensaba trabajar con esa mujer, en serio no tienes nada con ella.

-NO.

-Vamos! Dime no voy a enojarme, sé dé tus amantes, las damas nobles chismosas me han contado sutilmente, lo entiendo no me molesta.

-Que, no es lo...

Dunkan sé voltea a verla, se acerca a ella, para explicarle la situación, pero una voz los interrumpe.

-Por fin los encuentro, me dejaron en la mansión y no supe que salieron hasta que pregunté, Aina, necesito hablar contigo

Era el príncipe que llegaba, en la mansión el asistente le dijo que los duques habían salido y decidió ir a buscarlos, Aina solo hacía solo su cara de desagrado y volteaba a ver a Dunkan.

-Cariño, atiende al príncipe, yo no quiero verlo, me adelantó te espero en el hotel de enfrente, no tardes.

Dunkan no sabía que responder y el príncipe estaba más que enojado, intento detenerla, pero Dunkan se puso en su camino.

-Quítate debo hablar con ella, además sé por los empleados del ducado que no te ama.

-No necesita amarme para que deba cumplir con sus deberes de esposa, así que no la molestes ella no es nada tuyo, no tienes derecho de hablarle si no quiere, los tratos con el Ducado son conmigo, no puedo correrte, lo que si puedo hacer es prohibir que hables con mi mujer, ahora sí me disculpas, tiene meses que no la he visto, nos vemos.

El principe solo aprieta su espada, como es posible acaso los empleados le mintieron, ellos dicen que no se llevan bien, pero por qué Aina le dice cariño, él tiene razón, no es necesario que ella lo ame para que ella este en su cama.

-No eso no es posible...

El va camino al hotel, pero su caballero lo detiene.

-No, que haces, no debes hacer un escándalo, ese hotel es el más grande y lujoso del ducado, hay muchos nobles por el festival, la emperatriz se enojara, no le des pretextos para que apruebe tu divorcio.

-Ella me amaba...

-Por favor regresemos a la capital, la princesa está sola, la duquesa no creo que pueda ayudarle.

-Todo lo que dijo no puede ser cierto, no, debo hablar con ella, vamos a la mansión, no me iré hasta hablar con ella.

Dunkan entra al hotel y el recepcionista lo acompaña a dónde está Aina, se pregunta por qué no le dice el número de cuarto y lo lleva a la parte de atrás, dónde se lleva la sorpresa de que es un restaurante, al fondo está Aina y Luciel, su cara de decepción y confusión no la puede ocultar.

-Papá, apúrate vamos a comer, mira los postres son muy ricos.

-Dunkan sucede algo?

Le decía Aina que nota como está enojado.

-No, es solo que no me imagine que comeríamos aquí.

-No sabías que hay un restaurante aquí?

-No, la verdad me siento estafado.

-Jaja, pensabas que te esperaba en un cuarto.

Dunkan, no pudo responder, la comida llegaba y Luciel se sentó en sus piernas, para abrazarlo, Luciel está feliz de verlos juntos.