Cómo es qué el amor tierno y sincero de un hombre puede trastornar tanto la vida de una mujer, que quisieras morir de tristeza cuando lo pierdes.
Está es la historia de Cloe y Marcus un mafioso que llegó a enamorarse hasta los huesos de aquella compañera de clases, que le ha enseñado el verdadero significado del amor y la lealtad y es capaz de sacrificar su libertad por mantenerla a salvó de las garras de su tío, el cual se ha empeñado en quitarlo de su camino sin importar lo que tenga que hacer para mantener su imperio en Italia incluso ha recurrido a desempolvar los recuerdos del pasado para hacer regresar a Marcus y obligarlo a entregarle su puesto como el jefe de la mafia Italiana.
Cloe será capaz de perdonar a Marcus al sentirse traicionada después de haberle jurado lealtad y amor eterno.
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#15 RECUERDOS DE UN AMOR.
Cloe dejo con la boca abierta a Marcus con lo dicho a sus padres en esa llamada.
—Ahora sí está claro que no necesito la bendición de nadie más para ser tuya Marcus, se que Dios bendice el amor puro y sincero así que ante sus ojos nosotros ya estamos bendecidos no lo crees así?.
Marcus abrazo el cuerpo de Cloe con tanto amor dándole gracias a Dios por haberla puesto en su camino después de tanto sufrimiento ella era su más grande recompensa.
Te amo Cloé, te amo con un maldito loco mi amor y creó que Dios me ha bendecido especialmente a mi al poner a una mujer tan maravillosa a mi lado que me ama y está dispuesta a entregarme su corazón al igual que yo te entrego el mío.
Marcus comenzó a besar a Cloe dejando salir aquellos deseos contenidos durante todos esos meses en los cuales vivió una tortura al saberla tan cerca pero intocable y ahora en esos momentos era suya tan suya como el aire que respira.
Quitó su sujetador y tomo sus generosos pechos entre sus manos haciendo estremecer de placer a la mujer que ama sin pensarlo y ágilmente desabrochó su pantalón y su camisa dejándolos caer al suelo alfombrado de la habitación.
Cargó a Cloe recargandola contra la pared ella abrió sus piernas para estar mas cerca de la virilidad de Marcus el cual era enorme y apetecible para sus ojos, esa sería su primera vez en toda la extensión de la palabra pues Marcus era el único hombre en su vida y eso la hacia sentir un poco nerviosa pues no sabía que hacer aunque su cuerpo parecía estar poseído pues reaccionaba instintivamente a cada caricia de Marcus.
Sus pechos reaccionaron poniéndose firmes en unas finas y delicadas puntas las cuales Marcus comenso a lamer suavemente de arriba hacia abajo y dando pequeños mordiscos los cuales hacían gemir de placer a Cloe.
Marcus estaba embrujado con el delicioso sabor de su mujer por fin ella sería la única dueña de su vida y de su alma pues estaba entregándose para siempre a ella.
El cuerpo de Cloe se arqueaba de placer al sentir los mordiscos de Marcus era delirante aquella sensación que le producía con su boca y un gemido ahogado no se dejó esperar haciendo sonreír a Marcus al ver lo que generaba en su mujer.
Él quería que ese día fuera perfecto lento y delicioso para que quedara grabado en la mente de Cloe y lo recordara a cada instante y su deseo por el jamás se extinguirá.
Cloe se dejó guiar por Marcus pues ella no tenía nada de experiencia en el arte del sexo y lo que estaba viviendo en esos momentos era maravilloso.
Marcus soltó sus rosadas puntas para besar su cuello mordió el lóbulo de su oreja mientras le susurraba lo mucho que la amaba y cuánto deseaba estar dentro de ella.
¡Házlo Marcus!
Hazme tuya para siempre dijo Cloe con las palabras entrecortadas por su excitación.
Marcus la llevo de regreso a la cama para revisarla y poder disfrutar de aquella imagen tan maravillosa al verla tan entregada a él a su amor era mil veces mejor de lo que él había imaginado durante esos meses.
No quiso esperar más y paso de besar su cuello a deslizarse por su suave piel de sus pechos el cuerpo de Cloe se le erizó la piel con los húmedos labios de Marcus el cual siguió trazando un camino de cálidos besos por su piel bajando cada vez un poco más hasta llegar a su monte de venus las piernas de Cloe comenzaron a temblar al sentir hacia dónde se dirigían aquel hombre, por supuesto que Cloé había escuchado muchas veces del sexo oral pero jamás se imaginó que ella llegaría a experimentar en carne propia dicha actividad tan extrema en su primera vez e instintivamente trató de cubrir su intimidad la cual Marcus trataba de exponer ante él en todo su esplendor.
—Para por favor Marcus.
Suplico Cloe sonrojada por la vergüenza, bastante era ya el dejar que Marcus besara su piel desnuda como para experimentar algo así de fuerte.
Marcus levanto la mirada recargando sus codos en la suave cama.
No te avergüences mi amor esta también es una forma de darte placer anticipado, dijo y lamió su entre pierna obligando a Cloe a exponer su intimidad.
Por Dios eres perfecta dijo Marcus antes de comenzar a besar su parte íntima extasiado por su dulce sabor, para ser honesto era su primera vez practicando el sexo oral y esperaba hacerlo bien pues mucha de la información que tiene en cuanto al sexo era por documentales y libros eróticos que había visto y leído, ya que después de lo que pasó con Alice se negó a exponer a otra mujer a la furia de su tío.
Cloe gemía de placer olvidándose de la vergüenza y una vez más se dejó llevar por aquellas húmedas caricias.
Marcus recordaba paso a paso el procedimiento del sexo oral que tanto había leído y trataba aquella parte con tanta delicadeza y suavidad tratando de no lastimar a su mujer que se arqueaba con cada roce de su lengua pues intercalaba pequeños besos en la piel de sus entre piernas y caricias en su suave piel.
Cloe se estremecía y no quería que Marcus se detuviera pues estaba a punto de llegar al clímax, Marcus se dio cuenta de ellos y continúo hasta ver cómo su mujer quedaba satisfecha, pero no pensaba darle ni un solo respiro esa noche pues quería dejar tatuado su esencia en ella para siempre.
Se puso de pie mientras sacaba un condón del cajón de la mesa de noche.
—¿Qué haces?
Preguntó Cloe al ver qué se separaba de ella.
Marcus le mostró el preservativo y paso seguido se lo colocó esa imagen era perfecta para los ojos de Cloe pues Marcus en verdad parecía un dios pues era perfecto en todo y que decir de su virilidad que estaba expuesta en todo su esplendor.
¡Ese hombre me va a matar!
Pensó en sus adentros mientras veía como se acercaba hacia ellos como si fuese un león que va por su presa.
Marcus se colocó en medio de las piernas de Cloe pero no hizo nada aún pues quería darle un poco de tiempo en lo que ella recuperaba el aliento, así que comenzó a besarla nuevamente en los labios para dar inició al segundo asalto.