Mi Querida Maestra

Franco

Mientras lo hago me convence de seguir en lo de proyecto de música, está emocionada y me dijo que lo haría por mi, me convenció, así que le dije que no faltaría, me beso, me dijo que me amaba y la acosté en su cama, baje un rato fui hasta la sala me dirijo al bar y me servi un wisky.

Me recosté en uno de los sofás mientras desabrochaba mi chaqueta y mi camisa, me las quito a ambos y acompañan a mi corbata a un lado de mí, mientras pienso en las palabras de mi hija:  …ella nos acompaña y siempre habla cosas interesantes y aprendo de ella.

Ghinger tiene esa fascinación por su maestra, lo sé, yo también he apreciado su presencia en casa, no solo por lo bella y sexy que es, si no que veo cambios en mi hija y se que son por ella.

Se que hice muchas cosas para tenerla en casa, y ahora no me arrepiento, creo que jamás lo he hecho, la maestra Camhile es una mujer como pocas, su dedicación, su amor, está concentrada en su trabajo y eso me gusta. Pero quisiera más de ella, deseo mucho más.

Llega la noche de la cena con mis clientes premium, estoy algo nervioso porque sé que algunos me darán problemas al ver a la maestra en mi casa encargada de los niños, pero me dije que no puedo estar escondiendo por siempre, quiero que ella esté pendiente de todo lo de Ghinger y no solo tenerla aquí en casa, así me podré dedicar a mi trabajo al 100%  y ver cómo salgo del embrollo con mi ex.

Arreglo mi corbata y me doy el último vistazo en el espejo de cuerpo entero de mi habitación. Traje azul y corbata a juego, pienso en ¿cómo estará la maestra? 

Bajo con rapidez y me dirijo a un salón que es donde estarán los niños, camino por el pasillo y escucho a la mujer dando órdenes, la maestra Camhile en su uniforme sexy, la mire, sentí en dos partes de mi cuerpo que palpitaba de manera acelerada. Trago grueso al ver que se da cuenta de mi presencia y camina hasta mi, sonríe.

— ¿Le gusta? — pregunta

— Me encantas — le digo y no me doy cuenta que habla de la decoración del salón. que no he notado. Mis ojos solo están fijos en ella.

— Me dijo que quería algo distinto y se me ocurrió algo así — me muestra, el salón tiene varias estaciones — Aquí los niños pueden ponerse disfraces, se que muchos les gustaría ser superhéroes y princesas, hay para todos — miro y veo un espejo doble y percheros llenos de disfraces — aquí para las niñas coquetas, pueden maquillarse, nada exagerado — asiento mientras ella sigue explicando y yo solo miro su boca con ese labial rojo que tiene — aquí en esta le tomaran  fotos — le escuchó reír y me gustó mucho — fue idea de Ghinger porque dice que quiere subirla a las redes, claro si usted lo autoriza — asiento como bobo sin saber bien de qué habla.

La boca, el perfume y la figura de la maestra me tiene transpirando y con el corazón agitado.

— Aquí bailaremos, y la comida es tipo buffet — me muestra — preferí hacerlo así en vez de darles algo que no quieran comer, que ellos decidan qué comer.

— ¿Cree que alcanzará hacer todo esto? — pregunto y la veo sonreír mientras mira todo.

— Con los niños uno nunca sabe — sonríe y me sigue gustando aún más, mientras mi corazón está fuera de control.

¿Porque me siento idiota?

Decidí dejarla e ir yo al jardín, donde será mi reunión, coloque carpas de un lado para poner las mesas para la cena.

Cuando empiezan a llegar los invitados veo la figura de la maestra con Ghinger, no había visto a mi niña tenía un lindo vestido verde agua que le hacía ver sus ojos más lindos y brillantes.

— ¡Papi! ¿Viste vestido? ¡La maestra lo eligió para mí! — cargo a mi niña en el aire y miró a la maestra quien sonríe.

— Estás hermosa mi niña — la beso en la cabeza y la coloco en el suelo, arreglando su falda — pareces una princesa.

Ella sonríe y mira hacía la mujer que toma su mano.

— Vamos, que tú papi está ocupado — dice y la veo alejarse y mis ojos miran como el traje moldea sus caderas y su cintura, se ve mucho más pequeña.

Suspiro y vuelvo a mi reunión y me tropiezo con una mirada de odio, Julia Vertte D'Luca. Me toca lidiar con la mujer y tratar de que no se acerque al salón de los niños y haga uno de sus escándalos.

La noche estuvo tranquila hasta que Robert vino a traerme un whisky, y mientras hablábamos con uno de nuestros clientes, lo miro ver hacia la casa, era la maestra con unas madres conversando.

— Hoy tu maestra se ve muy sexy — dice a mi oído y trato de disimular mi celo cuando veo que otro de mis clientes entra y cruza palabra con ella, se nota que cuando ella se da la vuelta, se queda mirando su trasero.

No quiero verla ligada con mis clientes.

Cuando logro escaparme, voy hasta el salón y me consigo que en el pasillo unas mamá hablan al venir del salón.

— Escuché que es una zorra y se acuesta con Franco — me escondo en un pasillo.

— Se ganó a la hija, porque sabes que si tiene el cachorro lo tiene seguro — comenta la otra.

— Señoras — digo al salir de mi escondite, puro veneno sale de sus bocas — ¿vienen a ver cómo la pasan sus niños o solo a chismear?

Ambas se sorprenden.

— Para nada Franco, tus reuniones son geniales y los niños la pasan muy bien — ambas se miran.

— La tutora de mi hija está haciendo un excelente trabajo — les digo y las empuja al salón de vuelta.

Ambas se quejan pero hago que entren.

— Esa no es tu hija Sofía — le digo a la que llamó zorra a la maestra, que está en la parte de los maquillajes — mira como le encanta maquillarse — la mujer la mira y me da una sonrisa de boca cerrada — ¿Ese no es Rigo? — le digo a la otra que mira como su hijo se pone un vestido de princesa — desde niños hay que cuidarlos bien.

— ¡¿Rigo que haces?! — grita la mujer y veo que la maestra voltea a ver la escena del niño que llorar mientras su  mamá le quita el vestido.

Ella y yo nos miramos. Paso mi mano por el cabello y no evito caminar hasta ella.

— ¿Todo bien? — pregunto y veo como sigue el pobre de Rigo llorando y su mamá gritándole.

— Creo que sí — susurra.

— Le tengo un regalo — le susurro al oído — pero lo deje arriba, ya lo busco.

Me mira sin expresión en su cara o estaba tan sorprendida que no supo como reaccionar, no lo sé.

Salí de ahí sin antes ver a mi hija tomarse fotos vestida y maquillada con una traje mucho más grande de su talla y sonrió.

El traje de la maestra tiene una diadema en su corbatín, ella lo pidió pero sin eso, lo ví porque me llegaron las facturas, me tomé el atrevimiento de comprale una solo que no tenía suficiente valor para decírselo, sin embargo, ya ha pasado algo de la noche, me tomé unos whisky y me dió  valentía. Bajo de mi estudio y la busco con la mirada cuando llegó al salón, al cruzar mis ojos con ella la veo venir. Siguen esas palpitaciones en mi pecho y entre mis pantalones, al tenerla tan cerca.

— Venga — la agarró por el brazo y la llevo un poco más lejos de la puerta del salón y a otro pasillo.

— Señor Rossi — dice cuando me pegó de ella.

— Te falta esto, aunque te veas tan perfecta — le digo, se pone nerviosa porque no me mira en el momento que tomo su corbata y se la colocó.

Miro sus ojos, su boca, se ve tan provocativa que deseo besarla.

— ¿Papi? — la voz de Ghinger nos hace separemos de golpe — ¿que haces? 

Su mirada es de desconcierto.

— Hola cariño, solo…

— Tu papá me dió esto — dice ella mostrando su corbata, mi hija lo mira con desconfianza  — es lindo ¿cierto? 

— Si — dice ella y toma la mano de la maestra — vamos a la fiesta — le dice y no me mira.

Boto aire de mis pulmones, estaba nervioso en verdad.

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...Traje una linda imagen de Camhile en su traje de institutriz sexy 💖👇...

...Todas las imágenes de la historia son generadas con un AI...