Un Moustrou En Mi Vida.

Durante los días siguientes aquella anciana venía cada día a comprar, solo para saber como estaba Liz y para darle ánimo a que no se deje maltratar.

—Mijita, como va su embarazo?

—Bien mi querida viejita bella. ¿Cómo está usted?

—Más joven que ayer —decía sonriente — Pero me duelen las piernas, si no es eso los brazos, o me agito al caminar.

—Tiene que cuidarse.

—Y usted tiene que ser valiente, la vida es corta Mijita, y pasa volando y si no es feliz donde está ese no es su lugar.

Siempre que venía le decía algo distinto, eso hacía que pensara en lo que estaba viviendo. No era la vida que deseaba y mucho menos tenía a su lado el amor que necesitaba.

Aun así Liz amaba tanto a Jerison que hacía todo lo que mas podía para hacerlo feliz, el embarazo que estaba pasando comenzó bien, Sin náuseas, sin vómitos otra vez prometía ser un maravilloso embarazo, pero en su semana siete Jerison preparó un "accidente" a Liz le gustaba usar zapatos de tacón, era una mujer elegante, sexi, cuando ella ingresaba a un lugar llamaba la atención por su buen gusto al vestir.

Jerison tomó un zapato tacón y le despegó levemente el taco con el fin de que cayera por las escaleras y perdiera a su bebé.

—Amor vamos a cenar hoy, cierra temprano el negocio y festejemos la llegada del segundo bebé. –dijo Jerison.

—Qué ? Enserio me estás invitando?—le respondió asombrada.

— Si, quiero que festejemos.

Así fue cómo al vestirse se coloca los zapatos acorde a su ropa y sale de su habitación con el fin de bajar las escaleras y pufff! el taco del zapato se desprendió, rodó escaleras abajo, la salud de Liz era muy buena, pero una caída embarazada era peligrosa, la nana escuchó el ruido y se acercó corriendo.

—Señora, Señora,!!! Dios mío! Que le pasó? Dijo al verla desparramada en el piso. —comenzó a gritar. Señor! La señora se cayó!!

Jerison sabía que esto iba a pasar y se acercó fingiendo preocupación.

—Amor, que tienes?

Liz tenía sangre en la cabeza, al golpearse en los escalones se cortó parte del cuero cabelludo y sus codos visiblemente raspados y heridos, también las rodillas estaban heridas.

—estoy bien—respondio Liz haciendo el intento de pararse.

—No señora, no puede pararse, puede tener una costilla rota.

—Liz, ella tiene razón, quedate un momento aquí el médico ya vendrá— respondió Jerison "Ojala pierda este embarazo" pensaba mientras fingía cuidarla.

Llegó el médico la revisó allí mismo y cuando vio que estaba bien, ordenó que se parara.

—Es probable que tengas mareos al pararte así que hazlo despacio.— le dijo extendiendo su mano para ayudarla a incorporarse.

Liz tomó la mano del médico y la otra mano de Jerison se paró y sintió un dolor agudo en su bajo vientre. Con una de sus manos se tocó inmediatamente donde le dolía e hizo una mueca de dolor.

—Liz, te duele algo? —preguntó Jerison.

—Si me duele aquí — respondió tocando su bajo vientre.

—Te llevaremos de inmediato a tomar una ecografia para ver el estado de tu embarazo —dijo el médico.

—sr Jerison traiga la documentación de Liz y vamos ya a la clínica. Necesita además una ropa por si es necesario hospitalizarla.

Liz sintió escalofríos, recordó cuando perdió su primer embarazo, el corazón se le apretó en el pecho y sintió una angustia inigualable. Los recuerdos eran sumamente dolorosos, el miedo se apoderó de ella.

—Liz cálmate, solo haré un chequeo para saber tu estado — le dijo el médico.

Ella no respondió pero era inevitable sentir miedo a causa de los recuerdos.

Una hora más tarde...

—Señora Liz, su embarazo está con complicaciones.

—Qué sucede?

—Aún el bebé está pero corre peligro de perderlo, tiene que hacer reposo absoluto

—lo haré, alguna otra indicación ?

Él médico le dio medicación para retener al bebé, y otras píldoras. Le indicó que debía estar en cama.

—Y ante cualquier sangrado fuerte, dolor agudo, o fiebre, me llama de inmediato.

Luego se dirigió al esposo.

_Sr Jerison, su esposa debe hacer reposo absoluto, no puede pararse más que para ir al baño, no puede pasar disgusto y en quince días debe traerla a control —le dijo como orden —si por casualidad llega a tener dolor agudo o sangrado fuerte la trae de inmediato sin importar la hora.

—OK doctor. —respondió Jerison.

"cómo pudo soportar la caída y no perder al bebé de inmediato?" pensó Jerison "debo hacer algo para que lo pierda".

—amor, justo tuve un accidente cuando íbamos a salir — dijo Liz con pena visible —perdóname, mira donde estamos ahora!

—¿cómo no te fijas dónde pisas? —le dijo reclamando — su fueras más despierta! —Dijo haciendo una mueca con sus labios.

—Perdón yo no sé cómo fue que me caí... No lo entiendo.

—porque eres una mujer tan desesperada que no se queda quieta y fijate lo que te pasó? Pusiste en riesgo a nuestro hijo. — Le dijo con la intención de hacerla sentir culpable, sabía que eso perjudicaba su salud.