La Chica Insolente del Casanova

El ambiente en la villa ya parecía tranquilo. Pandu y Arga habían regresado a sus habitaciones, mientras que Rasya todavía estaba ocupada frente al televisor. Viendo su programa de comedia favorito acompañado de una taza de té de leche caliente y papas fritas de yuca. La risa de Rasya resonó estruendosamente en la habitación.

Pandu, que aún no se había dormido, se sintió muy molesto. Con una expresión de frustración en su rostro, el hombre salió de la habitación con la intención de reprender a la pequeña alborotadora. Sin embargo, al llegar a la puerta de la habitación, el cuerpo de Pandu se detuvo al ver una escena que hizo que las comisuras de sus labios se curvaran.

Rasya estaba bailando con habilidad, imitando los movimientos del programa de televisión. Moviendo las caderas con la mano como si estuviera sosteniendo un micrófono al estilo de una cantante de dangdut en un concierto. La chica parecía muy segura de sí misma con su voz chillona.

Oh, ¿será posible que pueda convertir la espuma blanca

En una alfombra, como lo pides en tu promesa de amor?

"Aishh, qué triste, ¡asekk asekk jos! Sogok ... sogok ... ¡Ahh! Tak sogok ... sogok.. Aaaa."

Pandu se rió al ver que la chica seguía bailando al ritmo de la música koplo que resonaba allí. Rasya le pareció muy adorable.

"¡Mamá... quiero casarme!", gritó Rasya. La chica se dio la vuelta como si quisiera abrazar algo. Sin embargo, sus movimientos se detuvieron al ver a Pandu de pie en el umbral de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho.

Como no pudo equilibrar su cuerpo sorprendido, finalmente el trasero de Rasya aterrizó libremente sobre la cerámica blanca hueso que acababa de pisar. Al ver a Rasya quejarse, Pandu dio grandes zancadas acercándose a la chica.

"¿Cómo te caíste?", la voz de Pandu sonó un poco reprobatoria.

"Yaelah, Om. Ayúdame, no me regañes, ¡me duele el trasero!", protestó Rasya con una mano extendida. Pandu ayudó a la alborotadora a levantarse.

"¿Duele?", preguntó Pandu con una sonrisa burlona.

"¡No!", respondió Rasya con sequedad. Apagó el televisor y luego quiso regresar a su habitación. Sin embargo, justo cuando pasaba por el lugar donde estaba Pandu de pie, el teléfono de Rasya sonó, sorprendiendo a Pandu que en ese momento estaba soñando despierto.

"Hola, mamá... ¿qué? ¿Papá está en el hospital?".

La voz de Rasya sonó estridente, pero unos segundos después, la chica se dirigió al jardín trasero, dejando a Pandu solo. Sin embargo, Rasya no se dio cuenta de que Pandu la seguía por detrás.

"Mañana por la mañana Rasya tratará de volver, mamá". La voz de Rasya sonó muy suave, diferente a cuando discutía con Pandu.

"Sí, mañana por la mañana Rasya se despedirá de Mas Gatra. No es bueno pedir permiso solo por mensaje. ¿Mas Agus no ha vuelto?". Rasya volvió a quedarse en silencio, escuchando la respuesta del otro lado.

"Bueno, entonces Rasya colgará primero. Buenas noches, mamá. Rasya los quiere". Rasya bajó el teléfono cuya pantalla aún estaba encendida. Suspiró pesadamente. Honestamente, se sentía muy confundida en este momento porque aún no le habían pagado, mientras que no era posible que regresara sin dinero.

"Voy a llamar a Mas Gatra entonces". Rasya volvió a presionar la pantalla que aún no se había apagado, buscando el número de Gatra y presionando el icono verde. Mientras que Pandu, desde hacía un rato solo observaba a la chica desde el umbral de la puerta.

"Buenas noches, Mas", saludó Rasya cuando la llamada se conectó.

"Ra, es raro que me llames. ¿Me extrañas?", respondió Gatra desde el otro lado en tono de burla.

"¡Ish! A Mas Gatra le encanta burlarse de mí. Me hace querer dar un salto mortal". Rasya se rió entre dientes.

"Eres algo, Ra. ¿Cuándo vuelves al restaurante?"

"No lo sé, Mas. Todavía me dicen que acompañe a Om Panu de vacaciones. Cuando vuelva a casa volveré a trabajar en Gama".

"Te espero, Ra. No mientas eh."

"No, Mas. Tranquilo".

Pandu, al escuchar esa conversación, de repente se sintió muy molesto. Una sensación de calor se extendió por su corazón. Incluso la mano del hombre se cerró con fuerza. Pandu se dio la vuelta y quiso irse de allí. Sin embargo, las palabras de Rasya que acababan de llegar a sus oídos, detuvieron al hombre al instante.

"Mas, ¿puedo pedirte dinero prestado? No mucho, solo cinco millones. Mas Gatra puede descontar mi salario cada mes, solo deja suficiente para pagar el alquiler".

La voz tan suave de Rasya, hizo que el corazón de Pandu se sintiera hundido. El cuerpo del hombre se dio la vuelta, luego dio grandes zancadas y arrebató el teléfono de Rasya, lo que hizo que la chica saltara.

"¡Om!", gritó Rasya. Trató de arrebatar el teléfono que ahora estaba levantado en alto. "¡Devuélveme mi teléfono!"

"¡No lo haré!", Pandu permaneció de pie con calma, dejando que Rasya siguiera saltando para tomar su teléfono.

"¡No estoy de humor para bromear, Om! ¡Devuélvelo!", Rasya se agarró las rodillas, con la respiración entrecortada. Al ver que Pandu aún levantaba el objeto delgado, Rasya entró con los pies pisando fuerte. Sin embargo, a Pandu no le importó, simplemente abrió el menú en la pantalla que casualmente no estaba bloqueada.

Pandu envió el número que decía 'Mamá' a su número privado, después de eso borró el mensaje para que Rasya no lo supiera.

"¡Om Panu!", gritó Rasya desde el umbral de la puerta. La chica dio media vuelta porque resultó que Pandu no la perseguía. La chica dio grandes zancadas y luego arrebató su teléfono de la mano de Pandu.

"¡Prepárate! Mañana por la mañana tenemos que hacer un largo viaje", dijo Pandu con calma. Pasó junto a Rasya sin más.

"¿A dónde, Om?", Rasya lo siguió detrás de Pandu, tratando de averiguar. Sin embargo, el hombre no abrió la boca y simplemente caminó hacia su habitación.

"¿Por qué Om no responde? ¿Tiene aftas?", preguntó Rasya, pero Pandu permaneció en silencio.

"¡Pandu Nugraha Andaksa!", llamó Rasya gritando con las manos en las caderas. Pandu detuvo sus pasos, luego se dio la vuelta y miró a Rasya muy fijamente.

"Lo siento, Om. Quiero volver a mi habitación. ¡Adiós, Om Panu!", Rasya agitó la mano con una sonrisa tonta.

"¡No te vayas! ¡Tienes que pagar por tu descaro!", reprendió Pandu. Sus pasos seguían acercándose a Rasya que estaba retrocediendo lentamente.

"Perdona a esta sierva, Su Majestad el Rey. Lo siento, tengo que... ¡huir! ¡Ah, mamá, me duele!", gritó Rasya. La chica que ya se había dado la vuelta y quería huir, chocó contra la puerta y su trasero volvió a tocar el suelo.

"La próxima vez, cuando camines, usa los ojos, no los uses solo como decoración", se burló el hombre que en ese momento estaba reprimiendo la risa. Rasya no respondió, simplemente se alejó dejando a Pandu.

"Bonita pero descuidada".

"Gracias, Om. ¡Soy bonita de verdad!".

Pandu se frotó el pecho porque se sorprendió de que Rasya respondiera de repente, y solo la cabeza de la chica sobresalía detrás de la pared. Pandu corrió hacia el lugar donde estaba Rasya, pero la chica ya había corrido rápido hacia su habitación.

"¡Qué descarada!"