Oliver y Melissa creen estar viviendo la mejor historia de amor, hasta que la realidad los golpea y ahora no saben que es real o que fue un sueño
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CAPITULO 14
Pasaron dos días más para que Melissa se decidiera a reunirse con Enzo.
Él al recibir la llamada del hospital para avisarle que ella quería verlo, no supo que pensar antes de aceptar, porque si ella había recuperado la memoria terminaría preso, pero también sabía que cuando saliera del hospital el tendría que hacerse cargo de ella, así que aunque con algunas dudas decidió ir.
El golpe en la puerta la saco de sus pensamientos, Melissa estaba armando una lista mental de todo lo que quería preguntarle a Enzo para tomar la decisión más adecuada para su futuro.
_ Adelante_ dijo con la voz temblorosa por el miedo.
_ Hola amor, cómo estás? Ya te acordaste de mí? _ dijo Enzo con el tono que solía usar para intimidarla frente a otras personas.
Aunque ella no reconoció la amenaza como solía hacer, una presión en el pecho le hizo saber que algo no andaba bien con ese hombre, pero decidió hacerlo a un lado para obtener las respuestas que buscaba.
_ Perdón por no verte antes, pero mi mente no me ha dado tregua desde que desperté, he estado muy confundida y necesito que me ayudes a llenar las lagunas que tengo en mi memoria._ dijo todo sin mirarlo a los ojos, porque de alguna manera su mirada tan oscura la petrificaba.
Enzo la observaba profundamente dándose cuenta que ella realmente estaba amnésica, quería saltar de alegría, tendría una nueva oportunidad para disfrutarla y esta vez sin que oponga resistencia, se lambía los labios de solo imaginar todo lo que le haría.
_ No te preocupes mi amor a ti te perdono todo, dime que quieres saber._ dijo con una ternura y una paciencia que no poseía en lo absoluto.
_ Bueno me gustaría saber que hago normalmente en mi vida cotidiana, porque no estudio ni trabajo?_
Enzo sonrió por dentro esta era su momento de moldearla a su manera y crearle una personalidad acorde a como el quería.
_ La verdad es que cuando te conocí hace ya más de cinco años estabas en la universidad, pero al verme fue amor a primera vista y dejaste todo por mí, para venir a vivir conmigo. No trabajas por que con lo que yo gano no te hace falta nada eres mi reina y como tal estás solo para atender a tu rey._ espero su reacción a ver si la convencía.
La cara de Melissa era un poema no podía creer que ella fuera así de sumisa y que viviera por y para un hombre. Necesitaba oír la versión de alguien más sobre su vida, ya que no podía confiar en sus recuerdos y en ese hombre tampoco.
_ En serio _ dijo de manera incrédula _ y dime tengo alguna amiga, vecina o confidente con quien pueda hablar._
_ No hay nadie solo tú y yo contra el mundo._ dijo con una sonrisa que no le llego a los ojos al ver que no se veía muy convencida.
_ No puedo recordar absolutamente nada sobre ti, y no sé que voy a hacer cuando me den de alta, ya que no tengo a donde ir._ dijo Melissa con la preocupación bañando sus facciones.
_ Como que no sabes, te vas a ir conmigo a nuestro hogar, ya traje a mi prima para que me ayude a cuidarte mientras trabajo._ dijo Enzo pensando en la nueva víctima que tenía encerrada en su casa, esperaba poder dominar a las dos juntas y que a la otra no se le ocurriera abrir la boca.
Melissa no supo qué responder porque aunque no quería irse a casa con él, sabía que Oliver tenía una familia esperándolo que es real y lo que ellos creen tener no es más que un sueño en común o una secuela del coma en el que estuvieron.
