Tana es una joven de 19 años con una vida como a la de cualquier otro, tiene unos padres que la aman y un hermano menor que a veces puede ser molesto, pero a pesar de que a simple vista su familia se ve como cualquier otra, no es así, ella pertenece una especie antigua, con poderes sobrenaturales que están más allá de la compresión humana, pero esto no detiene a las personas que buscan ese poder para ellos.
Un día su hogar es atacado y su familia es capturada, por lo que dependerá de ella salvarlos, pero no lo hará sola, Donovan, un ex militar, se unirá a su cruzada en busca de salvar a su hermanita, quien tras una confusión también es secuestrada.
En su camino, Tana hará más aliados y descubrirá oscuros secretos, no solo de sus perseguidores, sino también de su propia especie.
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Capítulo 14
Tana observó a Donovan dormir por treinta minutos, y es que como si el hombre tuviera un reloj integrado, se despertó pasado ese tiempo, ni un minuto más ni un minuto menos.
- Vuelve a dormir, solo descansaste por treinta minutos – le dice Tana a Donovan, y es que mientras el hombre dormía Tana reflexiono sobre lo que paso, y la verdad de no haber sido por Donovan seguramente la hubieran capturado, el hombre se había convertido en un aliado valioso, y a diferencia de ella, que al absorber la energía de esos hombres había recuperado sus fuerzas, Donovan no había tenido la oportunidad de descansar en toda regla, y Tana temía que colapsara.
- Estaré bien, aunque no lo creas, he pasado semanas sin dormir casi nada, así que esto no es nuevo para mí, además no tenemos mucho tiempo para llegar al lugar asignado y ahora sin vehículo se nos complicará aún más llegar – le dice Donovan, quien carga su mochila y comienza a caminar.
- ¿Sabes a dónde vamos? – le pregunta Tana, quien va tras él.
- Así es, nos internamos como 200 metros en una linera casi recta, por lo que avanzaremos de manera paralela a la carretera, no podemos arriesgarnos a tomar un camino ahora, seguro es lo que esas personas esperan, por lo que los tendrán vigilados, lo mejor es seguir en el bosque, en este lugar hay varias poblaciones irregulares, estoy seguro de que tarde o temprano nos toparemos con alguna, con suerte conseguiremos un vehículo allí y si no es así, es probable que desde allí podamos llegar a una ciudad – le explica Donovan a Tana.
Así la pareja comenzó a caminar, lo hicieron por varias horas, en las cuales ambos permanecieron en silencio, y es que, aunque quisieran entablar una conversación, ambos eran conscientes de que eso les haría malgastar el aliento, por lo que en un acuerdo no verbal decidieron caminar en silencio.
Llegado el mediodía, la pareja paró para descansar y comer algo, por lo que sacaron algo de comida de sus mochilas.
- Cuando estabas en el hotel, me dijiste que tenías algunas teorías de cómo nos encontraron, me gustaría oírlas – le dice Tana a Donovan, rompiendo al fin el silencio en el que ambos habían estado sumidos.
- Mi primera teoría es que desde que salimos no han estado vigilando de alguna manera, aunque siendo sincero no creo que se trate de eso, lo que me lleva a mi segunda teoría y la que creo que es lo que paso, y es que tú los atrajiste hasta nosotros – dice Donovan, causando la indignación de la joven.
- Yo nunca haría eso – dice Tana muy ofendida.
- Pero lo hiciste, al menos no conscientemente, Tana vi sus equipos, esos hombres no solo son profesionales, sino que también tienen recursos, muchos recursos, lo que solo puede significar dos cosas, la primera, que un pez gordo está al mando de todo esto o que un pez gordo los está patrocinando, sea como sea, personas con el dinero para financiar algo así, son personas con contactos y acceso a cosas de las que ni te imaginas, para ellos obtener videos de cámaras de seguridad sería pan comido, y tú lo dijiste ellos saben reconocerlos, sobre todo si sus características son tan vistosas – dice Donovan quien toma entre sus dedos un mechón de cabello de la chica.
Ante las palabras de Donovan, Tana se queda en silencio, procesando lo que el hombre le acaba de decir, y rayos, tenía mucho sentido, su cabello y sus ojos eran un faro que guiaba a sus perseguidores hacia ella, seguramente los habían encontrado en esa parada que habían hecho en la gasolinera.
- Lo que me recuerda, debemos de cortar tu cabello – le dice Donovan a Tana, mientras le pasa una navaja.
- Eso no funcionará, en cuestión de minutos las puntas se volverán a teñir solas – dice Tana, con un suspiro de resignación, mientras acaricia su cabellera.
- En ese caso esperemos encontrar un poblado pronto y que allí haya algo que nos sirva para ocultarte – le dice Donovan a Tana, quien se levanta para seguir caminando.
Tenían solo cinco días para llegar hasta la ciudad de Mesto, y prácticamente habían perdido un día completo.
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- Ya no quiero caminar – le dice Tana a Donovan, mientras los dos caminaban por la carretera.
La pareja, tal y como Donovan lo había sospechado, y con ayuda del bosque, habían llegado a un pequeño poblado en la madrugada, en donde si bien fueron recibidos con hostilidad al principio, las personas que allí vivían, al darse cuenta de que sus intenciones eran buenas, los ayudaron, dándoles hospedaje y ofreciéndoles trasporte a la ciudad.
- Yo iré mañana temprano a la ciudad a abastecerme, pueden acompañarme si lo desean – les había dicho un hombre, a lo que Donovan y Tana aceptaron de inmediato.
El único problema era que al llegar tan tarde, no había ni un comercio abierto, por lo que no podían conseguir algo que ayudara a ocultar a Tana, es más, ni siquiera sabían si en el poblado había algo que siquiera les sirviera, así que, con algo de persuasión de parte de Tana, los pobladores les informaron que allí había una papelería que también servía como tiende de regalos y de productos de belleza y vendía pelucas, por lo cual, una vez más, usando sus poderes de persuasión, Tana logro que le vendiera una peluca rubia, y si bien la peluca no era de la mejor calidad, al menos serviría hasta encontrar algo mejor, por sus ojos no podía hacer nada, así que en aquella papelería también compro unos lentes oscuros que servirán por el momento.
Tal y como les había dicho aquel hombre, muy temprano partieron rumbo a la ciudad más cercana al poblado, que estaba a casi dos horas de allí, pero para su mala suerte, el auto se descompuso, por lo que quedaron varados en medio de la carretera y si bien el hombre llamo para que vinieran por ellos, Tana y Donovan no podían darse el lujo de esperar, así que, tras agradecerle al señor, decidieron seguir su camino, haciéndoles señas a los pocos autos que pasaban con la esperanza de que alguno los llevara hasta la ciudad cercana.
- Yo también estoy cansado, pero no tenemos más opción que seguir, con hoy, sería el segundo día que perdemos, lo que no nos deja con mucho tiempo para llegar hasta Mesto – le dice Donovan a la chica.
- Lo sé, lo sé – dice Tana, quien desearía poder usar su magia para llegar más rápido, pero lamentablemente no podía, ya que, si bien si había hechizos que te permitan moverte a gran velocidad de un lugar a otro, sobre todos hechizos de tierra y aire, la joven no tenía el conocimiento de cómo usarlos, estos hechizos eran poco usados en su hogar y por ende muy pocos los aprendían, ahora se arrepentía de no haberlos querido aprender.
La pareja caminó por un rato, cuando el sonido de un motor los hizo voltear a ver de quién se trataba, y esperando que fuera un buen samaritano que se detuviera a ayudarlos, por lo que ambos le hicieron señas a las motos que se acercaban, las cueles se pararon frente a ellos.
- Mira lo que tenemos aquí, creo que es nuestro día de suerte – dice uno de los hombres, quien se quita el casco y mira de manera lujuriosa a Tana.
- Por un demonio, lo que nos faltaba – dice Tana, quien siente que este viaje solo va de mal en peor.