La Viuda Y El Mafioso

Capítulo 14

Todos estaban reunidos para despedir a Abigail, el cementerio estaba lleno de los amigos más cercanos y familia Leroy. Marie estaba inconsolable por la pérdida de su hija, Bastian y Ornella estaban juntos, ella no dejaba un solo momento a su amado esposo. Entre las tumbas a lo lejos estaba Marco de espectador, dos de las asistentes del laboratorio murmuraban sobre la tragedia junto a él.

—Dicen que la señorita Abigail iba deprisa.—

—También dicen que estaba embarazada, pero pienso que es solo un pésimo rumor.—

Marco estaba sorprendido al saber qué tal vez su adorada Abigail si estaba esperando un bebé en el momento de su muerte, ahora viviría con la culpa lo que le restaba de vida. Pero Ornella había notado al extraño entre los presentes, de inmediato le hizo una seña a Theo.

—Dígame señora.—

—¿Quién es ese hombre del fondo? Se ve bastante afectado.—

—No lo conozco señora, pero averiguaré de inmediato.—

Cuando Marco observó como se acercaba aquel hombre que estaba al lado de Bastian, se retiró sin decir una sola palabra. Theo y Ornella estaban desconcertados ante su reacción, pero no era el momento para angustiar a su familia, Bastian y Marie estaban destrozados. Después de sepultar a Abigail, todos los presentes se retiraron. Su sepulcro había quedado lleno de flores, Marco había regresado para despedirse de ella.

—Perdóname mi dulce Abigail, perdóname por haber sido un completo idiota y dejar que mi ambición me ganara.—beso la rosa que tenía en sus manos y la dejo sobre la lápida

Más tarde ya en casa, Ornella estaba encerrada en la habitación con su esposo. Bastian lloraba mientras estaba acostado en las piernas de Ornella. Ella también estaba triste por la muerte de su cuñada, pero era más fuerte y al igual que cuando falleció su abuela no podía llorar.

—No es justo que mi hermana haya perdido la vida y la de su bebé.—

—Solo el tiempo podrá ayudarnos, sabes que te amo mi vida.—

—Gracias mi vida por estar conmigo en este momento.—

Ornella no encontraba la forma de hacer sentir mejor a su esposo, sabía que con el pasar de los días todo estaría mejor. Aunque su cuñada era parte fundamental de los Leroy, sabía que era más importante apoyar a Bastian y ayudarlo a seguir adelante.

Poco a poco pasaban los días, en Moscú se preparaba todo para la boda de Ulana. Petrov había pedido a Allegra que le ayudara con la boda de su hermana. Ella con gusto aceptó, revisaba cada detalle, pero para ser sincera Ulana se veía inconforme con todo.

—Ulana si algo no te gusta puedes decirlo, créeme que no quiero que un día importante para ti sea una pesadilla, tú eres la novia y debe ser inolvidable.—

—No es por ti Allegra que estoy así, tienes muy buen gusto a decir verdad. ¿Puedo confiar en ti?—

—Si, por supuesto.—

—Por nada vayas a decirle esto a mi hermano, por favor.—

—No adelante, confía en mí.—

—No quiero casarme con Marco, sé que las alianzas son importantes. Lo único que está haciendo mi hermano es evitar que nos traicione, o peor aún que nos robe. Por eso acepto el matrimonio.—

—Díselo, tu hermano te adora. Sé que no dudará en romper el compromiso.—

—No es tan fácil, los Volkov tenemos palabra de hierro. Mi hermano dio su palabra, y yo acepté. Hay algo en ese hombre que no me termina de convencer.—Sin darse cuenta Petrov escuchó todo

—Así que no quieres casarte con Marco.—ambas estaban heladas al verlo llegar.—Allegra déjame a solas con mi hermana, seguirán después con los detalles de la boda.—

—Petrov por favor escúchala.—

—Allegra no es tu asunto, por favor ve a tu habitación con nuestra vera.—Allegra no insistió, observó a Ulana antes de salir y ella simplemente le sonrió.

—Lo que escuchaste es verdad, no quiero casarme con Marco Iñiguez y aunque al principio acepte, esta vez no voy a ceder, así que me retracto. No puedo casarme con alguien que no me inspira confianza.—

—Ulana, dimos nuestra palabra.—

—Diste tu palabra, yo simplemente no objete. Si no confías en él, cambiemos de contador.—

—El es un maestro en lo que hace, no tienes idea de los millones de dólares y euros que lava sin ser rastreados. Convierte nuestro dinero en limpio, y él quiere casarse contigo.—

—Si, porque no puede hacerlo contigo. Porque seamos sinceros yo no soy su prioridad, lo que quiere es emparentarse contigo.—

—Te casaras y es mi última palabra, te lo ordeno.—

—Me lo ordenas como mi hermano.—

—Te lo ordeno como tu líder, no vas a dejarnos en vergüenza. Te casaras con Marco así te lleve arrastras hasta el altar, la palabra de los Volkov se respeta y se hace valer. Tu debes mantener bajo control al contador.—

—Si, señor.—respondió Ulana evitando llorar por su triste situación.

Seguían los preparativos, Marco mientras hacía lo que mejor sabía hacer. Andrei acababa de entregarle muchos millones que llegaban del otro lado del charco.

—Al parecer todo va bien allá con nuestros vecinos.—

—Si, aunque no dejan de ser menos sofisticados que nosotros. Saben hacer las cosas y tienen palabra, ¿quien se te murió?—preguntó Andrei al verlo en traje negro

—La hermana de un amigo.—

—Una de tus amantes supongo, ¿te dolió?—

—No quiero hablar de eso, además no es correcto me voy a casar con tu tía.—Andrei sacó su arma y la colocó sobre la mesa apuntándole directo a Marco.

—Me alegra que toques el tema, la última vez que te vi te advertí que tenías que terminar con tus amantes, mi tía no está sola. Prácticamente ella se convirtió en mi madre, y si la haces sufrir. Te haré vivir un infierno aquí en la tierra, tan lento y largo que desearas morir, pero no te dejaré hasta que yo lo decida. ¿Entiendes? Te vez ridículo guardando luto, la muerte es lo único seguro que tenemos ya deberías saberlo.—

—Si lo entiendo, la verdad es que siempre he estado enamorado de Ulana. Me esforzaré por hacerla feliz.—

—Los desgraciados como tú o como yo, no saben que es el amor. Vamos Marco, a mí no me engañas, tu interés es pura conveniencia. Somos la familia más poderosa dentro de la mafia, y sabes que formando parte de los Volkov tendrás dinero, poder y todo lo que deseas. Pero en fin, te veré en unos días para el gran evento tío, reza para que mi tia no escape y te deje esperando por ella en frente de todos.—dijo Andrei para después seguir su camino, obviamente caminaba y al mismo tiempo se burlaba del contador, pero Vladimir no dejaba de observar a Marco, así que tuvo que reprimir cualquier reacción que pudiera desagradar a Andrei.

—¿Vamos directo a Moscú?—preguntó Vladimir mientras le daba su chamarra a su jefe

—No, antes haremos una parada en paris, necesito comprarle un obsequio a mi tía y uno para mi hermana Vera.—

Andrei llegó hasta la joyería donde aquella vez lo atendió la joven pelirroja, pero al ingresar se dio cuenta que las vendedoras eran nuevas.

—Bienvenido, ¿en qué podemos ayudarlo?.—

—Soy Andrei Volkov, quiero hablar con el joyero.—

—En un momento le llamo.—de inmediato Luc atendió al llamado de un Volkov, no quería problemas con ellos.

—Señor Volkov sea bienvenido, ¿en qué puedo ayudarlo?—Andrei pensó en preguntar por aquella joven pelirroja, pero desistió.

—Quiero un diamante para mi hermana Vera, es muy pequeña aún. Pero quiero ser yo el primero quien se lo regale, y también necesito un juego completo de Zafiros para mi tía.—

—De inmediato.—

Andrei había desistido porque tenía una regla fundamental sobre las mujeres, en su lista no había prostitutas y tampoco mujeres de cuna inferior, según el porqué todas eran unas oportunistas. Al ser la pelirroja una simple vendedora entraba en esa categoría, obviamente no se jugaba la vida día a día, para que una mujer derrochara su fortuna cómodamente.