AMOR A DOMICILIO

WILLIAM VON BRAUN

Lya se matriculó en la facultad de Medicina. Regresamos a casa. Hoy, un mes después de iniciar como modelo, era mi bienvenida. Hasta el momento en la agencia solo me relacionaba con Alberto, y con su asistente. Este mes fue más como preparación.

— Me voy Lya, espero no regresar tan tarde.

— Ve, disfruta de tu cena de bienvenida— ella se acercó y me abrazó — con cuidado.

Salí del apartamento y fui a la cena que era en un restaurante estilo Karaoke - Japonés. Entré a la habitación del karaoke, ahí estaban Alberto, su asistente, Jorge, y tres modelos de la compañía (Luisa, Amanda y Carmen) que ya había visto, pero no había cruzado palabras.

Tuve un mal presentimiento.

Nos sentamos a cenar, Alberto tomó el micrófono y se puso a cantar. Realmente creía que era una cena de bienvenida.

Amanda se acercó a conversar.

—El jefe nos invitó, y nos dijo que eras un chico valioso. Ya veo por qué— Ella coqueteaba.

— Con permiso, voy al baño— me levanté y salí de la habitación.

Debería irme. Está situación se parece a las veces que iba a ese antro, antes de conocer a Lya y me enredaba con cualquier chica. Yo ya no soy el mismo William.

Caminé hasta la puerta del restaurante. Sentí que me abrazaron desde atrás.

— No te vayas— Me di la vuelta y era Amanda.— quédate un rato más.

— Primero me sueltas, no me gusta que me toquen sin mi permiso.

— Eres guapo, me gustas — quiso abrazarme.

— ¿Qué haces?

— ¿Eres Homosexual o que? No ves que soy guapa, y quiero estar contigo.

— No soy homosexual, Pero no me gustan las mujeres fáciles, Además yo estoy comprometido y amo a mi mujer.

— Perdón, Pero no me doy por vencida fácilmente. Tengo siempre lo que me gusta— ella sonrió y dio la media vuelta, regresando a la habitación de karaoke.

Salí del restaurante. Regresé a casa.

Eran alrededor de las 10 de la noche. Lya estaba sentada en la cama leyendo un libro.

— Viniste temprano, ¿Cómo te fue? — La cara de Lya dio un gesto molesto y se puso a reír de manera sarcástica.

—¿Te sucede algo?

— Estuvieron alegres, ¿Cuántas mujeres fueron?

— ¿Qué estás diciendo?

— ¿Ya viste tu camisa? ¿Realmente fue una cena de bienvenida o fuiste a tener una cita? Ve al baño y revísate.

Me fui al baño y me miré al espejo. La camisa traía unos labios de color rosado en la parte trasera, había sido Amanda cuando me abrazó. Este era el mal presentimiento.

Salí del baño. Lya tenía una mirada que jamás había visto.

— Quiero explicarte. No pasó nada de lo que estás pensando.

— No quiero escuchar excusas. Era de suponer que siendo un hombre extremadamente guapo, ibas a tener tus enamoradas. Es obvio, que a tu lado, no soy nadie.

— Cálmate. ¿Si? Cuando me retiré del restaurante, una chica me abrazó por detrás, Pero no tengo nada que ver con ella y le dejé claro que tengo un compromiso contigo.

— ¿Te abrazó? ¿Qué más? ¿Es tu compañera de trabajo?

Si le digo que si, se va a poner más enojada, y si le digo que no, estaría mintiendo y todas las mentiras siempre salen a luz. Que dilema este.

— Bueno, si. Es una modelo de la empresa.

Ella se quedó en silencio, tenía sus ojos húmedos. No sé porque tiene una baja autoestima, si ella es muy hermosa en todos los aspectos.

— William Von Braun, puedes dormir en la sala. Quiero dormir sola.

— ¿William Von Braun? Dijiste todo mi nombre. No voy a dormir en la sala, voy a dormir contigo y te haré el amor, porque no he hecho nada malo. Si es cierto que esto se presta a malos entendidos, Pero te juro que no he hecho nada malo.

— Entonces yo voy a dormir en la sala. No hay ningún problema.

La abracé a la fuerza, ella se quiso soltar.

— Te juro que todo esto es un malentendido. No he hecho nada. Tienes que confiar en mí.

— Seguirás viéndola, y es modelo. Ella debe ser bonita, más que yo.

— Puede que sea bonita y todo lo que tú quieras agregarle, Pero yo a quien amo es a ti. No estés celosa.

— Solo te voy a pedir algo— Sus ojitos tenían lágrimas— si algún día piensas en otra mujer y ya sientes que no me amas, solo dímelo y terminemos en paz. No quiero ser una mujer engañada. Que no te importe si me va a doler o no, solamente dímelo.

— Está bien— la abracé con un poco más de fuerza.

La entiendo, llegué a casa con la camisa pintada en labial. Amanda lo hizo intencionalmente.

— Vamos a darnos una ducha juntos.

Ella no dijo nada. Le tomé la mano y nos metimos al baño. Aunque era un poco tarde para estar en el baño, le lavé su cabello y le di un masaje en la cabeza y en sus hombros.

— Lya, solo quiero decirte, que yo te amo. Eres el amor de mi vida. Y sé que en esta industria del modelaje puede ser algo difícil para ambos. Pero creo que es lo único que puedo hacer por los momentos. Cuándo, termine el contrato te prometo que voy a buscar algo más.

— Está bien. Perdóname si exageré un poco.

— No has exagerado, creo que yo habría hecho lo mismo. Vamos a la cama. Mañana inicias tus clases.

Fuimos a la cama. Hicimos el amor algo rápido. Ella se acomodó en mi brazo y se durmió.