El Rey Muerto

Lucia: ¿Enserio?

Kai: Así es, vamos.

Llegamos a un salón, estaba oscuro, solo había luz en el centro, 5 mujeres estaban allí muertas del miedo.

Lucia: ¿Que pasa?

Kai: Haz silencio.

Kai comenzó hablar desde la oscuridad.

“Un paso adelante la mujer que desea desposar al rey Muerto”

Una de ellas dio el paso, las otras temblaban.

Las demás por favor den la vuelta, caminen recto, ya les dirán que harán con ustedes.

Kai: ¿Por que deseas desposar al rey?

Mujer: Bueno señor creo que soy una mujer educada noble, soy de buena familia y muy bella.

Kai: ¿Solo por eso?

Mujer: No hay mujer que se me compare.

Lucia: Tiene la autoestima alta.

Susurre.

Kai: Voy a mostrarme ante ti, si después de verme, si insiste que quiere ser mi esposa, lo haremos.

La mujer sonrió.

Yo agarre la mano de Kai. Sentí miento qué tal le guste, por que para mi es una delicia.

El me miraba, también sujeto mi mano, entrelazamos los dedos.

Una puerta se abrió, vi que salió una Bestia, era un minotauro. Tenía los ojos rojos su respiración era fuerte, como si tuviera rabia, sudaba por montones era solo un río.

La mujer gritó, corrió hacia el camino que habían tomado las otras jóvenes.

Kai: Siempre es lo mismo, todas huyen.

Lucia: En su defensa yo también me asustaría, aunque si lo conozco mejor quizás me agrade. ¿puedo verlo de cerca?

Kai: ¡No!

Lucia: ¿Por que?

Kai: Tu eres diferente a todas las mujeres, terminas enamorada de él.

Lucia: Solo un minuto, jamás he visto alguien como él.

Kai: ¡He dicho que no!

Lucia: Pero..

Lucia: ¡Pero nada!

Kai me levanto en sus brazos. Solo pude gritar mientras me sacaban del lugar.

Lucia: ¡Adiós torito!

Kai me llevo a otro salón, estaban las otras mujeres, Bernart les preguntaba que querían hacer con sus vidas, muchas hablaban de estudiar, huir del reino, de sus padres.

Aquellas que tenían planes se les concedía, antes de que se marcharan les daban algo de beber. Las que si querían quedarsen trabajarían en el castillo o en otras tierras del rey.

Lucia: ¿Que tiene la bebida?

Kai: Una vez la toman olvidan quienes son, así evito que vuelvan con sus familias, ellas no quieren así que no tienen por qué volver.

Lucia: ¿Para donde van?

Kai: Reinos lejanos, se les da dinero para que comiencen a cumplir sus sueños, las vigilamos para que no les pase nada. Este reino es malo, ellas son mujeres buenas.

Lucia: Vaya, y yo que pensaba que las tomabas y luego a las asesinabas.

Kai: ¿Que sacó con eso?

Lucia: No se, su sangre te da juventud eterna quizás.

Kai: Vámonos ya Bernart se encarga de todo.

Lucia: Supongo que le pagas muy bien, ese hombre trabaja 24/7.

Llegamos a la habitación habian cambiado la decoración. Tenía toques más femeninos, ¿a que horas lo hicieron?

Kai: ¿Te gusta?

Lucia: Es hermoso, ¿como pudieron hacer esto en tan poco tiempo?

Kai: Todo para que estes cómoda.

“Quería preguntarle por los niños, si no le hacía nada malo a las mujeres es obvio que tampoco a los niños”

Kai: Pregunta.

Lucia: ¿Que?

Kai: Di lo que te inquieta, tú alma está agitada.

Lucia: ¿Sabes dónde está mi hija?

Kai: ¿Tu hija?

Lucia: Bueno la hija de Alice, la pequeña se llama Ailyn. Me dijeron que tú la habias secuestrado.

Kai: No lo hice.

Lucia: Pues te creo.

Kai: ¿Me crees así no más?

Lucia: Si, estoy segura que me contaron la historia equivocada. ¿Puedo salir del castillo?

Kai: ¿Te quieres ir?

Kai se acercó a mi, me tomó de las manos, sentía su miedo.

Lucia: Claro que no, solo necesito saber donde esta la niña, quiero descubrir la verdad.

Kai: Puedes salir solo si juras que cada noche volverás. No dormirás afuera jamás.

Lucia: Lo juro.

“No soporto tu ausencia”

Lucia: Igual yo

Kai: ¿Igual tu que?

Lucia: Dijiste que no soportabas mi ausencia. Te respondí igual yo.

Kai cambió la expresión de su rostro.

Lucia: ¿Dije algo malo?

Kai: No, solo fue un pensamiento, pero veo que lo dije en voz alta.

Lucia: ¿Podemos comer algo? Tengo hambre.

Kai: Si, necesitas mucha energía, estoy impaciente.

Lucia: Kai…

Trajeron algo de comer, el rey si probaba alimentos, pensé que no lo hacía pues jamás lo había visto. No había terminado de cenar cuando sentí que me soltaba el vestido.

Lucia: Espera…

Fue en vano mis suplicas, pues me habían lanzado a la cama. Sentía sus besos, pero lo que parecía la iniciación de nuestra pasión, se convirtió en una noche caótica.

Las puertas se abrieron con brusquedad. No debo ser una adivina para saber quien era.

Cinthya: Así que es cierto, te acuestas con esa zorra.

En algún momento esto tenía que pasar. Kai me cubrió con las sábanas, yo no tenía ropa, al menos él tenía el pantalón puesto.

Kai: Lárgate de aquí, tienes prohibido venir.

Cinthya: ¿Mi amor por que me haces esto?

La mujer lloraba pero la verdad era pésima actriz.

Kai: Tu no me amas, jamás lo haz hecho.

Cinthya: Claro que si, he soportado todos estos años tú aislamiento por qué yo era la única, pero no voy a permitir que llegue una cual quiera, diciendo que es tu reina.

Kai: Vete tu olor me da asco, me revuelve el estómago.

Cinthya: No me iré, este es mi lugar.

Cinthya intentó entrar a la habitación, se que venía por mi, pero Kai la sujeto por el cuello, él se convirtió en la bestia, la que parecía una gárgola, los ojos de Cinthya era de horror. ¿Jamás lo había visto de esa manera?

Kai: Te largarás, jamás saldrás de tu habitación, si te vuelvo a ver aquí juro que te asesinare y asumiré las consecuencias.

La mujer fue lanzada al pasillo, Kai estaba hecho furia.

Comenzó a desgarrar las paredes, sus ojos eran rojos, su respiración era fuerte y pesada.

Lucia: Kai mírame…

Seguía rasgando, mi corazón se estremecía, me dolía el pecho era como sintiera su dolor. Me acerqué a él, con cuidado toque su brazo, grave error. Sentí sus garras en mi cuello, me presionaba con fuerza.

Lucia: Mírame, soy Lucia.

Cada vez ejercía más presión, pronto dejaría de respirar.

Lucia: Kai vuelve a mi… soy lucia, por favor mírame.

Puse una mano en su rostro, poco a poco comencé a cerrar los ojos.

“Kai”