Volver A Amar

...Valery

...

...Narrador Omnisciente...

Valery ha tenido una mañana de lo más alocada. Primeramente por el coqueteo descarado del director apodado por todas las profesoras como el "Jefe Buenorro".

Seguidamente por el recibimiento de sus alumnos, quienes afortunadamente son unos pequeños sumamente respetuosos, sin embargo los niños de 8 y 9 años, en su osadía la interrogaron con una serie de preguntas personales que Val esquivo con inteligencia.

~{¡Que niños tan curiosos!} pensó.

Y finalmente sus colegas, entusiasmadas, e impulsadas por las ganas de compartir con el sexo opuesto del establecimiento escolar, organizaron una salida con el fin de celebrar la llegada de la nueva profesora.Una mera excusa para coquetear con el director y el profesor de Inglés.

Valery aceptó, pues aquella sería una instancia perfecta para aumentar su círculo social.

Durante el transcurso de la mañana, confirmó que su hijo Héctor sería su alumno en algunos de los ramos que ella impartirá, específicamente Matemáticas, y Lenguaje. Además se le asignó ser Profesora Jefe del Segundo Básico.

¡Nada podría arruinar su maravilloso día!.

Excepto un mensaje de texto del burro de Richard.

Val estaba por terminar la jornada escolar cuando su celular comenzó a vibrar. Lo ignoró, y nuevamente vibró. Disimuladamente se acercó y vió la pantalla.

2 Llamadas perdidas del contacto "Rata de alcantarilla".

Mensaje de texto: — ~{ Quiero ver a los niños, llámame si puedo estar con ellos este fin de semana, mi madre se hará cargo de ellos }.

Val levantó una ceja pensando en lo verdaderamente inútil que era Richard, nisiquiera podía cuidar de los niños el solo. No obstante lo agradecía, la señora Rita era una abuela dedicada y amorosa con Héctor y Lily, pero una suegra desalmada y venenosa.

~Lo hablaré con ellos~pensó.

Quince minutos después el timbre que avisaba la hora de salida se hizo escuchar en el colegio.

Todos los niños gritaron emocionados, unos salieron rápidamente mientras que otros se despedían de ella con besos y abrazos.

Guardo sus cosas en su bolso, y se preparó para salir. Había quedado que los niños la esperarían en la entrada.

Cuando salió de la sala vió a Aiden quien también se dirigía a la salida.

Los latidos de su corazón aumentaron, y el sudor comenzó a correr por su espalda.

{No te pongas nerviosa, no demuestres lo que te provoca. No es más que un pervertido, uno guapo y dueño de un cuerpo de infarto. Pero a fin de cuentas un pervertido}

Sacó el celular de su bolsillo y fingió ver la hora.

—Señorita Valery —hablo Aiden dando un par de zancadas para llegar a su lado.

{No puede ser. Ay ¿Qué hago?}.

De inmediato se reprendió a si misma. Era una mujer, no una niña para estar arrancando del Dios Griego.

Volteó y lo observó. Una sonrisa maravillosa decoraba su atractivo rostro, y su impactante mirada la dejaron, por un efímero segundo, atontada.

—Director, dígame.

—Quería saber que tal su primer día. ¿Cumplió sus expectativas? ¿La recibieron de buena manera? ¿Fueron respetuosos? ¿Tiene alguna queja?.

Los ojos de Val se abrieron debido a la sorpresa. ¿Estaba preocupado?...aquello le hizo cuestionarse si era solo con ella o con todos los docentes.

—Todo muy bien director, no se preocupe —de imprevisto un gran peso la desestabilizó y Aiden alcanzó a sostener sus hombros para evitar que cayera al suelo.

—Mamiiiiii —Héctor y Lily se aferraron a su madre con todas sus fuerzas.

—¡Mis amores! —exclamó con emoción, sus ojos brillaron cuál estrellas parpadeantes —. ¿Qué tal su primer día? ¡Yo creo que maravilloso! A que siii! —Val lleno sus mejillas de besos sonoros.

Aiden observaba la cena conmovido. El brillo en los ojos de la mujer le resultaron exquisitamente preciosos. No podía negar lo mucho que le llamó atención desde que entró a su oficina. Sabía que iba en contra de su regla principal, pero !Por los Cielos!, era muy hermosa.

—Mami, ¿Quién es el?—preguntó Lily.

—Oh hija él es .....—antes de que pudiera terminar de hablar, este se adelantó —. Me llamo Aiden y soy el director del colegio.

—¡Ohhh!, pero mami, ¿Los directores no son gordos y gruñones?

El aludido comenzó a carcajear y Val quedo anonadada por la melodiosa risa. ¿Acaso también es agradable? ¿Tiene algún defecto?

Aiden se agachó hasta la altura de la pequeña —. La verdad es que gruñón puedo ser un poquito, pero lo demás ya ves que no —acaricio la coronilla de su cabeza. La pequeña miró hacia el suelo y sonrió tímidamente, no acostumbraba a las muestras de cariño. Excepto de su madre, Sofi y Alba. De su padre sabía que nunca recibiría caricias o atención.

El director se levantó y extendió su mano a Héctor —. Mucho gusto —el niño correspondio el saludo —. Tenemos talleres de actividad física como fútbol, básquetbol y voleibol. ¿Te interesa alguno en especial?

El niño sonrió de inmediato, y sus ojos se iluminaron —. Si, fútbol. Me encantaría, pero....—su mirada se entristeció —. No sé jugar, mi padre nunca tenía tiempo para practicar conmigo.

Valery sintió como su corazón se rompía con aquella confesión ¿Cuánto daño les había hecho el maldito de Richard?. Alzó su mirada y vió como Aiden observaba a su hijo con los labios fruncidos.

Estaba a punto de pedirle a los niños que debían marcharse cuando este dijo:

—. Si quieres, y si tu madre lo permite, yo puedo enseñarte. He jugado de arquero, medio campo y defensa —esbozo una sonrisa.

—¿Enserioooo? —pegó un gritito y brinco alegre.

—Porsupuesto —fijo sus ojos en ella.

Valery no podía creerlo, ¿Que se supone que debía hacer ahora?. Por un lado la mirada expectante y emocionada de Héctor la dejaba sin palabras, y por otro, Aiden realmente se estaba ofreciendo a enseñarle a su niño lo que el más anhelaba en el mundo, algo que su padre siempre le negó.

—Yo..pero...No creo que sea prudente director, ¿Donde entrenarían? ¿Que días y que horas?... creo que es difícil.

Aiden acarició su barbilla —. ¿Dónde viven ustedes?.

—Nos mudaremos el fin de semana —por un momento se negó a dar información de su nuevo vecindario.

—"Las Nieves", ahí es donde iremos —se anticipó Lily con las mejillas sonrojadas.

Val abrió la boca en forma de "O", entorno los ojos y la miró severamente —{Mi hija es una traicionera}

—¡No puedo creerlo! —exclamo él. Es el mismo barrio donde yo vivo. Que maravillosa coincidencia, no tendremos problemas para practicar Héctor —el niño parpadeó al escuchar su nombre en la boca de él. ¿Cómo sabe mi nombre? se preguntó. Se sintió importante, y de manera inconsciente se irguio e infló su pecho.

—Mami mami, seremos vecinos del director simpático—dijo la niña a la vez que tironeaba su blusa.

—Si lo escuché hija —masculló entre dientes.

{El universo conspira en mi contra}

Aiden observó el reloj de su muñeca —. Debo irme. Miró intercaladamente a los tres y dejo ver su sonrisa deslumbrante, se agachó hasta la altura de Lily —. Fue un placer pequeña.

Volteó a Héctor y chocaron sus manos —. Nos vemos pronto, ¿Tienes pelota? —el niño negó —. Descuida, yo tengo una, te la llevaré.

Se posiciono frente a Valery —. ¿Irá a la reunión el Domingo?, no debe faltar, es en su honor.

—Si iré —contestó gélida y cortante.

—Nos vemos entonces —Aiden la observó fijamente, no con descaro, más bien, como si quisiese decir o transmitirle algo.

Valery no respondió, simplemente tomó las manos de sus niños y caminó hasta la salida para luego subir al auto y marchar a casa.

Aiden se mantuvo parado hasta que dejo de ver sus espaldas, de pronto una mano se posó sobre su hombro.

—¿Me dirás qué fue todo eso?.

—No seas chismoso.

—Joder, que eres pesado. Déjame decirte que la tía está buenísima. ¿Has visto como le quedaba ese pantaloncito?. Aunque tenga hijos, igualmente soy capaz de conquistarla, quizas hasta....

No terminó ya que un fuerte puñetazo en el estómago lo dejo sin aire. Jadeo como pez fuera del agua por unos segundos.

—¡Carajo Daniel! ¡Perdóname!, si es verdad que me he imaginado golpeandote, pero nunca pensé en hacerlo realidad —Aiden lo sostuvo en lo que normalizaba su respiración.

Al cabo de unos minutos Daniel se encontraba mejor —. ¡Era una broma! ¿Entiendes? ¡BRO—MA!. Quería saber de qué iban todas esas miraditas que le dabas a la profesora. Mira que te conozco y sé que te gustó.

—Entrometido—espetó—. No sé, siento que necesito conocerla, hablar con ella, que le gusta, cuáles son sus intereses en la vida, que piensa sobre una relación luego de un divorcio.

—¿Divorcio?

—Si, en la mañana me dijo que estaba casada. Pero Alba lo desmintió, está en proceso de divorcio. Descubrió al maldito de su esposo siendo infiel.

—¡Nooo!, ¡Qué perro!, y con hijos de por medio. Maldito gusano. De todas maneras lo que para él es basura, para otros es oro —afirmó con una sonrisa socarrona.

—No te anticipes. ¿Vas a la salida del Domingo?.

—Eso no se pregunta, claro que voy. Iré en busca de una nueva víctima —soltó una carcajada y Aiden negó con la cabeza.