PROHIBIDO AMARTE

Narra Sam

Comienza el desfile y aun no llega el dichoso artista, me siento estallar de la ira, le reprochó a Elena, sé que en parte no es su culpa, pero por este pequeño detalle mi carrera puede ir al carajo, le pido a Elena que le diga a los invitados que tomen un coctel mientras tanto yo busco una solución, segundos después llega Alexander preguntado qué está pasando, no sé porque es tan entrometido y le contesto con mucha molestia, pero el en cambio se ofrece a cantar y me niego rotundamente, pero al el voltear para irse, Elena me mira con cara de súplica, así que abscedo y lo detengo para aceptar su ayuda, no se cual será el precio de esta estupidez mas adelante pero no tengo más alternativa, antes de enviarlo a la tarima lo amenazó con matarlo si no sabe cantar, salgo preocupada y voy a ubicarme en la parte de atrás del público y para mi mala suerte Aria está a mi lado, ella me mira con indiferencia como queriendo decir que no soy nada a su lado, la ignoro y veo cómo sale Alexander y hace su presentación, antes de comenzar se presenta y comenta que la canción que tocara la compuso pensando en alguien, Aria grita efusiva y la prensa se centra en las palabras de él, obvio es un hombre muy reconocido por lo que se lleva toda la atención.

Empieza tarareando como la otra noche que lo escuche y de repente su canto comienza a fluir con una voz sumamente hermosa y sensual, en algunos momentos podría decir que me observa a mí, no sé si estoy loca o mi visión me falla y en verdad le está dedicando la letra a la toxica.

La letra de canción habla de la oscuridad en la que se encontraba y de cómo anhelaba encontrar esperanza en un ángel, si, de verdad confirmo que es para la loca la dedicatoria.

Luego de 3 canciones más las personas se levantan y lo aplauden, la verdad tiene un gran talento el muy infeliz, el único defecto es que es demasiado ambicioso y se aprovechó de mi abuelo, de resto podría decir que tiene todo bueno, hasta sus besos, por Dios no sé cómo puedo siquiera imaginar o pensar esa barbarie, él es mi supuesto tío. Todo el mundo comienza murmurar del talento de Alexander y de su sensual voz, puedo ver a casi todas las mujeres embelesadas buscándolo para asecharlo, voy a mi puesto para seguir la culminación de mi desfile con mi nueva línea, los espectadores y sobre todo los hombres aplauden y elogian las prendas.

Puedo decir que mi trabajo fue todo un éxito, algunos están tomando tragos en el salón, algunos están entrevistando a Elena, otros conversan entre sí del éxito no solo de la colección, sino también de Alex

- ¿Qué tal? ¿Cómo me viste? – me dice Alexander por la espalda

- Gracias – le digo con mi voz baja

- Perdón, ¿qué dijiste? – me dice con risa – espera, que esto lo tengo que grabar para que perdure en la eternidad, Samanta Jones agradeciendo a su mayor enemigo, esto es memorable – me dice sacando el celular para grabar mi voz

- ¿Qué haces estúpido? – le reclamo mientras él está grabando un video

- Esto lo tengo que grabar, lo siento pero esto es una suceso que no se si lo volveré a ver – me dice con burla y yo lo dejo

Me retiro hacia el bar donde me quedo completamente sola, veo algunos hombres mirarme, creo que es obvio por mi traje, está un poco descubierto en mi pecho, uno tiene la valentía de acercarse y me invita a un trago, la plática es buena al principio, pero como siempre pierdo el interés casi a los 30 minutos, le sonrió y le digo que estoy esperando a mi novio, él no me cree y en cambio me pide otro trago más.

Una hora después me levanto y siento que mi mundo gira alrededor mío, no sé ni quien soy, me acerco al gerente y le pido me dé una habitación porque en este estado no se ni donde vivo.

- Señor Erik, necesito una habitación – le digo con mi lengua pegada al paladar, pues la voz me sale casi a medias

- Señorita Jones, el hotel cuenta con una habitación VIP para los dueños, en este caso ¡usted! – me dice con mucha cortesía

Se aleja y busca la tarjeta, me indica el piso y se ofrece llevarme, pero me niego, subo al ascensor y entrecierro mis ojos para ver bien los números pues se están moviendo demasiado, llego a la puerta y abro con dificultad, no sé si estoy delirando pero hay una luz encendida en el baño, omito el detalle y comienzo a desvestirme, me quito el vestido que cae al suelo, me quedo solo en bragas porque sostén no llevaba puesto, aprovecho el momento, pues me siento feliz, voy al mini bar tomo una copa y enciendo la música para comenzar a bailar desnuda, por unos segundo me desconecto del mundo y canto a todo pulmón para celebrar el éxito de esta noche, pero al girar bailando caigo al suelo de lo borracha que me siento, entro en pánico cuando escucho una carcajada, me levanto veloz y con mis pies trabados y enciendo la luz

- ¿Tu? – pregunto a mi hermosa alucinación

- Bailas muy bien – me dice Alexander con una maldita sonrisa maliciosa y una mirada devoradora, eso me hace recordar que estoy desnuda, pero también que estoy tan borracha que quizás estoy enloquecida por el trago, así que no voy a desaprovechar mi oportunidad por ilusoria que sea

- ¿te gusta lo que ves? – le pregunto acercándome más a el

- Más que eso…, me excita – me dice la alucinación

- ¿A si…? ¿Quieres más? – le pregunto a lo que sea que mi mente ve o imagina

- No creo que me des la talla – me responde el espejismo

Me acerco lo suficiente hasta tenerlo a solo unos milímetros de mí, como es más alto de lo que recuerdo, me pongo en puntillas y me acerco a su boca, paso mi lengua por el rededor de sus labios y bajo con mi lengua por su mentón finamente afeitado, luego vuelvo saboreando sus deliciosa boca pero esta vez lo invado suevamente, puedo sentir como mis pezones rozan su pecho, siento m0jar toda mi intimidad con este momento, de repente pierdo el equilibrio y caigo de lado, pero él logra sostenerme, me levanta, me toma con fuerza de la cintura y con su mano en mi cuello me obliga a besarlo nuevamente, pero estoy tan desinhibida que me deleito en su esquito sabor a anís, hacemos una danza con nuestras lenguas, que si de profanar se tratara, estaríamos cometiendo el mayor sacrilegio posible, Alexander me levanta como pluma y me lleva hasta el sillón donde se sienta conmigo encima de él, siento sus manos recorrer mi espalda, mientras yo hago sensuales movimientos con mi pelvis para rozar su dureza, estoy tan hum3da que podría decir que si tan solo lo introduce un poco podría alcanzar mi cl¡max rápidamente, pasa una de sus manos por mi pechos mientras yo me arqueo para dejar mejor expuesta la parte que quiero sea estimulada, el me observa con sus ojos llenos de deseo y no duda en tomar uno de mis endurecidos pez3nes para devorarlo con su boca y por momentos con sus dientes, pasa sus experimentados labios por cada uno de mis montes, dejo salir todos los gem¡dos que tenía reprimidos, cuando veo que el está sacando su miembr0 me levanto abruptamente ante la realidad.

Nota de autor: querid@s lectores, les invito a leer mis otras obras "nuestra guerra" y "nuestra guerra, la historia de Tomas y Sofhi"

espero les guste esta nueva novela