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El Silencio de la Sustituta.

El Silencio de la Sustituta.

Status: En proceso
Genre:Romance / Matrimonio contratado / Novia sustituta / Enfermizo
Popularitas:17.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Saori França

Safira, una joven de veinte años que no tiene más esperanzas en la vida. Tras un trauma en su infancia, su psicológico se vio afectado y como siempre mal tratada por quien le amaba y protegía, su capacidad de lucha se vio afectada.

Con una hermana mayor que es la preferida de su madre, pero vendida por su padre, a un hombre temido por todos, conocido por ser implacable y cruel. Samira acabará casada con Alejandro Torreto, que tampoco está nada contento con esta unión.

Ahora Safira tiene que descubrir qué hacer y confirmar por sí misma si la fama de los Torreto es un hecho o sólo una leyenda...

NovelToon tiene autorización de Saori França para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

14 capítulo.

Alejandro.

Estoy en la oficina y Leo regresa.

Alejandro: ¿Y bien?

Leonardo: Tiene un poco de fiebre.

Alejandro: En serio, estaba bien hace un rato.

Me levanto.

Leonardo: Ey, puedes calmarte hermano, no es alta, ya le di la medicina, va a dormir un poco y se pondrá bien.

Alejandro: ¿Por qué esa fiebre?

Leonardo: Sinceramente no lo sé, si persiste, la llevaré al hospital y le haremos algunos exámenes.

Alejandro: De acuerdo.

Leonardo: ¿Puedes vigilarla un poco?

Alejandro: Yo cuido de ella, puedes irte.

Leonardo: Óptimo, me voy, cualquier cosa me llamas.

Alejandro: Está bien, gracias hermano.

Voy hacia él y lo abrazo.

Leonardo: Recuerda que si no la cuidas, me la llevo conmigo.

Alejandro: Ni lo pienses.

Nos despedimos y se va, estoy preocupado por ella y salgo de la oficina encontrándome con Margarita en el camino.

Alejandro: ¿Has visto a Samira?

Margarida: Sí niño, tomó su medicina y volvió a acostarse.

Alejandro: Iba a verla, es mejor dejarla descansar.

Margarida: Voy a preparar la cena.

Ella va a la cocina y yo vuelvo a la oficina para revisar algunos correos electrónicos, hasta que noto por la ventana que ya es de noche, así que salgo de la oficina, subo las escaleras y voy a la habitación de la conejita. Ella está durmiendo. Quiero ver cómo está su temperatura, pero ¿cómo hacerlo sin despertarla? Decido colocar mi mano suavemente en su frente para sentir su temperatura, está en una temperatura buena, en eso ella despierta.

Alejandro: Disculpa por tocarte conejita, solo estaba viendo si ya no tenías fiebre.

Ella hace señas de que está todo bien y me quedo pensando que se enojó porque la toqué.

Alejandro: No te enojaste ¿verdad?

Ella niega con la cabeza y yo sonrío, qué bueno que no se enojó conmigo.

Alejandro: Bueno, ya casi es hora de cenar, así que pasaré por ti en un rato ¿de acuerdo?

Ella asiente.

Alejandro: Óptimo.

Salgo de su habitación y voy a la mía. Tomo un delicioso baño y me pongo ropa. Me miro en el espejo para ver cómo estoy, ahí me doy cuenta de por qué estoy preocupado por eso, solo bajaré a cenar.

Salgo y llamo a la puerta de la habitación de Samira.

Alejandro: Vamos.

Ella abre la puerta y está hermosa con esa sudadera y el pelo suelto.

Entonces bajamos las escaleras y nos sentamos a cenar y mi padre llega con el rostro no muy agradable.

Pablo: Buenas noches hijo, ¿por qué no fuiste a la fábrica hoy?

Veo que mira a Samira. Tiene esa cara solo porque no fui a trabajar, no fui, pero trabajé desde casa.

Alejandro: Me tomé el día para estar con Samira y trabajé desde la oficina de casa, respondí algunos correos electrónicos y firmé algunos informes, cosas burocráticas.

Él no le habla a Samira, ni siquiera le dio las buenas noches. ¿Qué le pasa con ella? Está con el ceño fruncido. En eso, Margarida trae la comida y mi padre se sienta a cenar. Este ambiente es totalmente extraño. Él se queda mirando a Samira, que está nerviosa y cabizbaja. No puedo contenerme y termino hablando.

Alejandro: Papá, deja de mirarla así.

Pablo: No estoy haciendo nada.

¿Cómo que no?

Alejandro: Sí lo estás haciendo, te conozco.

Pablo: ¿Cómo pudo esta chica ponerte en mi contra tan fácilmente?

Alejandro: Eres tú quien actúa de esa manera, tengo que hablar, tú no eres así.

Pablo: ¡Ya basta!

Golpea la mesa y Samira se asusta.

Pablo: Perdí el apetito.

Se levanta, tira la servilleta sobre la mesa y se va. Miro a la conejita y está bastante asustada, incluso temblando.

Alejandro: Tranquila Conejita, solo está nervioso.

Ella asiente con la cabeza, pero veo que no está bien.

Alejandro: Bueno, creo que yo también perdí el apetito.

Ella hace señas de que subirá.

Alejandro: De acuerdo.

Entonces ella sale de la mesa y se va a su habitación, me quedo un rato más ahí. ¿Qué está pasando? ¿Cómo mi padre...? Esta venganza se le está subiendo a la cabeza, no puede seguir así. Tengo que saber qué está pasando.

Salgo de la mesa y subo las escaleras, él está en su habitación. Entro y se está bañando. Iré a mi habitación a esperar un poco para ver si se calma y así tendremos una conversación seria.

Escucho voces alteradas y un repentino silencio, entonces salgo de mi habitación y cuando llego a la de Samira ella no está y mi padre está saliendo.

Alejandro: ¿Dónde está Samira?

Pablo: Le dije que no estaba obligada a quedarse y se fue.

Alejandro: ¿Qué?

Entro en su habitación y todo está ahí. ¿Cómo se fue si no se llevó nada?

Alejandro: Papá, ¿qué hiciste con ella?

Pablo: No hice nada hijo, ella no es para ti, yo voy a buscarte a otra persona para que se case contigo.

Lo miro y salgo corriendo escaleras abajo. La puerta de la sala está abierta y no hay nadie. La puerta también está abierta. Él hizo algo.

Alejandro: ¡Samira!

No veo nada ni a nadie.

Alejandro: ¡Maldición!

Tomo mi celular y las llaves del coche.

Pablo: ¿A dónde vas?

Alejandro: Voy a buscarla, es tarde y es peligroso.

Pablo: Ella se fue hijo, fue su decisión.

Alejandro: Estoy seguro de que no.

Salgo y entro en el coche. Algo le hizo mi padre. Ella no se habría ido sin avisarme, ¿verdad?

Ella no puede haberse ido, no puede. Salgo a mirar por las calles de alrededor, están desiertas y mi corazón está oprimido. Debe estar aterrorizada en estas calles sola.

¿Dónde estará? Si camino desesperado por las calles, ¿qué rumbo seguiría?

Paso por una calle mal iluminada y veo a dos hombres que parecen estar encima de una mujer.

Alejandro: ¡Samira!

Salgo del coche desesperado. Un hombre la agarra de los brazos y el otro está encima de ella, ella llora y cuando él va a pasarle las manos por los pechos, voy a matarlo. Le doy un puñetazo que lo tira de lado y sale de encima de ella. El otro se asusta y se levanta, viene hacia mí. Los años de gimnasio y lucha van a hacer justicia ahora, voy a acabar con ellos. ¿Cómo se atreven a tocar a mi conejita?

El otro hombre viene hacia mí, lo agarro y le doy un rodillazo en las costillas. El que estaba caído se levanta.

Hombre: ¿Cómo te atreves a interrumpir nuestra diversión?

Alejandro: Ella es mi mujer y quien se va a divertir ahora soy yo.

Avanzo sobre él golpeándolo. El otro viene a atacarme por la espalda, golpeo al primero que cae y cuando el segundo viene me agacho haciéndole una zancadilla que lo tira al suelo dejándolo inconsciente. El otro se levanta y sale corriendo.

Alejandro: Cobarde.

Miro y veo a Samira en el suelo, está en shock.

Me acerco a ella.

Alejandro: Conejita, soy yo.

Ella se levanta y se lanza a mis brazos llorando y respirando con dificultad, la abrazo fuerte y la sujeto contra mi pecho.

Alejandro: Tranquila, estoy aquí, todo está bien, soy yo, Alejandro, no dejaré que te pase nada, estoy aquí.

Siento que está muy temblorosa y no para de llorar, aferrada a mí con fuerza.

Alejandro: Ven, te voy a coger en brazos.

Ella no hace ningún gesto, solo llora, la tomo en brazos mirando al tipo que quedó inconsciente, todavía está respirando, eso significa que no ha muerto.

Salgo de allí con ella en dirección al coche.

La coloco en el asiento del copiloto y entro en el del conductor.

Alejandro: Ey, tranquila, estoy aquí.

Le beso la frente.

Alejandro: Vamos a casa.

Ahí es cuando ella llora más y niega con la cabeza diciendo que no.

Le acaricio la cara.

Alejandro: Está bien entonces, sé a dónde vamos.

1
Silvia Jaime
para cuando más capítulos, se pierde el hilo de la historia.
Anonymous
Muy buena
Anonymous
Qué hermosa esta novela sigue que vas bien continúa escribiendo es tan brillante que Dios te bendiga
Silvia Jaime
fotos ilustrativas de los personajes 💫💞
Yelbama Acosta
Excelente
Rosario JS
que bien Alejando es bueno con ella ojalá le. pase algo malo a la samira y a su madre por malas
Ofelia Paloma Rodriguez
Excelente
Ofelia Paloma Rodriguez
Bueno
Lourdes Gómez Sánchez
porque cambian de idioma..no entiendo nada.. español porfavor 🙏
Fannny Castro
Suban más capítulos por favor plissssss
Grecia Rebeca Ruiz
está buena la historia pero está en portugués
Gladys Aguilera
por favor yo no leo portugués, publicá en español
Veronica De cuadra
espero able con el le proteja eso locos
Anonymous
Cómo del español pasa al portugués?
Nora González: Que pasó aquí, medie capitulo en portugués, me quedé esperando la traducción. Me pregunto.: el escritor no revisa antes de enviar el material?
total 1 replies
Gloria Briseño
Bueno
Patricia Vilchis
hola podrás checar que todo este escrito en español. porfavor.
está muy interesante la novela...
Aurora Rico
Por favor no tarde en actualizar, tengo varias novelas inconclusas y leer a cuenta gotas es fastidioso, sobre todo si es interesante. Gracias por su atención
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