El Imperio

Massim

Doy mil vueltas en mi automóvil, mi cabeza vuela a todas partes, empiezo a observar a mi alrededor y puedo ver qué ni siquiera me he tomado la molestia de salir de su barrio, detengo el auto por instante, necesito respirar y pensar, generalmente no soy así.

Tengo tantas cosas en mi cabeza, todavía recuerdo la primera vez que la vi, me gustó tanto que no pude evitar sentirme como un chiquillo, empecé a ir a la oficina de mi padre hasta que poco a poco me fui dando cuenta de la confianza que había entre ellos, estaban demasiado tiempo a solas encerrados en su oficina.

Veía entrar y salir a mi madre, las constantes discusiones entre ellos, el llanto de mi madre en las noches y las horas de ausencia de mi padre, eso sumado a la afirmación de Laura.

Necesito hablar con ella, aclarar las cosas, tampoco me parece que lo que le hice sea correcto, la humille como mujer y no lo merece, rápidamente me doy vuelta, estoy cerca de su casa.

Llegó y al parecer no está, después de llamar a su puerta varias veces y esperar un poco decido irme, mañana será un día nuevo y ya en mi oficina lo voy a solucionar, empiezo a conducir y al pasar por un parque veo una escena que me llama la atención, una chica se abraza dulcemente de un chico, empiezo a ir más despacio porque me parece algo conocida, depronto la sangre empieza a subir a mi cabeza y la ira me invade nuevamente. — ¡Es ella!—

Sin pensarlo dos veces bajo rápidamente y voy a ellos, mientras más me acercó más crece mi ira, puedo ver que la abraza y luego toca su cuello con sus dedos, al llegar la tomo fuertemente por el brazo y los separó, ella me mira con sus ojos llorosos pero muy sorprendida.

— ¿Como me vas a explicar esto?— ¿Que vas a inventar ahora? —

—¡Suéltame! — ¿Que te pasa?—

— ¿Que pasa por tu cabeza, acabo de salir de tu casa y ya tienes consuelo tan rápido? — Mis palabras salen cómo filosos cuchillos y ella vuelve a llorar, el hombre con quién está trata de decir algo pero no se lo permito la llevo a rastras hasta mi automóvil en un segundo; la empujó fuertemente sobre el asiento de el copiloto y pongo el seguro.

No puedo calmarme por más que lo intento, voy rápidamente al lado de el conductor, empiezo la marcha y ella solo sigue con su llanto.

— ¿A donde vamos?—¡Quiero ir a mi casa!—

— No me importa lo que tú quieras.—

— Me voy a bajar, no quiero estar un segundo más contigo.—

— Cállate, voy a llevarte a tu casa y esto lo vamos a arreglar mañana en la oficina;por ahora no tienes permitido salir menos verte con mas hombres— ¿Me entiendes?—

— No soy de tu propiedad y hago lo que quiero es mi vida, nadie te dio derecho sobre ella.— La llevo a su casa, aparcó mi automóvil y entro con ella.

— Quiero que te vallas de mi casa en este instante.—

— No voy a ir a ningún lado, por ahora.— La traigo a mi bruscamente y la vuelvo a besar, ella se resiste como una pequeña fiera pero mi ventaja es mucha, después de algunos minutos deja de luchar, la conduzco rápidamente a su habitación y empiezo nuevamente a hacerla mía, su cuerpo no me pone mucha resistencia, responde muy bien a mi pero me sorprende mucho, lo que me dice después de acabar.

— Ya tienes lo que viniste a buscar, vístete y lárgate no quiero volverte a ver en mi vida.—

—Muy bien me voy, pero sabes la condición mañana nos vemos en la oficina.— Ella no me dice nada y yo salgo más confundido aún de lo que estaba.

Llegamos a mi casa y voy directo a mi habitación, puedo ver qué Maximiliano y Bianca tiene toda una fiesta montada pero no me interesa realmente estoy cansado y necesito dormir.

Alessia

Me siento tan sucia que voy directo a el baño, me dejó caer en la ducha durante no se cuánto tiempo, mis lágrimas no se detienen y ahora para completar tengo un horrible dolor de cabeza, salgo me pongo algo comodo y me preparo un chocolate caliente con algunos malvaviscos, necesito algo que me suba el ánimo y me ayude a pensar.

Después de mucho meditar, estoy en medio de la sala sacando cuentas, necesito saber cuánto alcanzan mis ahorros, ni de broma voy a seguir en esa compañía, no quiero ni verlo, afortunadamente mis ahorros son generosos y me alcanzan para vivir cómodamente durante al menos un año, no creo que me tarde tanto para conseguir un trabajo estoy segura que el señor Rossi me dará una buena recomendación, además estos ahorros los necesito para comprar mi apartamento propio.

Mi teléfono empieza a vibrar no quiero hablar con nadie solo necesito descansar y hacer de cuenta que esto es una pesadilla

Maximiliano

Por fin mis padres de viaje quiero relajarme un poco llamo a algunos de mis amigos, necesito una buena fiesta porque después de hoy las cosas van a cambiar.

En cuestión de minutos llegan Donato y Enzo, empezamos a beber y el ambiente se hace un poco aburrido, así que decido llamar a Bianca tal vez tenga algo de suerte y traiga algunas de sus bellas amigas.

— ¿Ciao Bella Dove seis?—

— Ciao fratello, sono a casa di un amico.—

— Estoy con Enzo y Donato en casa— ¿Quieres venir?—Se que le gusta Donato y así se va a animar a venir tal vez traer algunas de sus amigas.

—Está bien en un rato vamos para allá.—

— Te espero.—No tardan mucho en llegar, como siempre viene acompañada de algunas bellezas la verdad no es que disfruto mucho las fiestas pero si de la compañía temporal de una bella signora.

Empiezan a reír, Bianca coquetea abiertamente con Donato, aún que estoy seguro que no es del agrado de mi madre pero si ella no está yo no voy a interferir, además fui yo quien le pidió que viniera.

Antonela me gusta es una mujer de grandes piernas y una piel canela, sus ojos verdosos hacen juego con su piel y su cabello negro largo la hacen ver demasiado bien, estoy por convencerla en ir a mi habitación hasta que escucho a Bianca.

—;Por que no vamos a el club de moda, B38 creo que así se llama.— Y lo increíble es que Enzo la sigue en esta locura.

— Pero ese club es propiedad de mi primo y se que es genial.—

— Muy bien pues vamos.—Dice Antonela, levantándose y guiñando un ojo, no lo puedo creer lo vas a pagar caro Bianca.