Una dama multimillonaria odiada por muchos y amada por pocos, envidiada por su poder y dinero así como su belleza, debería vivir muy feliz en la vida ¿No?
Al contrario de lo esperado, Shue Leilei es perseguida por muchos enemigos, con tantos accidentes que solo la apuntaban, tuvo que considerar la orden de su padre.
-¡No quiero un guardaespaldas! o mejor lo pensaré ¡Quiero al más feo, sí ese!
Resulta que el guardaespaldas más feo, tenía los ojos más hermosos que jamás haya visto.
Con una maestra loca y algo psicópata, el pobre guardaespaldas se vio obligado a cumplir todos sus caprichos, pero él, un hombre de corazón oscuro y sentimientos muertos ¿Cómo logró conquistar a la loca Presiente?
¿Qué tiene de especial?
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Alguien conocido.
A Shue Leilei no le importó si él escuchaba o no, solo quería hablar algunas cosas de su pasado para sentir un poco más cercana su relación y aliviar el ambiente.
-Los siete restantes fueron enviados al extranjero por sus padres para recibir tratamiento, y yo... bueno, soy lo que soy ahora ¡No me afectó en lo más mínimo!- Dijo con un tono orgulloso y feliz la joven.
Feng Lanxi la miró a través del retrovisor, ella se veía tan tranquila y perezosa como siempre, pero ¿Por qué escuchó algo de dolor en su voz cuando hablo de sí misma?
Claramente, le afecto de alguna manera, pero... esto no era algo de su incumbencia.
La conversación se detuvo allí y el ambiente se volvió silencioso hasta llegar a la Mansión. Al bajar con ayuda de Feng Lanxi, una gran sonrisa apareció en el rostro de Shue Leilei, sus pequeñas manos envolvieron el brazo de Feng Lanxi antes de adentrarse con él a la Mansión.
La música suave sonaba de fondo, seguida por la voz desdeñosa de una mujer.
-¿Enserió esta niña consiguió un guardaespaldas? ¡Qué extravagancia! Claramente, esto es un desperdicio de dinero ¿Acaso no sabe que sus tías necesitan efectivo para mantener su belleza?- Una mujer de mediana edad fue la que habló, su cuerpo gordo temblaba cada vez que hablaba con su voz chillona.
Wen Tao la miró con enojo y rápidamente replicó -¿Quién te crees que eres? ¡Tú no tienes derecho a criticarla, no eres más que un familiar mantenido por la familia secundaria! ¿Cuándo te has preocupado por ella? Ni siquiera le envías un solo texto cuando está en el extranjero.- Realmente odiaba que su hermana menor criticara a su hija.
Wen Shi se puso de pie y señaló a su hermana mayor con su dedo gordo, estaba tan enojada que su rostro se puso rojo -¡Por eso ella es así, tú eres igual de odiosa que ella! Sigo siendo su tía, es normal que se preocupe por lo que nosotros pensamos ¡Somos sus mayores!- Exclamó con enojo.
Wen Tao también se exaltó y dio una fuerte palmada sobre la mesa, diciendo con un rostro sombrío -¡Mira quien habla, abriste tu gran boca para decir algo desagradable! ¿Qué, crees qué tu hija es un tipo de santa que no rompe ni un plato?
Wen Shi tembló cuando escuchó como insultaban a su angelical hija, ella extendió la mano, tratando de agarrar la mano de su hermana mayor, sin embargo, Shue Litong la detuvo con una expresión oscura.
-Los invitamos a esta reunión familiar porque Lei'er regreso hace dos meses del extranjero y no hemos podido reunirnos desde entonces. Si vinieron solo para decir cosas desagradables sobre ella, es mejor que regresen.- Sus ojos azules cayeron sobre su cuñada menor con desagrado.
Una sonrisa burlona apareció en los labios de Shue Litong cuando continuó -Les recuerdo que todos ustedes viven felices y cómodamente gracias a Lei'er, la persona que paga todo lo que ustedes poseen es ella ¡Deberían ser agradecidos y no morder la mano que les da de comer!
Esta vez, Wen Shi ya no se atrevió a decir nada más, su hija también la apartó rápidamente, temerosa de que su segundo tío se enojara.
Incluso su esposo le lanzó una mirada de enojo, luego se volvió hacia Shue Litong, su segundo hermano -No le hagas caso a tu cuñada, su temperamento se ha vuelto malo desde que Zina se fue al extranjero.- Le dijo en voz baja y tranquila, usando un tono bastante educado con su hermano.
-Es suficiente, Leilei acaba de regresar.- Una voz fría sonó, haciendo callar a todos.
Este era el hermano mayor Shue, Shue Nanye, Comandante de primer nivel en el Ejército Nacional.
El hombre había estado sentado en silencio junto a su hija y no se había entrometido en sus discusiones hasta ahora. Como siempre, actuaba como mediador y sus dos hermanos lo escuchaban.
Shue Nanye mantuvo los ojos cerrados todo el tiempo, no fue hasta que Shue Leilei y Feng Lanxi ingresaron en la sala que finalmente los abrió, su mirada cayó directamente sobre Feng Lanxi, sintiendo una sensación de familiaridad con esta persona.
Sin embargo, el rostro del hombre estaba cubierto con una máscara de rostro completo por lo que no pudo reconocerlo.
Su hija, Shue Lixu'er, quién estaba sentada a su lado, también miró al nuevo guardaespaldas de su prima, pero cuando sus ojos se encontraron directamente con esos ojos escalofriantes, no pudo evitar encogerse de miedo.
Por alguna razón, esos ojos la aterraban, un rostro familiar apareció de repente en su mente y sus ojos se abrieron con terror, inconscientemente se escondió detrás de su padre.
El aura de este hombre era demasiado aterradora, incluso más fuerte que la de su padre.
Feng Lanxi se mantuvo sin cambios ante las miradas escudriñadoras de los presentes, él bajo ligeramente la cabeza, quitando sus ojos de Shue Nanye y su hija, un brillo de crueldad pasó por sus ojos antes de desaparecer sin dejar rastro.
El odio que estaba profundamente enterrado en su corazón durante estos dos años brotó lentamente como enredaderas que se envolvieron peligrosamente alrededor de su corazón.
Odiaba a este tipo hasta los huesos, lo odiaba hasta la muerta ¡Por su culpa, casi todos sus compañeros de años murieron, simplemente porque este desgraciado así lo quería!
Shue Leilei sintió el sutil cambio alrededor de Feng Lanxi y no pudo evitar sorprenderse, al levantar la cabeza, se encontró con los ojos negros de Feng Lanxi, un escalofrío inexplicable recorrió todo su cuerpo de repente.
Cierto, su Tío Nanye estaba a cargo de ese Escuadrón...
-Shue Nanye, si sigues mirando de esa forma a mi guardaespaldas, voy a pensar que tienes prejuicios contra él.- Ella le dijo a su tío con una leve sonrisa perezosa en los labios, soltando su agarre del brazo de Feng Lanxi.
Todos los presentes miraron a Shue Leilei con emoción, solo Shue Litong y Wen Tao miraron con seriedad a su hija.