En esta novela #Creativa y Fresca , Mar conoció a su Rumi por unos días y creyó realmente que era Gay. Carlo, un empresario exitoso, quedó tan prendado de ella, que decidió no sacarla del error para mantenerla a su lado. Pero este inicio falso tornará caótica su relación.
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Capítulo 13. El primer encuentro
Caos y Pasión 13
Capítulo : El primer encuentro.
Elsa ISASA
– Estoy tan agotado que dormiría parado. Dos noches en la UTI, de guardia, destruyen a cualquiera. ¿Tu tienes turno Mar?-- dijo el Dr Daniel Ruiz sacándose cofia y guantes.
– No Dani. Hoy le toca a Mariusa. Ya está preparada para ingresar. Supongo que tú esposa te espera impaciente. Un buen baño y comida caliente …
– Tomemos el último café antes de salir. Te llevaré a tu casa. Mi auto está en la cochera del fondo. Dime.¿ Cómo un tipo se puede tragar una cucharita de café?-
– inquirió tirando sus guantes de goma en un contenedor hospitalar.
–¿De plástico o de acero? Debió ser un trabajo arduo. ¿Y cómo lo solucionaste?
– Operación. Estaba en el estómago aún.. por favor. Dos cafés…
Se sentaron en los taburetes del pequeño bar del hospital y la máquina de café se puso en marcha
– He sacado tantos objetos de lugares imposibles que si te cuento tu café te sabría asqueroso. Hay demasiados locos sueltos- respondió Mar tomando un primer sorbo del líquido.
– Me imagino. No me has contado como te fue con Dartes. ¿Debió ser emocionante verdad?--
– No tanto. Por lo menos en lo personal. Profesionalmente es un artista. Aprendí bastante sin embargo. - contestó cansada Mar.
Había pasado un día agotador y estaba pronta para ir a su casa, darse un buen baño y tirarse a la cama. Recordó en ese momento que ya no tenía recámara. – dime Dany. Conoces un departamento que yo pueda pagar. Eso es, con un dormitorio y un baño. -
– Qué pasó querida. ¿Te echaron de tu casa?-
– Peor. Mi hermana invadió mi cuarto. Situaciones familiares difíciles. - dijo terminando ya su tasa.
– Bien. Investigare por ti. Vámonos - respondió el Dr Ruiz terminando el cafecito.
Apenas se levantaban de sus asientos llegó una enfermera joven.
– Doctora Mar. La buscan - dijo sonriendo ampliamente. –
– No atiendo más. Avísale a la doctora Blanca. Está en su consultorio.
– No es un paciente. Dice que es su novio. - respondió - es el hombre más lindo del mundo y con un cochazo fuera. – dijo agitada.
– ¿Mi novio? Eh ... .claro…sabía que aparecería…Ven Dani. Me ayudarás.
– ¿Yo? Que debo hacer…
– Solo mirar y escuchar- dijo Mar molesta.
En ese momento lo vió caminar hacia ella por el pasillo.
Alto, elegante y bello más aún de lo que Mar recordaba y con una sonrisa dulce en ese rostro perfecto. Tenía en su mano un bouquet de flores exquisitas y su voz potente y cálida a la vez hizo temblar a la joven enfermera.
La cara de Mar estaba impasible y no se desprendía del brazo del doctor Ruiz.
– Mar. Gracias a Dios te he encontrado mi vida. Recorrí cada manzana de San Patricio y no pude localizar tu casa. - dijo él extendiendo hacia ella las flores.
– Oh. ¿Eres tú? Y dime. ¿Quién eres hoy Carlo? Mi amigo gay ex novio de Robert o el mentiroso mujeriego heredero de los Brasco?- respondió sería. La joven enfermera estaba atenta a la conversación arreglando su cabello y moviéndose de un lado a otro como dispuesta a tenderse a los pies de Carlo.
– Mar. Ya te lo explicaré mi amor – respondió él con sus ojos preciosos dirigidos a ella -Verás….
– Lo siento. No tengo tiempo – dijo impasible- mi novio Dani Ruiz y yo debemos salir de inmediato -
Los anteojos del Dr Ruiz temblaron en su cara. Si su mujer se enteraba de esa mentira la pasaría mal realmente.
– Mar querida. Sé que mientes. Escucha por favor. Tengo necesidad de explicarme. -
– Espérame un minuto entonces - dijo tirando del brazo de Dani hacia el interior del hospital.
– ¿Qué fue eso Mar? Si mi mujer se entera me mata. -
– No después que le regales este bouquet de flores. Vamos a tu carro y llévame a mi casa. -
– ¿Y tu novio?-
– No es mi novio. Esperará un rato y luego se irá. ¡Desvergonzado! ¡Mentiroso! ¡Vil!- dijo mascullando mientras entraban en el coche del dr Ruiz que salió rápido del hospital.
La noche caía en Almira. El cielo lleno de estrellas brillantes competían con las luces un poco apagadas del barrio donde estaba el hospital.
– Cuéntame. ¿Cómo lo has conocido?¿ Y qué te ha hecho para ser tratado de esa manera?-- dijo Daniel.
– Me ha mentido. Se ha burlado de mí. Es de lo peor. - dijo Mar. Te contaré Dani y dime si no tengo razón de estar furiosa.
La charla entre los dos amigos siguió hasta que Ruiz después de dar varias vueltas en manzanas idénticas del Barrio de Mar frenó frente a un chalecito pequeño de una cuadra.
– Creo que lo debes pensar amiga. Detrás de ese enojo hay sentimientos profundos escondidos. Nunca te ví actuar así frente a nadie.- dijo al despedirse.
– Quizás tengas razón Dani. Pero lucharé contra ese sentimiento de apego. No seré una conquista más en la vida de ese ricachón estúpido. - respondió Mar- Gracias por traerme. Besos a tu familia.
Entró a su hogar con cierta tristeza en el rostro. Sabía que él volvería al hospital. Y un día tendría que hablar con él.
Pero su temor interno a la manipulación de los narcisistas mentirosos seguía viva después de su primer amor Bruno.
Quizás debía empezar terapia. Alguna vez lo haría. Amaba a los niños y algún día debería buscar pareja y casarse. Un médico humilde y dedicado como ella. No un adonis heredero de un imperio y mujeriego.
Un doctor- si. Así la relación sería sencilla y comprensiva. La pasión y el amor no eran para ella. Siempre a la postre traen dolor.
Su madre le servía la cena al profesor jefe del hogar. Y el comia displicente prendido de su celular.
– Por fin te veo papá. ¿Cómo estás?¿Mamá te sirve bien? ¿Estás cómodo en este hogar?- dijo irónica.
– Eso me preguntó yo. ¿Qué haces aún en esta casa? ¿No tienes edad ya para formar una familia señorita perfección? - respondió su padre.
– Oh. No te preocupes papito. Ya me marcharé quizás mañana. Veremos cómo te apañas para pagar todos los gastos solito- respondió - y tener el celular en la mano es mala educación señor profesor - respondió quitándole de golpe el celular a su padre y tirándolo en un fregadero lleno de agua.
Luego se marchó a su recámara sin escuchar los gritos de sus progenitores.
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