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Otra Manera De Ser Un Ángel

Otra Manera De Ser Un Ángel

Status: En proceso
Genre:Romance
Popularitas:1.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Anaeli Rios

Ángel de la Luna, es la mujer más hermosa que he visto en mi vida; es una niña de alta sociedad y yo solo soy su escolta personal.

NovelToon tiene autorización de Anaeli Rios para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

HUELLAS Y HERIDAS

A pesar de todas las dificultades que suscitaron durante la clase, está se convirtió en todo un éxito, dando paso a una nueva percepción de los estudiantes con respecto al chico becado. Inclusive, empezó a recibir propuestas de enseñanza remuneradas de muchos alumnos de su facultad.

Sentado en el sauce, ahora su lugar favorito, distraído, Emiliano esperaba a su amigo; pensaba en ella, en oportunidades anteriores, escucho de sus compañeros hablar sobre lo infame y cruel que era Isabel Alameda, sin embargo, en la tarde del día anterior, al menos ante sus ojos, se veía maravillosa.

- Hola Emiliano, saluda Alejandro acercándose a su amigo.

-¡Guau!, te ves estupendo Alejo, ¿te fue bien en tu primera clase?

-Hubo ciertos inconvenientes, pero todo salió mejor de lo esperado. Cuéntame que noticia me traes.

-Alejo, como sabes, cada año la universidad concede seis becas a estudiantes excepcionales, no obstante de esas seis personas, solo quedamos tres.

-¿Cómo es que tantos han renunciado sin todavía terminar el primer semestre?, el acoso debe ser horrible, igual o peor al que sufrimos nosotros, ¿Sabes quien es el estudiante que queda?

-Es una chica y estudia medicina, en la tarde la buscaré, tal vez necesite apoyo para lidiar con esta situación.

-¿Cómo es que siempre sabes quienes son los estudiantes becados?

-Le ayudo a la profesora que atiende la biblioteca, también maneja los archivos, le he pedido el favor a ella. Si llegó a enterarme de algo más, te lo notificaré.

No quedaba ningún estudiante en el auditorio, a petición de Alberto, Luna esperaba sentada, no tenía miedo, era un lugar público, varios docentes y estudiantes entraban y salían de sus aulas a esa hora del día; se acercó, retiró sus anteojos, se agachó un poco para quedar al mismo nivel que ella, "tengo un profundo deseo de poseerla, paso los días y noches pensando en usted, estoy rayando la locura, obsesionado con su belleza", ¿dígame que tengo que hacer para que complazca mis ansias?

-Lo siento mucho profesor, no puedo aceptar sus peticiones, por su bien y por el mío, lo mejor es mantener una relación únicamente educativa.

Atónita veía como Alejandro se acercaba a ella, no había palabras para describir la conmoción de la que era partícipe, disfruto cada segundo de sus movimientos, sus gestos, su voz, todo en él era atrayente.

-Ángel, nos vamos, he venido por usted

Desde cuándo ese nombre podía causarle estremecimiento, sonaba casi como una poesía, cautivante como la melodía del piano, tal vez no era su nombre, sino la forma en la que él lo pronunciaba; ignorando por completo al profesor Alberto, se levantó con inmediatez de su asiento, su semblante circunspecto se volvía radiante y jubiloso.

- Debo irme ahora

- No hemos terminado de hablar

- Esta conversa ya finalizó.

Quién los hubiese visto caminando por los vastos corredores de aquella academia, no alcanzarían a imaginar que tenían un contrato laboral, como si de dos amigos se tratase, envueltos en sonrisas y miradas, disfrutaban el momento. Luna expuso las razones de su encuentro con Alberto, habló sobre la propuesta recibida, aunque Alejandro escuchaba con atención y seriedad, su sangre le hervía por el enojo. ¡Ese sujeto es peligroso por favor manténgase alejada de él!

- Luna Necesito hablar contigo, interrumpió katarina, que con un tono imperante le daba indicaciones a Alejandro para que se marchara.

-Tendrá que disculparme, pero yo no trabajo para usted señorita, no tengo por qué obedecerle.

Dulcemente Luna le solicitaba a Alejandro que las dejara solas, ¡Alejo después te llamo!

- Ahora sí me vas a contar ¿qué clase de trabajo realiza ese chico?

-Es mi escolta dentro de la universidad

-Pero... ¿Por qué?, ya tienes varios escoltas

-Es una larga historia, después te lo contaré

-Luna, el sábado se realizará un evento en el salón de Las Lajas, voy a ir con Marcos y me gustaría que acompañara a Daniel, te recuerdo que no puedes llevar a "tu nuevo escolta"

- Haré lo que yo quiera, sonreía maliciosamente.

-Luna compórtate, enojada Katarina le llamaba la atención.

En una clase al aire libre, Emiliano apuntando algunas notas en su cuaderno, la veía pasar; su cabello recogido en una alta coleta, sus labios sensuales que humedecía con su lengua, ese delineado felino que le daba a sus ojos un toque de misterio, coqueta como ninguna, atrevida y sofisticada, con una esencia de chica mala que le hacía irresistible, era sin duda, una de las mujeres más espléndidas que había visto.

Se escuchaba a lo lejos, el andar de sus zapatos de tacón, se detuvo por un momento para fijarse en el chico que tomaba nota, esos coquetos ojos le hacían un guiño, mientras mordía sus labios maquillados de carmín, continúa con su pasarela, sin percatarse del enredijo de emociones que dejaba a su paso.

Por la impresión de la escena sumada a la vergüenza que sentía, dejó caer el cuaderno, las palpitaciones aumentaban y le sudaban las manos, trató de incorporarse nuevamente a las actividades, pero sus pensamientos no lo dejaban.

Atendía al parloteo que se originaba a su lado, las chicas opinaban sobre "la emperadora", una bruja intimidante que despreciaba sin justificación alguna a todos los seres humanos. Varios pretendientes de buenas familias habían pedido su mano, pero para ella, simplemente no existía nadie que la mereciera. Era responsable de innumerables expulsiones de estudiantes antes de ingresar a la universidad y aún dentro del plantel, se decía que dos de las chicas, abandonaron su vida universitaria gracias a la "emperadora". En un juego de ajedrez, ella era la reina y todas las demás fichas podían usarse y sacrificarse, al igual que las personas.

Las palabras de aquellas chicas resonaban en su cabeza, ¿podría ser cierto que Isabel, era ese espantoso personaje de cuentos de terror, escondido tras una máscara de venus?

Subió las escaleras, como de costumbre, los nervios se presentaban, recordó la imagen que le compartió la profesora de la biblioteca. Era tarde, probablemente muchos estudiantes se hubiesen marchado ya, estaba dispuesto a regresar, cuando por el rabillo del ojo visibilizo a la persona que estaba buscando, sentada en el extremo del corredor.

Se aproximaba con prudencia, pareciese un déjà vu de aquel primer encuentro con Alejandro, una historia repetida que en verdad nunca ha ocurrido.

-¿Eres Emma Cárdenas, una estudiante becada?

Se asomaba un rostro demacrado, un semblante de tristeza innegable, apesadumbrado, como si en ese momento existir, fuera el mayor de los suplicios.

Con sus ojos vidriosos, intentando elevar la cabeza para evitar que alguna lágrima rodara por su cara, expreso: ¡No más por favor! ¡Quiero que todos me dejen en paz!

-Lo siento, no fue mi intención molestarte, también soy un estudiante becado, lo último que pretendo es lastimarte. Acuclillándose para estar más cerca de ella, prosiguió con su discurso, "Imagino que has tenido que soportar mucho dolor, sola en estas paredes de cemento, inmunes a nuestros miedos y angustias.

Palabras amables se esparcían, alivianaban un poco su afligido corazón, ese aspecto genuino entre melancolía y timidez, le brindaba una cálida sonrisa, ¿cuánto tiempo llevaba esperando encontrar un alma bondadosa?, un llanto interminable brotaba, la represión de esas lágrimas ya no era posible, se aferró con fuerza, abrazando al dulce chico, su tez se escondía en su pecho, dejando a su paso gimoteos y dolencias.

Dejo que ella se pudiera desahogar de sus sentimientos, se vio reflejado en su dolor, no es fácil subsistir en un mundo cruel como ese, obtendría todo el coraje que le hiciera falta para ella y para él.

Reincorporándose de su lamentable estado, pedía disculpas por su actuar tan inapropiado, el amable semblante de él, la reconfortaba, la resolución que estaba casi desapareciendo, regresaba en una muy delgada línea de esperanza.

-Me llamo Emiliano.

- Mi nombre es Emma, su apariencia afligida, se extinguía lentamente, para dar paso a un matiz de gratitud.

Con delicadeza como si fuese una muñeca de cristal, la sostuvo por las manos, amparando sus pasos, para que no se rompiera, la levantó para salir de ese corredor. Escucharía sus más íntimas dolencias de camino a la salida de la inhóspita areá, si así lo desease. Un pequeño infierno se construía día tras día en aquellos salones... Con la atención puesta en ella, a sus frases cargadas de dolor, explicaba las injusticias que toleraba, las agresiones verbales, degradantes, que no alcanzaban a satisfacer a los otros, ahora también se incluían lesiones físicas, daños a sus enseres y aislamiento.

Esos ojos grises que la veían con detenimiento, dándole consuelo, la animaban a seguir avanzando, quería contarle algo más, el más terrible de los sucesos ocurridos en ese plantel, no se atrevió a develar el secreto repulsivo que calcinaba su piel y su alma.

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ˢⁱᵐᵖ 2ᴅ
😍 Cada capítulo me deja con ganas de más, eres increíble.
Anaeli Rios: Gracias por tus palabras, las apreció mucho
total 1 replies
Thảo nguyên đỏ
Interesante historia
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