-Por amor, un hombre es capaz de entregarlo todo, ríen, lloran y confían ciegamente su corazón a la mujer que tanto aman, pero, cuando ese amor es traicionado, son capaces de convertirse en demonios, de despertar el lado oscuro que llevan dentro. Se convierten en un ser sin piedad.
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¿tanto miedo le tienes a Gael?
-Esa noche, Carme estaba detras de Natascha y peinaba con delicadeza el cabello de la joven, y mientras tanto intentaba persuadir para que bajara a cenar. -"señorita" deberías bajar a comer, no está bien que pases hambre. -Dijo la empleada preocupada.- Y es que ella es quien la cuida y se ha encariñado con la joven.
-¡No lo haré hasta que Lisandro venga, después de hablar con él decidiré si bajo o no! Al negarse, Natascha parecía estarse viendo al espejo. tenía los ojos fijos en el, sin embargo, la mirada era vacía. Y de lo único que estaba segura es que si Lisandro no le cumple, comenzará una huelga de hambre hasta que le cumpla.
En ese momento, el hombre empujó la puerta y entró con todo confianza. ¡Carmen sal de inmediato! -Le ordenó a la empleada señalando la puerta. Sabía que se había retrasado y tenía a una buena razón que lo justificaba. Ahora que Gael anda rondando debe mantener contenta a la chica y esa noche accedió a la petición de la joven.
En cuanto quedaron solos en Lisandro se sentó junto a Natascha y reprodujo un audio en donde se escuchaba la voz de Fernando. -¡Hija, mi querida Natascha, soy papá y estoy muy bien, pronto estaremos juntos te lo prometo! -En el audio se escucha que el hombre hizo una pausa y luego continuó diciendo. -¡Para que eso suceda tienes que hacerle caso a Lisandro, él es bueno y te salvará del mal!
-Natascha escuchó el audio con lágrimas en los ojos, tenía tiempo sin saber nada de su padre y fue muy reconfortante escucharlo con vida.
-¡Lisandro muchas gracias, hoy puedo dormir tranquila!
-Agradeció de corazón- Sin embargo, ella no era tonta y se percató de algo más. ¡Lisandro, contéstame algo ¿tanto miedo le tienes a Gael?
Al escucharla, el joven sonrio con malicia y contestó de igual manera.
¡Sí, ya te lo había dicho, Gael es un monstruo, tanto por dentro como por fuera, tu padre también te lo acaba de decir! Lisandro quiere alejarla de Gael a toda costa y utilizará todos los medios posibles para hacerlo.
En ese momento, resonaron en la mente de la joven, las frías y crueles palabras que había escuchado de Gael. -"Eres una inútil", una mujer así no sirve para nada. Nadie querrá ser el esposo de una mujer tan inútil. Y muchas cosas más le había dicho Gael durante el tiempo que estuvieron bajo el mismo techo.
¡Natascha escucha muy bien, de los dos, yo soy el más tranquilo, "me conoces", ahora nada más imagínate cómo es él! El hombre sujeto la mano de Natascha y la acarició mientras regaba más veneno. -Es cierto, a veces te amenazo, pero lo hago por amor, "nunca te lastimaría de verdad."
-Pero Gael no tiene ningún sentimiento hacia ti.
-El hombre parecía hablar con sinceridad, él se había puesto de cuclillas frente a ella y le acariciaba la mano sutilmente.
¡Quiero que entiendas que mi miedo es por ti! -Gael buscará la manera de destruirme, ya viste me quito la empresa y estoy seguro de que también quiere alejarme de ti.
Para parecer mas convincente, él se atrevió a reposar la cabeza en las piernas de Natascha, así podía parecer una víctima que nesecita consuelo.
-En ese momento la joven le acarició el cabello y añadió. ¡Sabes que no siento amor por ti, pero te aprecio! A veces haces cosas buenas por mí y eso te lo agradezco mucho.
Esa respuesta deja ver que Lisandro siempre juega con la mente de la joven y así logra manejarla a su antojo.
Esa noche, Lisandro parecía más ser un hombre sencible, después de esa conversación se puso de pie y condujo a Natascha hasta el comedor.
-Lejos de la mansión, Gael no quiso probar bocado, era tanto el dolor que sintió ese día, que en cuanto llego al departamento, se tomó el medicamento y se fue a la cama sin cenar.
Pero Germán no podía dejarlo así, por ende, le llevó un té y unos bocadillos.
-¡Con su permiso! -Dijo al entrar a la habitación de Gael- la luz era tenue, pero el hombre notó que Gael sudaba demasiado.
-¡Otra vez vive esa pesadilla! -Se dijo mientras colocaba la bandeja a un lado y tocó el hombro de su jefe.
-A Gael no le molestaba que Germán se preocupara tanto, pues era como un tío para él, Germán es la única persona que siente que en verdad lo cuida y lo apoya.
¡Joven Gael! -Dijo al tocarlo- Benson tenía el sueño tan liviano que con tan solo el roce se despertó exaltado. -Germán te he dicho, que me hables primero, te puedo lastimar.
-Contestó al detener su puño cerca del rostro del hombre.-
¡Lo olvidé, es que me preocupe, creo que estaba teniendo otra pesadilla!
-Gael no le contestó nada y tampoco le dijo que ahora en sus pesadillas lo atormentaba el rostro triunfante de su hermano.
¿Eso es té? -Preguntó, Gael intentando dejar el tema atrás-
-Le puse un poco de canela para que lo relaje, también le traje bocadillos, para que no duerma con el estómago vacío.
Germán le pasó la bandeja y se marchó dejando a Gael sólo. Pues al joven no le gustaba que lo vieran con su verdadera apariencia.
Tras llevarse la taza a los labios, Gael analizó su pesadilla. Vivo la explosión una y mil veces, y ahora cada vez que veo el fuego acercarse a también veo el rostro de Lisandro.
Gael, Intentó seguir analizando la pesadilla y no llegó a nada. Luego de terminar el té, se dirigió al baño a cepillar sus dientes. La luz aún continuaba tenue y al pasar junto a un espejo, vio su reflejo por fracciones de segundos. Rápidamente retrocedió y se paró frente al espejo y sonrió. No había sonreído en meses, sin embargo, su sonrisa no fue precisamente de alegría, fue más como una sonrisa algo turbia.
Se le cruzó una idea por la cabeza y pronto la pondrá en marcha.