Soy Emilia Jones, llevo dos años de matrimonio con Antonio Del Castillo, hoy se cumple nuestro acuerdo de matrimonio, y estoy en mi oficina cuando veo entrar a su abogado.
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Una verdad a medias
Capítulo 13: Una verdad a medias
EMILIA
Ya ha pasado un mes desde que mi padre salió del quirófano y hoy lo dan de alta, pues se ha recuperado satisfactoriamente. Antonio, siempre pasa para preguntar por él y cunado mi padre despertó, él estuvo presente, parece que su presencia le sentó bien a papá, pues cada vez que Antonio viene se siente mejor y vigoroso.
Llegamos a casa y todos los empleados y los gemelos, están esperando a papá en la sala, con un gran almuerzo, globos y una gran energía positiva. Nos sentamos a comer en el comedor, y suena el timbre, no esperábamos a nadie que yo sepa, así que me pregunto quién será. Cuando el ama de llaves regresa, Antonio está detrás de ella, con un gran ramo de rosas rojas, chocolates y una caja de regalos. No esperaba que llegara, mis hijos estaban aquí y no quería que supiera que existen, pero ya da igual, este momento algún día tenía que llegar.
Mis padres sí saben quién es el papá de los gemelos, pero les pedí que lo mantuvieran en secreto, porque yo no quería arruinar el matrimonio de nadie.
Antonio se sienta frente a mí, sorprendido al ver a dos guapos niños sentados a mi lado. Mi madre inicia con las presentaciones, pues yo no sabía qué decir ni mucho menos, por donde empezar.
MAMÁ: Antonio, ellos son los hijos de Emilia. Ella se llama Mía y él, se llama Evans.
Los niños saludan a Antonio al unísono. Yo solo quería que la tierra me tragara. El almuerzo estuvo incómodo, y esperaba con ansias que pronto terminara. Cuando finalmente terminamos de comer, envíe a los niños a lavarse y que durmieran su siesta, mientras que yo me dirigía hacia la cocina para evitar preguntas de Antonio. Duré aproximadamente dos horas en la cocina con los empleados viendo televisión cuando escucho la voz de mamá que me llama, pienso que ya Antonio se ha ido y me llama para que vaya a retirar las medicinas de papá.
EMILIA: dime mamá.
MAMÁ: por favor, hija, acompaña a Antonio hacia la salida mientras yo llevo a tu padre a descansar, ha sido un día tan ajetreado.
EMILIA: mamá, no es primera vez que está aquí y conoce muy bien la salida. ¿Por qué debo acompañarlo?
MAMÁ: ¿Cuándo te volviste mal educada? ¿Qué tiene de malo que acompañes a Antonio hasta la salida?
¿Qué tiene de malo? Tiene todo de malo, ahora debía soportar su presencia y hasta sus interrogaciones. No quería discutir con mamá, mi padre acaba de salir del hospital y aún está algo delicado, así que sin más que decir, acompañe a Antonio hasta la salida del chalé.
ANTONIO: ¿por qué no me habías dicho que te habías casado?
EMILIA: porque nunca lo hice
ANTONIO: entonces, ¿esos niños no son tuyos?
EMILIA: claro que son míos.
ANTONIO: ¿y dónde está el padre?
EMILIA: en algún lugar de este mundo
ANTONIO: ¿solo te embarazo y se fue?
EMILIA: algo así
ANTONIO: nunca me hablaste d ellos
EMILIA: no tenía porque, son mis hijos, no tuyos, además, ni siquiera sé por qué te estoy dando explicaciones. Yo nunca te he pedido ninguna explicación sobre tu vida, además, ellos son mis hijos solamente, llevan mi apellido, fueron por inseminación, nunca hubo un padre ni habrá uno. ¿Contento? ¿Esto logra satisfacer tu curiosidad? Buenas tardes, señor Del Castillo, y espero que cuando vuelva a venir a esta casa, llame con antelación, con permiso.
ANTONIO
Llegué a la casa de Emilia, sabía que hoy le darían de alta al señor Jones, y quise auto invitarme para almorzar, pues sabía que esto lo estaban preparando con antelación. Decido llevar un ramo de rosas rojas, porque sé que son las favoritas de Emilia, también escojo los chocolates preferidos del señor Jones y compré un regalo para la señora Jones, quería sorprenderlos, pero tal parece que el sorprendido fui yo cuando entre al comedor y veo a dos hermosos niños sentados junto a Emilia, su madre nos presenta y me dice que son hijos de Emilia, lo cual, me toma de imprevisto, porque pensaba que ella no se había vuelo a casar y tampoco había tenido hijos.
Veo que durante le almuerzo, ella está incómoda, quizá, sea mi presencia que la pone así, terminamos el almuerzo y le da instrucciones a sus hijos para que se retiren mientras que ella se va a la cocina, y yo me quedo con los señores Jones para charlar un rato.
ANTONIO: tienen unos nietos hermosos y muy bien educados.
SEÑORA JONES: gracias Antonio, en verdad son un gran regalo, ha Emilia le ha tocado ser mamá y papá al mismo tiempo mientras trabajaba en el extranjero. Nunca se ha separado de sus hijos, son tan adorables.
ANTONIO: ¿Y el papá de los niños? ¿Por qué no está con ellos? ¿O por qué no ha participado en la vida de los gemelos ayudando así a Emilia?
Yo tenía tantas preguntas que me hubiera gustado que me respondieran, pero no, decidieron cambiar de tema abruptamente, y no quise seguir indagando, pues no quería incomodar.
será grave y profunda
y sigue con la esposa
quitarlo de hay y ya