Una Nueva Oportunidad

Desde que Alexa empezó a trabajar conmigo hasta el día de hoy han pasado tres años en los cuales me he mantenido al margen, se que no le soy indiferente, pero soy muy mayor para ella y no quería interferir en sus decisiones, tenia que dejarla crecer y que ella decidiera si realmente sentía algo serio por mi o si solo estaba ilusionada conmigo.

Cuando cumplió dieciocho años me anime a invitarla a salir, esperaba que se negara, ya que soy su jefe, pero para mi sorpresa ella accedió. Fuimos a un restaurante alejado de la ciudad do de pasamos una velada encantadora, ella en si era encantadora y ya no podía seguir negando lo que estaba sintiendo.

Ese día quise darle un obsequio de cumpleaños, era un brazalete bastante costoso, pero yo pensaba que nada era suficiente para regalarle. Sin embargo, se negó a recibirlo. No voy a mentir, esa acción me molesto muchísimo, pero después reflexione; Alexa no era interesada, a ella le gustaban más las cosas sencillas: un parque, una plaza, respirar aire libre. Creo que esos lugares la llenaban de paz, esa paz que por alguna razón no tenía.

Alexa no se animaba a contarme sus cosas, era muy reservada y eso me tenia intrigado, aunque su misterio me atraía y me hacia querer estar más cerca de ella. Desde que cumplió años empezamos a salir, con la cercanía entre nosotros mis sentimientos fueron creciendo haciendo que mis sentimientos por ella aumentaran y se afianzaran. Su belleza era innegable, su inteligencia y carisma habían florecido indudablemente, han pasado varios meses desde que empezamos a salir, pero aun no había nada serio solo lo hacíamos como amigos. Esa noche en especial la invité a cenar a mi restaurante favorito: un elegante restaurante, sabía que a ella no le gustaba esos lugares, pero era una ocasión especial y quería que todo fuera perfecto.

Al salir del restaurante la llevaría a un lugar especial donde le pediría que fuera mi novia, pero las cosas no salieron como yo pensaba. Pues su supuesta hermana llego a importunar nuestra velada, después de cruzar algunas palabras y de que Alexa estuviera a la defensiva intervino Alfredo, ese hombre era una marioneta en las manos de su actual esposa y de su hijastra.

Tuvieron una pequeña discusión la cual no entendía muy bien, habían tantos secretos que quería descubir, pero no podía presionarla.

"Hay muchas cosas que no sé dé ti. ¿Cuándo tendrás la confianza de contármelo?", pregunte en tono suave, pero con la mirada fija en ella.

"Lo sé, salgamos de aqui. Vamos a un lugar más discreto y empiezo a contarte algunas cosas".

Esa noche dejo salir todo aquello que la atormentaba después de ese encuentro tan incomodo que tuvimos con su padre. La historia que me contó fue tan triste que logro conmoverme, haciendo que me prometiera ayudarla a recuperar su casa y todo lo que ese hombre le hubiera quitado. Aunque ella no fue totalmente sincerarse conmigo, pues siento que guarda otro secreto no quise atormentaba más, eso otro que lleva en su corazón es lo que más la atormenta y en sus ojos lo pude notar. Soy abogado y se cuando alguien no ha contado toda la verdad.

"Siento mucho lo que has pasado, pero no puedes vivir llena de rencor y menos llevar esa carga tu sola. Luisa debió apoyarte en vez de estar llorando por los rincones". Esa mujer era demasiado débil, Alexa no parecía su hija, ya que su fortaleza era de otro mundo.

"No la juzgo, ella sabrá porque se porta así. Por ahora solo quiero estar tranquila y mantenerme lo más alejada de mi supuesto padre y hermana". Dijo con seguridad.

"Si aceptas yo puedo protegerte de esas personas. Se que no es el momento para esto y que seguramente nuestra diferencia de edad sea un problema para ti, sin embargo, me voy a arriesgar a que me rechaces". Mis palabras fueron suaves y cargadas de amor.

Alexa me miro co una sonrisa en los labios y antes de que pudiera decirle algo más unio nuestros labios en un profundo beso, eso fue más que suficiente para mi, era su manera de decir que quería ser mi novia.

"Entre nosotros no hay mucha diferencia de edad, así que deja el drama", comentó al separar nuestros labios.

"Eres muy traviesa, y eso me tiene loco por ti". Respondi asueñandome esta vez de sus labios, cada beso era más intenso que el otro, hasta que ella se detuvo.

"Es hora de volver a mi casa". Dijo sonriente.

"Lo sé, aunque me gustaría que te quedaras conmigo para siempre".

"Vamos a ir despacio, quiero disfrutar de cada etapa de nuestra relación".

Alexa se levantó del sillón tomando mi mano, fuimos hasta el estacionamiento subiendo en mi auto, en el camino hablamos de varias cosas hasta que finalmente llegamos a su casa, su mirada se posó sobre mi y con algo de tristeza se despidió de mí. "Hasta mañana, que descanses", dijo forzando una sonrisa.

"Hasta mañana hermosa", respondí dándole un suave beso en los labios.

Bajo del auto y no me fui hasta que la vi entrar. Y así terminó una extraña, pero hermosa noche.

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Entre en la casa sonriendo como una tonta, mis sueños de ser la novia de Sergio finalmente se estaban haciendo realidad. No pude evitar el suspiro que salio de mí, pero mi madre interrumpió mis pensamientos de manera brusca, "Sergio es muy mayor para ti, no estoy de acuerdo con esa relación". Dijo mi mamá molesta.

"Lo siento mamá, pero es mi vida y la vivo como quiera. Además su edad es lo que menos me importa". Respondí con firmeza.

"Eres mi hija y harás lo que te digo, y para empezar mañana viene Lissandro quiere invitarte a salir y yo le di la autorización". Dijo dándome una orden.

"Pues lo siento, ese tal Lissandro no me interesa, así que mejor olvidalo y desde ya te digo que no permitiré que nadie se meta en mi vida". Mis palabras salieron como un estruendo que dejaba claro mi postura frente a sus exigencias.

Subi a mi habitación indignada por la intransigencia de mi mamá, de donde había sacado la idea de que podía decirme que hacer, en mi otra vida ella nunca me impuso su voluntad, ahora que estaba pasando. Por qué ella había cambiado y quería obligarme a salir con Lissandro si antes ella no lo soportaba.