REINA VIUDA

ALONDRA.

Me desperté y ya era de noche, no sé por cuánto tiempo dormí, pero me sentía mejor, tomé un baño corto y me puse algo cómodo para comer, muero de hambre.

María por favor puedes pedir mi cena.

Pero señorita es de madrugada los cocineros deben estar durmiendo.

¡Que! Cuánto tiempo dormí.

Casi toda la noche, pero tranquila yo le dejé algo de fruta, cuando trajeron su comida les dije que seguía durmiendo.

Me comí una manzana y volví a la cama, no tenía sueño así que pasé horas dando vueltas, pensé muchas cosas, entre estás como iba hacer para sobrevivir en este lugar, tendré que hacer aliados y averiguar qué fue lo que pasó con las anteriores esposas del rey, esa será mi prioridad, si fueron asesinadas me puede pasar lo mismo.

Amaneció y decidí salir a conocer el palacio, con ayuda de mis sirvientas me arreglé lo mejor posible, mientras terminaba mi desayuno llegó un guardia a buscarme, el rey solicitaba mi presencia en su oficina. Seguida por el capitán y Mariana llegamos a la que me dijeron era la oficina de mi esposo, dos guardias custodiaban la puerta, me hicieron una reverencia y abrieron dejandome pasar.

Lo siento majestad, pero solo usted puede pasar.

Esperen aquí, ya vuelvo, le digo al capitán. Entro y Marcos está sentado revisando documentos.

Buenos días mi rey, digo haciendo una reverencia.

Buenos días mi reina, siéntate debemos hablar sobre tus obligaciones y mis reglas en este palacio.

Me senté frente a él sin dejar de mirarlo, es menos desagradable cuando está bien vestido y al parecer tiene dientes postizos, no sé porque no los uso al conocernos, me hubiera evitado la terrible impresión. Mire a mi alrededor y fue entonces que me di cuenta que no estábamos solos, él archiduque estaba sentado a un costado de la oficina, mire a Marcos buscando respuesta.

Ignóralo, Federico es mi hombre de confianza y conoce los detalles de esta reunión, solo está aquí como testigo del acuerdo que vamos hacer.

Bien, entonces vayamos al grano, cuáles serán sus reglas y mis obligaciones.

Me gusta tu actitud, dijo estirándose en la silla.

Se hizo un silencio incómodo en la habitación antes de que volviera hablar, miro un par de veces al archiduque, tal parece que buscaba su autorización.

Cómo lo dije ayer serás coronada en un mes, pero desde hoy te harás cargo de tus

obligaciones, ya sabes cómo hacerlas pues sé que te encargabas del castillo de Zaragoza., Tendrás que asistir a fiestas y reuniones en representación mía y hacer obras de caridad.

 Muy bien, me dice dónde está mi oficina y me pondré hacerlo de inmediato.

 Calma aún no termino, me gusta tu actitud por eso te escogí, soy de los que piensa que una mujer no solo sirve de adorno en las fiestas o para la cama.

 Deje los halagos y terminemos con esto, le digo algo molesta, no sé porque da tantas vueltas.

Es simple, no tengo heredero hasta el momento y debemos consumar el matrimonio, estaré en tus habitaciones los días designados y espero que puedas concebir lo antes posible, si logras darme un hijo barón recibirás una gran recompensa y juro que te regreso tu castillo antes de lo acordado, pero si no lo logras te quedarás aquí para siempre y olvídate de tu reino, este será una provincia de Salamanca y a mi muerte y si aún sigues viva recibirás solo una manutención vitalicia, no podrás aspirar al trono a menos que el nuevo rey se case contigo.

 Me quedé sorprendida de todo lo que dijo, me imaginé cualquier cosa menos todo esto.

Debes firmar este acuerdo, donde lo hablado queda sentado, sobra decirte que no tienes opciones debes firmar y no pude inmiscuirse en mis asuntos, solo cuando yo la requiera te presentaras en el salón del trono.

 Está bien, haré lo que diga, pero quiero que se me permita estar al pendiente de mi reino, no confio en mi madrastra.

 Muy bien, puedes hacerlo, pero no iras a ese lugar, te pasare los informes que envie tu madrastra, ahora firma, ya yo lo hice al igual que el archiduque, solo falta tu firma y podrás irte para que conozca tu oficina, sobra decir que este acuerdo es privado y no puede divulgarlo con nadie o me veré en la obligacion de tomar medidas.

Es una amenaza, digo levantando una ceja.

Tómalo como quieras, si cumples mis reglas al pie de la letra nos llevaremos bien.

Firmo sin basilar, siento la mirada aguda del archiduque a mis espaldas y presiento que será un enemigo difícil de vencer, terminó de firmar y Marcos me ofrece una copa, lo rechazo de la forma más educada que pude, hago una reverencia y dejo la oficina, no soporto la sonrisa sarcástica de los dos hombres.

 Se encuentra bien majestad, me dice el capitán al verme salir.

 Si, todo bien, vamos debo encontrar mi oficina y a mi asistente que por lo que entendí ya me está esperando.

Le pregunté a los guardias y me indicaron el camino, mi oficina estaba en el segundo piso del palacio muy cerca al salón del trono, al entrar me encuentro con un hombre de unos 30 años rubio con ojos verdes y muy alto, hizo una

reverencia y se presentó como Carlos Fermín conde de Salamanca.

Majestad para mí es un honor poder servirle, ya le organicé sus pendientes.

Gracias, revisaré primero los más urgentes, mientras lo hago puedes contarme sobre el funcionamiento del palacio.

Por supuesto, es muy simple, el palacio tiene 4 zonas, las dos principales y las dos que se usan para visitas, siendo la zona real la más grande, cada zona tiene un jefe de mayordomos y su propia cocina con sus respectivos sirvientes, usted debe verificar y firmar los sueldos de todos son aproximadamente 200 sirvientes incluyendo los cocineros.

 Demasiado diría yo.

No es nada, el palacio tiene unos 2000 guardias, pero tranquila de esos sueldos se encarga el rey y su asistente, nosotros nos hacemos cargo de lo demás.

 Creo que tendré mucho trabajo.

No sé preocupe, yo le ayudare en todo para que sea más llevadero para usted.