Solo Soy Un Detective

Al pasar un tiempo, las patrullas por fin llegan al lugar. Bearly lleva a los tres criminales y los mete en el coche de policía. Al no ser más que otra víctima del caso, el joven fue absuelto de todo cargo y escoltado hasta su casa. Chrono está viendo unos papeles sobre el caso, en ese momento, Alex se acerca para conversar con él.

—Señor Mefhisto, gracias por su colaboración en este caso, logramos atrapar a los verdaderos sospechosos gracias a su conocimiento —dice Chrono haciendo una reverencia en señal de agradecimiento.

—No es necesario, si me hubiera quedado en la agencia me habría muerto de aburrimiento, me arruinaron una clase, pero por lo menos me divertí. Además, sé muy bien que lo habrían resuelto con o sin mi ayuda—dice Alex sarcásticamente.

—¿Qué le hace pensar eso?

—Oh vamos, por lo que entiendo, ustedes son de lo mejorcito de la agencia, dudo mucho que no puedan atrapar a unos simples ladrones de joyas. Sin mencionar que sus capadad de operación es claramente de profesionales.

—Veo que a pesar de su gran ego, sabe identificar las habilidades de los que lo rodean.

—No esperaba escuchar un comentario así de tí, pero si, cómo dije esta mañana, soy alguien muy observador. A todo esto ¿Y Gensei y Vetr?

—Les ordené que se fueran a la agencia, no era necesario que todos llegáramos a detener a solo tres individuos.

—Una lástima, quería verlos en acción.

—Ya veo. Después podrá pasar a hacer su testimonio nuevamente y por su recompensa a la agencia, lo esperamos allá, de aquí en adelante nos encargamos de lo que falta.

—Perfecto, otra recompensa, justo me estaba quedando sin dinero, ah cierto, tengo una pregunta.

—¿De qué se trata?

—¿Cómo supiste que el tipo ese se volvería a levantar? ¿Eres una clase de Nostradamus o algo así?

—No soy tan impresionante que ese hombre, pero algo así. Fue gracias a mi habilidad "Previsión" me permite lo que pasará unos segundos después en el presente.

—Previsión... suena bien, aunque no es tan conveniente: un veneno que haga efecto varios segundos después de tocarlo y estás jodido.

—Por favor no plantee métodos con los que se me pueda eliminar, los oídos del crimen son muy agudos.

Mientras los dos hombres siguen hablando, la Agente se acerca para reportar el progreso de la operación.

—Agente Chrono, los sospechosos ya están dentro del coche para llevarlos a la agencia —dice Jannet.

—Está bien, Agente Jannet, felicitaciones por su gran servicio. Señor Mefhisto, si me disculpa, debo retirarme —dice Chrono yéndose del lugar dejando solos a Alex y a Jannet.

Enseguida se crea un ambiente incómodo, Alex lo intenta desaparecer con sus típicos chistes, pero apenas lo intenta, Jannet lo interrumpe con unas solas palabras.

—Lo escuché —dice Jannet seriamente.

—¿Qué? ¿Mi conversación con Chrono? Es broma lo del veneno, dudo que ese tipo caiga tan fácil en algo así...

—No te hagas el chistoso conmigo. Escuché tus pensamientos aquel día camino a la agencia: querías hacerle daño a esa chica ¿Cierto?

El ambiente se pone mucho más denso que antes, ambos lados están mirándose a los ojos muy seriamente.

—Ah... Te refieres a eso...

—Contestame, ¿Querías hacerlo, cierto?

—... Sí, la quería hacerla sifrir, pero ya no.

—¿Porqué querrías hacer algo así? ¿Qué te hizo para que quisieras hacerle daño?

—Que por qué, dices... yo tampoco lo sé, simplemente me llegó un gran sentimiento de repulsión apenas descubrí que esas orejas de gato no eran solo accesorios. Diría que ya me acostumbré... pero estaría mintiendo.

—¿Cómo puedo saber que no lo harás de nuevo? Dime, Alexis Mefhisto... ¿Cómo puedo saber que no sembrarás el caos en esta nación?

Jannet desenfunda su incapacitador y le apunta a Alex justo en el corazón con una firmeza invacilable. El hombre la mira a los ojos. Entiende de inmediato que esa hostilidad que había sentido de ella durante todo ese tiempo era un sistema de alerta.

—¿Qué eres, Alexis Mefhisto? ¿Un enemigo... o un aliado?

Los ojos de la mujer penetran cual dagas, una mirada fija, preparada para terminar rápido todo el asunto. Por primera vez desde que llegó al nuevo mundo, el hombre cambia por completo su actitud arrogante, y responde la pregunta de la mujer con total seriedad y honestidad.

—... No tengo intenciones de dañar sin razón, ya no más. No volveré a hacer nada de eso: no arrancaré las orejas de Karin, ni sembraré el caos. No te puedo dar una garantía, solo tengo mi palabra, pero me gusta demostrar las cosas con hechos, y eso haré —contesta con una mirada seria y determinada.

Ambos se miran a los ojos por un rato, y después Jannet retira la mirada y guarda su arma.

—Si cometes alguna estupidez, ten por seguro que te atraparé.

Todos suben a la patrulla y se van a la agencia. La operación de captura llega a su fin.

...<><><><><><>...

Alex va saliendo de la sala de interrogación tras haber dado su testimonio, llega a recepción y recibe su recompensa por su colaboración y se retira sin más de la agencia, fuera de ella encuentran Karin y Nana en su espera.

—¡Alex, por aquí! Vamos date prisa —grita la pequeña Nana tan enérgica como siempre.

—Hey Nana, ¿Cómo has estado?

—¡Muy bien!, mi hermana a estado más animada desde que te conoció. Ayer llegó súper feliz a casa por haberse encontrado contigo en el mercado.

—¡Nana! ¡No digas cosas tan vergonzosas! —exclama Karin poniéndose roja.

—Y dijo que ibas a venir hoy a estudiar, pero te metiste en problemas y no pudiste asistir ¡pero venimos a buscarte para que vayas ahora sí a estudiar! —agrega Nana saltando de la alegría, intenta tomar la mano de Alex, pero discretamente se opone a dársela.

—Oh vamos, ten un poco de piedad, acabo de salir de la agencia, y por colmo no comí esta mañana ¿Qué les parece si vamos a comer primero a algún lugar? Yo invito —dice Alex agachándose para ponerse a la altura de Nana—. «Por lo menos esta salida servirá para desestresarme»

—¡Si, vamos hermana, será como una cita para ustedes, será divertido! —dice Nana saltando mientras sujeta la mano de Karin.

Con tan solo escuchar la palabra "cita", Karin se vuelve a poner un poco roja.

—¡D-de cita nada! Dios, siempre diciendo cosas raras.

—¿Entonces no vamos? —pregunta Nana con una mirada triste.

—N-nunca dije que no iría... —responde Karin, cayendo directo en la manipulación emocional de su hermana pequeña.

—¿Entonces sí? —pregunta Nana, ahora con una sonrisa.

«Esta niña es mejor fingiendo que yo, increíble» piensa el hombre contemplado las habilidades de la niña.

—... S-sí, vamos —contesta Karin, ruborizada.

—Entonces, ¿no vamos? —pregunta Alex con una sonrisa relajada.

—¡Sí! —contestan Nana y Karin para después los tres dirigirse a un restaurante.

Mientras se alejan, Jannet los mira desde la puerta de la agencia.

—... Te estoy vigilando, Alex, no olvides eso.

—No esté tan tensa, señorita Jannet.

Chrono hace acto de presencia.

—Dime, Chrono, ¿Enserio podemos confiar en él?

—... No podemos hacer otra cosa, no tenemos nada con peso como para encerrarlo, y sabes que nuestra manera de trabajar no entran esa clase de conspiraciones.

—Lo sé, aún así... Pensar que estamos dejando andar a sus anchas a alguien tan retorcido de la mente me da miedo. Tu mismo viste los resultados del diagnóstico de llegada que hizo, es una amenaza andante...

—No lo será mientras siga actuando como lo.ha hecho hasta ahora.

—No estoy tan segura. Los chicos que atendieron en el parque hace dos días... ¿Fue obra suya, no es así?

—... No hay pruebas, pero en lo personal, también pienso lo mismo, pero solo por sospechas así no podemos hacer nada. Sumado a esto, por alguna razón, el Comandante a hecho la vista gorda ante su comportamiento desde la primera vez que puso un pie en la Agencia.

—¿En qué estará pensando? A veces no logro entenderlo.

—El comandante es alguien recto, pero idealista. Seguramente vió algo bueno detrás de esa faceta destructiva y psicótica. Pensará que el señor Mefhisto puede llegar a ser una buena persona.

—Solo espero que no se esté equivocando...

...<><><><><><>...

Alex, Karin y Nana pasan juntos todo lo que resta del día. comen en un restaurante familiar y estudian un poco en el pasto del parque, cuando cae la noche, el hombre escolta a las chicas a su casa. Nana está en medio de ellos sujetada de la mano de su hermana y dando saltos a pesar de ser noche.

—Muchas gracias Alex, me la pasé muy bien este día.

—No me agradezcas, tómalo como una compensación por haberte dejado plantada con nuestra sesión de estudio.

—Lo bueno es que si pudiste estudiar, y a decir verdad, aprendes muy rápido, ya dominas la mayoría de la escritura, increíble —dice Karin con un tono de asombro.

—Eso es porqué eres buena maestra, Karin —dice el hombre con tono bromista—. «Cumplido de mierda a ver si cuela»

—¿T-tú crees?

—Hermana, te estás poniendo roja otra vez...

—¡Nana, no me lo digas que me pondré más! Dios, siempre vacilándome ustedes dos.

—Es que es divertido ver lo roja que te pones.

—No caeré en tus palabras, sé que las dices para ponerme roja... Ah, hablando de diversión: ¿Qué te pareció colaborar en el caso?

—¡Si! ¿Cómo te sentiste luchando contra el crimen?

—¿Cómo fue? Hum... No fue complicado, los mocosos eran bastantes predecibles, aun así, fue bastante divertido, me sentí cómodo.

—Te desenvolviste muy bien, podría decir que hasta podrías trabajar allí si así lo deseas, al fin y al cabo, tienes unos buenos resultados en tus exámenes.

—¿Tú crees? No lo había pensado...

—Es un trabajo peligroso... Pero con tus habilidades seguro estarías bien. Aparte, trabajando en la Agencia podrás seguir ayudando a la gente como hasta ahora.

—¡Jajaja! ¿Ayudar a los demás? Te confundes, Karin, estoy lejos de ser esa clase de persona.

—¿Enserio? No creo que sea así, puede que te hayas metido en problemas desde que llegaste por ayudar a desconocidos como yo, pero en ningún momento he visto quejarte de ello. Además, si fueras así, te habrías olvidado de mí desde ese día.

—¿Crees que soy bueno...?

—Eres algo grosero e irrespetuoso... Pero mala persona no eres, eso puedo decirlo.

Pasaron los minutos y por fin se encuentra frente a la casa de las chicas.

—Bueno, llegamos al lugar, nos veremos cuando toque clase de escritura —dice Alex dejando a las chicas frente a su casa.

—Gracias a ti por invitarnos a salir y acompañarnos hasta nuestra casa, nos vemos luego, Alex —dice Karin haciendo una reverencia.

—¡Adiós Alex, vuelve a jugar pronto! —grita Nana despidiéndose con la mano arriba.

Alex se despide también y se retira a su apartamento. Por suerte, hoy no se encuentra con ningún idiota y llega sin problemas al hotel, abre la puerta de su habitación y se acuesta en su cama.

—Aaahhh, que agotador fue este día, salir con Karin me ayudó para relajarme después de toda esta mierda del caso, aunque no puedo negar que fue divertido, podría volverlo a hacer.

Recargado en el respaldo de la cama, las palabras de Karin resuenan en su mente:

«"Es un trabajo peligroso... Pero con tus habilidades seguro estarías bien. Aparte, trabajando en la Agencia podrás seguir ayudando a la gente como hasta ahora"»

Se levanta y camina hacia la ventana de su habitación que da a la calle. El edificio se encuentra frente a un pequeño quiosco y alrededor de él, tiene unas fuentes con luces en la base. Entre la oscuridad de la noche estrellada, las luces de los vehículos que iban y venían, las luces de aquellas fuentes, y la luz de una luna llena se forma un paisaje urbano... y hermoso.

«Trabajar para la ley, totalmente lo contrario a lo que hacía antes»

Mira la luna, que brilla con una gran intensidad.

«Que bella está la luna hoy, y seguramente, no será la última vez que lo diga... Llegué aquí para quedarme, tengo la oportunidad de empezar una nueva vida, una más tranquila... más feliz»

Involuntariamente, recuerdos de su vida pasada llegaron a su cabeza: recuerdos de su niñez, recuerdos de su adolescencia, recuerdos de su adultez, todos, manchados de corrupción.

Se aleja de la ventana y se vuelve a recostar en su cama. Mientras mira al techo, saca el dinero que le dieron y lo cuenta.

—Si... Mañana toca buscar trabajo, lo que me dieron no me alcanzará para holgazanear más tiempo...

Alex lanza el sobre con el dinero al buró a un costado de cama, pero no le atina y cae al suelo.

Jejeje, con que así se sienta estár corto de dinero, como cualquier ciudadano normal... no está nada mal... nada mal.

Con la luz de la luna entrando por la ventana... El ex-criminal por fin descansa después de un largo día de aventura.

...<><><><><><>...

Ya era otro día en la agencia, la oficina de agentes especiales apenas está llenándose de ellos: como era de esperarse, Chrono es el primero en llegar y pocos minutos después llega Jannet, Gensei y Bearly. Fimbulvetr llega una hora tarde ya que ayer, en vez de volver a la agencia, se fue a beber a un bar. Trae una resaca horrible, apenas y puede abrir los ojos.

—Aaahhh, mi cabeza... Todo me está dando vueltas, ayer bebí más de la cuenta, este cuerpo no aguanta como mi antiguo cuerpo, me siento horrible —exclama el peliblanco sentando con una bolsa de hielo en la cabeza y con la barbilla en la mesa.

—Eso te pasa por escaparte del trabajo y ponerte a holgazanear, deja de quejarte y ponte a trabajar, borracho —dice Chrono mientras revisa unos documentos.

Pocos segundos después, la puerta de la oficina se abre de golpe y se ve la silueta de una persona. Era Alex, que venía con una sonrisa en el rostro.

—Señor Mefhisto, ¿Qué hace en la oficina y abriendo la puerta de esa manera? —pregunta Chrono mientras de fondo se escuchan los quejidos de sufrimiento de Fimbulvetr por el ruido del portazo.

—Que bueno que pregunta, Agente Chrono, vengo por una buena razón —contesta Alex con una sonrisa pícara.

—¿De qué se trata? —pregunta Gensei que estaba cerca.

—Vengo buscando empleo en la agencia —dive Alex con una sonrisa segura.

—...

—...

—...

—¡¿Eeeeeeehhhh?!

Y así es como el mayor criminal pasa a ser solo un detective.

Fin del capítulo 12 y del Prólogo.