NO SERÉ TU AMANTE

... Cuando llegan al hotel, Olga pierde todo su valor, ya no quiere entrar a la habitación y menos acostarse con Erick.

— ¿Qué pasa? ¿Perdiste tu valor?

— No. Pero llevo dos días sin bañarme.

— El baño está por allá. — Erick se lo señala.

— Saldré cuando esté lista.

— Aquí te espero. — Olga entra al baño y abre la regadera, luego busca una ventana para escaparse, pero está muy alto y se asusta. Para pensar mejor se baña y coloca una bata en su cuerpo. Después sale y ve a Erick hablando por teléfono. Ella camina despacio, sin embargo hace ruido y el la ve, en ese momento Olga se detiene disimuladamente. — ¿A dónde vas?

— A ningún lado.

— ¿Te querías escapar?

— No. Yo sólo, quería ver la decoración del pasillo.

— Puedes verla mañana. — Erick le da la vuelta, al ver sus gruesos labios no pierde tiempo en besarla. Olga se siente sumamente extraña, nunca pasó por su cabeza que un día se iba a besar con el.

— ¿Por qué a los hombres no les importa acostarse con una mujer sin amor? — Pregunta al separarse un poco de el.

— ¿Por qué las mujeres se venden? — Esa pregunta le duele a Olga.

— ¿Piensas que soy una interesada verdad?

— Tu dime. — Olga lo piensa mejor, ¿para que aclararle su situación? Ellos no son nada, y nunca lo seran.

— Tú opinión sobre mi no me interesa. Va ser una noche y después no nos volveremos a ver. — Erick vuelve a besarla y ahora ella corresponde el beso. Las caricias inician, y la ropa desaparece, Erick abre la bata de Olga y besa sus sen*s, los ch*pa y mue*de. Los gemidos inician, el baja sus labios a la parte íntima y la ch*pa hasta que ella se viene en el, luego se acomoda y une a ella, Olga gime fuerte al sentirlo, Erick se vuelve consiente de lo que acaba de pasar, la emb*ste de forma lenta para apaciguar su dolor. De esa forma y con el paso de los minutos ella se acostumbra a sentirlo, y empieza a disfrutarlo hasta llegar al clímax. Erick termina dándole un beso suave que ella no corresponde.

— Eres preciosa. — Olga desvía su mirada.

— ¿Ya me puedo ir? — Ella trata de levantarse, pero el dolor no sé lo permite.

— Duerme aquí. Creó que es mejor a estar sola en tu casa. — Olga no lo piensa mucho y se recuesta. — Debiste decirme qué...

— No tiene importancia.

— ¿Por qué?

— Ésto tarde o temprano iba a pasar. Tenía dos opciones, estar contigo o con mi jefe.

— ¿Por qué me elegiste?

— Por qué eres joven, guapo, y me diste el dinero que te pedí. — Erick se decepciona al escuchar esa respuesta.

— Buenas noches. — Ella se cubre.

— Buenas noches.

... Al día siguiente, Olga siente un dolor insoportable, pero igual se levanta para irse. Llega a casa y le cuenta a la foto de su madre lo sola que se siente sin ella.

Cómo no soporta no sentirla busca en sus cajones algo de ropa, ahí se encuentra una carta que su madre le escribió, en esta Liliana le da ánimos para que continúe con su vida, para que termine su carrera y cumpla su sueño de tener una granja.

Olga se anima un poco y decide ir a la universidad. Pero cuando está por salir escucha como tocan su puerta. Ella ve la silueta de Erick y se pregunta que hace ahí. Quizás le quiera quitar el dinero que le había dado. Ante el temor, decide llamar por teléfono a un vecino que siempre le compraba galletas a su madre.

Minutos antes, Erick se despierta y la busca en toda la habitación. Enojado por la forma en que lo abandono se cambia y va a su casa. Dónde nadie le abre. Pregunta a un vecino que va saliendo de su casa y esté le cuenta que la vió irse con una maleta.

Erick no se resigna a nunca volver a verla. Llama a uno de sus empleados y le pide que contraté a un detective.

Olga alcanza a escuchar que quiere encontrarla, así que apenas el se va ella hace maletas y se va a vivir a la casa de una compañera que renta un cuarto. Luego va a una central de autobuses y compra un boleto a otro estado, al que obviamente no se va. De esa manera logra concluir sus estudios y graduarse tranquilamente. O algo así, ya que siempre tiene el temor de que el la encuentre.