En La Trampa De Un Mafioso

Osiris luchaba por respirar mientras el agua comenzaba a llenar el auto, el frío y la oscuridad la envolvían. La desesperación la invadió al ver cómo el nivel del agua aumentaba rápidamente, arrastrando consigo la vida que conocía. En un impulso, rompió la ventana con el puño, los fragmentos de vidrio cayendo como lluvia alrededor de ella.

Vio por el vidrio retrovisor a quien había tratado como padre, realmente estaba muerto, Osiris sabía que se había convertido en una asesina, justo lo que odiaba más en el mundo.

Sabía que debía escapar antes de que el auto se hundiera y antes de que pudiera salir, sintió una mano sujetando su tobillo con fuerza. Miró hacia abajo y vio el rostro de su madre, pálido y lleno de rabia, cubierto de vidrios y de su propia sangre.

— Eres igual que tu padre biológico, eres una asesina —dijo su madre, su voz temblando entre los gritos del agua y el crujir del vehículo. Las palabras eran como cuchillas, cortando a través de la confusión de Osiris.

— ¡Nunca me dejaste conocerlo! —gritó Osiris, tratando de liberarse del agarre. — pero estoy segura que el nunca me habria hecho esto.

Su madre, con ojos llenos de odio, la miraba con una mezcla de desdén y desesperación.

— Tu padre a ese que tanto adoras tenía otra familia — dijo su madre .

Osiris sintió que el agua le llegaba al pecho, y con cada palabra, su madre la estaba haciendo perder tiempo.

—Mamá, perdón por recordarte a él— respondío Osiris.

— Perra malagradecida, te hubiera matado al nacer — dijo su madre.

— ¡Lo hubieras hecho, por qué ahora tuve que hacerlo yo!— contestó Osiris.

Con un movimiento abrupto, se liberó del agarre de su madre y se lanzó a través de la ventana rota, el agua helada la recibió como un abrazo gélido.

De repente escuchó un leve golpe en el maletero y al abrirlo vio a su hermana casi ahogada.Nadó con todas sus fuerzas llevando consigo a su hermana. La luz del día parecía lejana, pero su instinto de sobrevivir la guiaba hacia la superficie.

Finalmente, emergió, tosiendo agua, el aire fresco llenando sus pulmones. Miró hacia atrás, al auto se había hundido, ahora ya habia asesinado no solo a una persona en un solo día, habia matado a dos.

Puso a su hermana a la orilla del lago, vio como su cuerpo se hacía rígido y perdía el color.

—¡Hermana no te atrevas a morir!—grito desesperada.

Osiris se arrodilló junto a su hermana, tomándole la mano y sintiendo su pulso débil. La miró a los ojos, y vio la vida desvaneciéndose de ellos.

—¡¿Por qué tenías que estar ahí dentro?!—susurró Osiris, su voz llena de desesperación— Ahora como viviré despues de haberte asesinado.

La hermana de Osiris exhaló un último suspiro, Osiris se sintió como si hubiera sido golpeada por un rayo. Se quedó allí, arrodillada junto a su hermana, sin poder moverse ni hablar. Solo podía sentir el dolor y la tristeza que la invadían.

Le quitó el abrigo rojo que tenía puesto y cubrió el rostro de su hermana,

— Vendré por tí — dijo mientras besaba la frente helada de su hermana. — Pagaré por lo que acabo de hacer.

Camino hacia una carretera para pedir ayuda, con el cuerpo temblando por el frío y el dolor de cada herida, la vista se le torno borrosa y comenzo a caminar sobre la carretera. Los coches la rodeaban pero un conductor borracho no alcanzo a ver y termino arrolandola, dejandola tendida hasta que un auto llamo a emergencias.

Volviendo al presente

Osiris se levantó de prisa y comenzó a correr hacia el ascensor, Dominik no entendia lo que sucedia y la siguió esperando saber a dónde corría.

Vio como corría por la carretera y le pidió a sus hombres impedir el paso de los autos. Osiris corría apresuradamente mientras lloraba.

Se detuvo justo en el lago donde había caído el auto de sus padres, miró hacia todas partes, parecía estar buscando algo importante.

Dominik la observaba sin decirle una sola palabra, veía como Osiris buscaba entre la tierra y las hojas secas parecía seguir sin entender.

De repente entre la tierra y las hojas secas Osiris parecio encontrar un abrigo rojo. Osiris quedó impactada sabiendo que según un vago recuerdo distorsionado, abajo estaría una persona.

Dominik al ver de cerca el abrigo, sintió una corazonada, era tan similar al que había regalado hacia tantos años. Reviso una de las bolsas y encontró un colgante oxidado.

Cuando Osiris saco un cráneo de debajo del abrigo, sintió como su alma se destrozara.

— ¡Dominik yo la mate!— Grito Osiris.

Dominik se negaba a creerlo, no podía creer como el abrigo y el colgante que le había regalado a Iris estuviera ahí, había ido a la tumba de Iris y habia llorado por ella.

Rápido saco su teléfono y llamo a Víctor con desesperación. Victor respondío no sin antes insultarlo.

— ¡Dime la verdad!¡ ¿La tumba de Iris está vacía?!— Preguntó Dominik sosteniendo el abrigo.

— ¿Ya te contó el chismoso de José?— Contestó Víctor — ¿Sigues llorando por quién mataste?.