"Amaya Dalys, única hija y heredera del Ducado Dalys es caprichosa y casi toda la nobleza la odia por ser una megalómana justificada"
Esa es la conclusión a la que llega la nueva Amaya Dalys, sin embargo, esto no es lo que realmente le causa problemas. Si no su irrompible matrimonio con el Marqués Axel Hackett.
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YA SÉ DE LA REALIDAD (PARTE 1)
Pasaron tres meses desde que el matrimonio desapareció como si se los hubiera tragado la tierra.
Tres meses en las que los Duques Dalys no lograron dormir bien pensando en su única hija. En lo desamparada que debía estar.
Tres meses en dónde el Emperador se notaba algo distraído de sus obligaciones al igual que los príncipes.
Ni hablar de Sir Artur, que tenía dos enormes bolsas bajo sus ojos de lo agotado que estaba de monitorear los reportes que venían de todo el Imperio.
Cómo cada día, Brenda lo vio pararse fuera de su celda para preguntarle:
«¿Dónde está el Marques?»
«Mira nada más la cara que traes, ¿Sus majestades te están presionando?, ¿Qué te dijeron?, ¿Qué irías a la guillotina si no encontrabas a la Marquesa?»
Artur estaba tan agotado que no tenía fuerzas para pelear con la despreocupada mujer dentro de la celda. Soltando un largo suspiro se sentó en el suelo y puso su espalda contra la pared, alejado de la rejillas.
«Algo así, creo que eso entendí, no lo sé. No he dormido bien en semanas, ¿Cómo demonios se oculta tan bien el Marqués?»
«Te dije que era un lobo escondido en un rebaño de ovejas»
«¿Y como se supone que deba interpretar eso?, ¿Cómo es posible que no haya dejado huellas?, ¿Se escapó a otro país?»
«Él no haría eso, créeme, debe estar merodeando por el Imperio Meckma, solo que su piel de oveja es tan perfecta que no lo encuentran»
«¿Y qué me dices de la princesa Esmeralda?»
«Ya te dije que no he comido bien, no me acuerdo de una tal princesa Esmeralda»
«¿No te preocupa que esté cerca de dar a luz?»
«Mi señor no es descuidado con sus negocios, así que no te preocupes»
«¿Qué se supone que significa eso?»
«~Eh~»
«¡¡!!» [¡Esa voz!]
Artur se levantó de un salto de dónde estaba sentado y miró el oscuro pasillo en dónde no escuchó ningún sonido, pero si vio a Axel apareciendo con una sonrisa en la cara gracias a las antorchas.
«~¿Qué hace Sir Artur en mi mansión?~, no recuerdo haberte invitado a quedarte»
«¡Tú!, ¡¿Dónde está la princesa de citrino?!»
Axel agarró el mango de su lanza con su sonrisa amable de costumbre, sin embargo; se notaba algo escalofriante.
«Alguien como tú, no debería porque buscar a mi esposa. Es mi esposa, la Marquesa Amaya Hackett»
Artur desenvainó su espada y se abalanzó contra el Márques.
¡¡CLANCK!!
Resonó, pero Artur estaba tan agotado que no soportó el bloqueo de la lanza y fue peor cuando Axel lo empujó con el mango de su lanza hasta que cayó al suelo.
«Ugh, cof»
Axel le pisó el pecho y el filo de la lanza estaba rosando la frente del caballero que se quedó quieto con la respiración agitada.
«Mi señor»
La voz de Brenda hizo que Axel afilara la mirada y volviera a colocar su lanza en la espalda. La miró dentro de la celda con una sonrisa que hizo estremecer a Brenda.
«¿Acaso te encariñaste con Sir Artur como para atreverte a detenerme?»
Brenda miró a Artur en el suelo y luego miró a su señor.
«Así es mi señor, me encariñé y realmente tú le hiciste tener una vida de mierda estos últimos meses bastardo»
«~Jajaja~, lo siento, quería disfrutar de mi luna de miel como se debe y no con gente mirando cada acción que hacía»
Axel le quitó las llaves a Artur aunque él se resistió un rato, pero estaba demasiado agotado para enfrentar al Marqués.
Y mientras Brenda era liberada hablaron entre ellos ignorando a Artur.
«¿De verdad lo disfrutaste?, digo, los caballeros imperiales fueron desplegados por todo el Imperio»
«Si, lo noté cuando llegué a la segunda ciudad dónde me quedé»
«¿Cómo está tu esposa, la mataste?»
«¿Cómo se te ocurre que haría tal cosa?, es mi querida esposa de la que estás hablando. Yo mataría al que se atreva a pensar en siquiera hacerle una herida, así que dime ¿Investigaste al Palacio Imperial?»
«¡¿Cómo voy a investigar si me atraparon por tú culpa?!»
«Debiste escapar»
«¡¡Eso hubiera hecho las cosas mucho más complicadas para el Marquesado!!»
Click.
La llave abrió la reja y Brenda salió dirigiéndose a ayudar a Sir Artur que estaba tirado en el piso con los ojos cerrados.
«Oye, Artur, ¿Puedes pararte?»
Artur frunció el ceño y abrió un poco los ojos para finalmente contestar un simple...
«No»
Brenda sonrió y lo cargó entre sus brazos como una princesa.
«Haha, ¿Qué tal si duermes?, te prometo que todo estará bien cuando despiertes»
Artur realmente estaba cansado, sin decir nada cerró los ojos y se durmió en los brazos de Brenda.
Ella se paró y caminó detrás de Axel que ya empezaba a salir del calabazo de su propia mansión.
«¿Qué hay de la princesa Esmeralda?»
«La dejé en la ciudad de Prackin, resguardada por nuestros soldados. Deje una nodriza con ella, No debería estar lejos de dar a Luz»
«Bien, será mejor que dé a luz, ese bebé es lo único que quedaría si la princesa muere en el contrataque que hará, ¿Alguna noticia de su esposo?»
«Nada, el Imperio Victoriano todavía no ha anunciado ni su captura ni su muerte, por supuesto, han empezado a pedir a los países cercanos que entreguen a la princesa si llegan a encontrarla para entregar una generosa recompensa por ella»
«El Emperador y los príncipes deben estar ignorando eso desde que me llevé a mi esposa»
«Eso es un hecho. Por cierto, ¿Por qué hiciste eso?, incluso yo me quedé sorprendida cuando Artur me dijo que te llevaste a Amaya Dalys»
«Siendo sincero no planeaba hacer eso, simplemente quise hacerlo porque Amaya parecía sentirse aprisionada por su propia familia. Sólo, quise hacerla felíz»
«¡!» [¿Él de verdad considera a Amaya Dalys cómo su esposa?, ¿Qué demonios paso como para que de pronto la aprecié tanto cuando la odiaba con cada parte de su ser?]
En ese momento llegaron a la salida del calabozo y ahí estaba Amaya sentada, esperando tranquila con su muñeca sentada en su regazo.
Ella se paró al ver que su esposo salía de los calabozos, sonrió de forma tan tierna que dejó en shock a Brenda.
«Axel, volviste»
Axel corrió hacia ella y le dio un beso en la frente con un...
«Si ya volví, ¿Me extrañaste?»
«No, para nada, sólo te fuiste por unos minutos»
Mientras Axel seguía abrazando a su esposa, una acostumbrada Amaya miró a Brenda que estaba blanca como fantasma de ver al Marqués hacer eso.
«Ah, señorita Brenda, ¿Está bien?, lo siento, fue mi culpa el que la encerraran en el calabozo. Le diré a mi tío que te pida perdón»
«¡No!, ¡No hace falta!, estoy bien, ...muy bien» [¿Una disculpa del Emperador?, sería para que me odiara por el resto de su vida por semejante humillación]
«¿El que trae en sus brazos es Sir Artur?»
«Uh, s-si, él me encerró, pero no hizo nada aterrador además de eso, a diferencia de otros seres despiadados que conozco»
Axel sonrió para Brenda y puso su índice en sus labios indicándole "silencio". Lo que puso todo el cuerpo de Brenda como piel de gallina.
«¿Otros seres despiadados?»
Preguntó una curiosa Amaya que no había visto el gesto que hizo su esposo.
Brenda miró a otro lado nerviosa.
«nada, olvide lo que dije mi señora»
Nada le salió como lo planeó 😏
Después de eso creo que fue cuando despertó su lado psicópata y astucia
Los hombres estúpidos que solo se fijan en el físico, aumentando el ego de Liernia, a ver con qué nos sale ella 🤔 no todo lo que brilla es oro