Cristian de la Fuente y Mía Ferrer se conocieron desde niños gracias a la relación cercana de sus familias. Mía es la ahijada de Victoria, la madre de Cristian, lo que los hacía pasar mucho tiempo juntos. Desde el primer día, Cristian se convirtió en el niño más popular de la clase: atlético, carismático y siempre rodeado de amigos. Mía, en cambio, era una niña tímida y reservada, con una gran pasión por la lectura y el arte, pero con sobrepeso, lo que la convirtió en el blanco fácil de las burlas de los demás niños, incluido Cristian.A pesar de su conexión familiar, Cristian se unió a los demás en hacer comentarios hirientes y bromas pesadas sobre el peso de Mía, sin darse cuenta del profundo impacto que sus palabras tenían en ella. Mía siempre se sintió dolida, especialmente porque esos comentarios venían de Cristian, a quien admiraba secretamente.
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Capítulo 11: La Traición de Laura
La semana transcurrió con una calma aparente, pero Mía no podía sacudirse la sensación de incomodidad que Laura había dejado a su paso. Las palabras y las miradas de Laura aún resonaban en su mente, creando un eco de inseguridad que no podía ignorar. Sin embargo, decidió no mencionarlo a Cristian. Quería confiar en él y no permitir que sus propias dudas minaran su relación.Un sábado por la mañana, mientras Mía preparaba el desayuno, su teléfono vibró con un mensaje. Era de Cristian: "Voy a llegar tarde esta noche, tengo una reunión importante en el trabajo. Nos vemos después. Te amo". Mía sonrió y respondió con un simple "Te amo también".Poco después, recibió una llamada inesperada. Era Laura. Mía dudó antes de contestar, pero finalmente descolgó. "Hola, Laura", dijo, tratando de sonar cordial."Hola, Mía. ¿Te gustaría tomar un café esta tarde? Me gustaría conocerte mejor", sugirió Laura con una voz sorprendentemente amigable.Mía vaciló, pero decidió darle una oportunidad. "Claro, nos vemos a las cinco en el café de la esquina", respondió.A las cinco en punto, Mía llegó al café y vio a Laura sentada en una mesa cerca de la ventana. Se acercó y se sentó, sonriendo cortésmente. "Hola, Laura"."Hola, Mía. Gracias por venir", respondió Laura con una sonrisa. "Quería hablar contigo sobre algo importante".Mía la miró, sintiendo una ligera tensión. "¿Sobre qué quieres hablar?""Es sobre Cristian", comenzó Laura, inclinándose hacia delante. "Sé que no es mi lugar, pero hay algo que debes saber".Mía frunció el ceño, sintiéndose cada vez más incómoda. "¿Qué quieres decir?"Laura tomó un sorbo de su café antes de continuar. "No quería decírtelo, pero siento que es mi deber como amiga. He visto a Cristian con otra mujer".El corazón de Mía se hundió. "¿Qué? ¿Qué estás diciendo?""Lo vi anoche en un restaurante, cenando con una mujer muy atractiva. Estaban muy cercanos, parecía más que una simple cena de negocios", explicó Laura, con un tono de voz que pretendía ser de preocupación.Mía sintió un nudo en el estómago. "¿Estás segura? Cristian me dijo que tenía una reunión de trabajo"."Lo siento, Mía. No quería hacerte daño, pero pensé que debías saberlo", dijo Laura, colocando una mano sobre la de Mía en un gesto de falsa simpatía.Mía retiró su mano bruscamente, su mente llena de confusión y dolor. "Gracias por decírmelo", dijo en voz baja, levantándose rápidamente. "Necesito irme".Laura la observó marcharse, una sonrisa de satisfacción curvando sus labios. Sabía que había plantado la semilla de la duda, y ahora solo era cuestión de tiempo antes de que germinara.Mía caminó sin rumbo por las calles de la ciudad, su mente un torbellino de pensamientos. ¿Podría ser cierto lo que decía Laura? ¿Cristian realmente la estaba engañando? Quería creer que no, pero la inseguridad se había instalado en su corazón.Finalmente, decidió confrontar a Cristian. No podía seguir viviendo con esa duda. Al llegar a casa, encontró a Cristian en la cocina, preparándose una taza de café. Él la miró y sonrió, pero su sonrisa se desvaneció al ver la expresión en el rostro de Mía."¿Qué pasa, amor?", preguntó, preocupado."Necesito hablar contigo", dijo Mía, tratando de mantener la calma. "Laura me dijo algo hoy, y necesito que me digas la verdad".Cristian frunció el ceño. "¿Qué te dijo Laura?""Me dijo que te vio anoche con otra mujer en un restaurante. ¿Es eso cierto?", preguntó Mía, su voz temblando.Cristian la miró, su expresión cambiando de preocupación a incredulidad. "¿Qué? No, Mía. Eso no es cierto. Anoche estaba en la oficina, trabajando hasta tarde"."¿Estás seguro?", insistió Mía, sus ojos llenos de lágrimas. "Laura parecía muy convincente".Cristian se acercó a ella y la abrazó, tratando de calmarla. "Mía, te prometo que no hay ninguna otra mujer. Laura está mintiendo. No sé por qué lo haría, pero te juro que te amo y solo a ti".Mía se aferró a él, sintiendo el calor y la sinceridad en su abrazo. Quería creerle, pero la duda sembrada por Laura seguía ahí, envenenando su mente."¿Por qué mentiría Laura?", murmuró Mía contra su pecho."No lo sé", respondió Cristian, acariciando su cabello. "Pero confía en mí, Mía. No haría nada para lastimarte. Te amo más de lo que puedo expresar".Mía lo miró a los ojos, buscando la verdad en su mirada. Finalmente, asintió lentamente, decidiendo darle el beneficio de la duda. "Te creo, Cristian. Pero no quiero que Laura se interponga entre nosotros"."Te prometo que no dejaré que eso suceda", dijo Cristian, besándola suavemente en los labios. "Superaremos esto juntos".Los días siguientes fueron difíciles. Aunque Mía trataba de mantener la confianza en Cristian, la sombra de las palabras de Laura seguía acechándola. Decidió hablar con algunos de los compañeros de trabajo de Cristian para confirmar su versión de la noche en cuestión.Habló con varios de ellos y todos confirmaron que Cristian había estado en la oficina hasta tarde, trabajando en un proyecto importante. Poco a poco, la duda comenzó a desvanecerse, reemplazada por una ira creciente hacia Laura por intentar sabotear su relación.Una tarde, mientras Mía estaba en casa, recibió una llamada de un número desconocido. Al contestar, escuchó la voz de Laura. "Hola, Mía. ¿Cómo estás?""Laura, ¿por qué me mentiste?", preguntó Mía directamente, sin molestarse en los saludos.Laura hizo una pausa antes de responder. "No sé de qué estás hablando"."Sabes exactamente de qué estoy hablando. Hablé con los compañeros de trabajo de Cristian, y todos confirmaron que estuvo en la oficina esa noche. ¿Por qué intentaste hacerme creer que me estaba engañando?", exigió Mía, su voz firme.Laura suspiró. "Solo intentaba protegerte, Mía. Pensé que merecías saberlo"."Protegerme de qué? ¿De un amor sincero y real? No necesito tu protección, Laura. Necesito que te alejes de nuestras vidas", respondió Mía, sintiendo cómo su confianza en sí misma volvía a medida que hablaba."Está bien, Mía. Si eso es lo que quieres", dijo Laura, su voz fría antes de colgar.Mía se quedó mirando el teléfono, sintiendo una mezcla de alivio y furia. Sabía que Laura había intentado manipularla, pero no permitiría que eso destruyera lo que tenía con Cristian.Esa noche, cuando Cristian llegó a casa, Mía lo abrazó con fuerza, sintiendo el amor y la seguridad que solo él podía darle. "Te amo, Cristian. Y no permitiré que nadie se interponga entre nosotros"."Te amo, Mía", respondió Cristian, besándola suavemente. "Y siempre estaré aquí para ti, sin importar lo que pase".Con el tiempo, la relación de Mía y Cristian se fortaleció aún más. Habían superado una prueba difícil y salido más unidos que nunca. Sabían que siempre habría desafíos, pero mientras estuvieran juntos, podían enfrentarlos todos.