En sus últimos momentos antes de morir en las manos del héroe del mundo, Sirius aquel que eligió ser un villano cae en conciencia de sus acciones y se arrepiente de todo el mal que ha causado en especial a los que un día fueron sus seres queridos. Solo al enfrentar la muerte entiende lo lamentable que fue el camino que eligió y con sus últimas fuerzas pidió a los cielos por que le dieran una nueva oportunidad. Sin saber que era escuchado por alguien en las alturas que le otorgó tal milagro.
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Capítulo 11: El malvado (1)
Ante las palabras de Sirius, aquel tipo que lideraba el grupo hizo una mueca de desagrado, sus ojos se inyectaban de sangre cada vez que miraba el villano. Pero no era por la situación actual de hecho este hombre tenía un juramento de venganza hacia Sirius.
-Yo Julián Dusy, no puedo permití qué te quedes impune después de herir a mi amigo, si no te borró esa sonrisa no merezco vivir - Dijo si miedo
-Yo Saul lum tampoco puedo dejarte impune - Canto otro
-Ni yo Mil Fon te perdonó la cobardía de atacarme - Dijo el tipo con la mano rota
Sirius les lanzó una carcajada abriendo sus brazos ante ellos.
-Vengan si quieren entregar sus vidas no me importa, los tontos solo saben multiplicarse - Respondió en tono retador - ¿Vendrán los 3 acaso? Ya que me acusan de cobardía supongo que es justo que me ataquen los 3 al mismo tiempo, no condenó, no condenó je, je, je... De hecho es su mejor oportunidad
Los tres apretaron los dientes hasta hacerlos rechinar. Si no estuvieran rodeados de gente atacarían juntos para hacer pedazos a Sirius.
-Los rumores sobre ti se quedan cortos Sirius Palacios, eres una persona malvada y depravada- Dijo Julián liberando su aura azul
-Los débiles llaman malvado a todo con lo que no me pueden lidiar, me acusas de un corazón corrompido, ¿Cómo puedes conocerme mejor que yo mismo? - Pregunto Sirius burlándose y provocando
-¿No me reconoces? - Pregunto Julián encarando
Ante su pregunta Sirius no pudo evitar levantar la ceja confundida. No recordaba haberse mezclado con un tipo tan patético como ese, aunque tenía sentido no recordar, ya que para él todos esos sucesos y personas habían pasado hace muchos años.
-No recuerdo, muchos rostros son iguales en mi mente, no tienen un impacto real para que los recuerde - Negó alzando los hombros
-¡Bastardo! - Aulló Julián -Acaso ya olvidaste como hace unos meses, tu irrumpiste en el negocio de mi familia para coquetear con mi hermana y al esta negar tu mano la insultaste y humillaste en frente de todos-Acusó
Sirius no sabía nada de eso, pero si recordaba que en esos tipos su yo pasado era bastante amante de las flores. Suspiro ante ese recuerdo vergonzoso, sin duda era un chico depravado.
-No contento con arruinar la reputación de mi pobre hermana, mandaste a tu gente a destruir nuestro local por pura diversión y cuando te rete a un duelo por nuestro honor solo huiste como un cobarde - Siguió acusando Julián
El público miraba todo esto y no podían evitar murmurar insultos hacia Sirius, en un momento todos parecían volverse su contra. Exceptuando a su joven prometida que miraba con pena todo esto, dudando si intervenir y ayudar.
-Vaya historia trágica je, je, je, pero ¿Y qué? - Pregunto Sirius sonriendo sin sentirse incomodó ante la atmósfera
-Todos aquí saben que eres una basura cobarde y pequeña si no fuera por tu familia hace mucho que estuvieras encarcelado o peor - Comentó Julian
-No te recuerdo chico, ni a ti ni a tu hermana, solo reservo memoria para gente importante
-Maldito - Se acercó el tipo con la mano herida, Mil se llamaba - No te permitió que hables de ella como si fuera poca cosa
-He, he, he ¿Eres otro hermano que busca el honor de su hermana?
-Soy su novio - Declaró - Sí yo hubiera estado ahí en ese momento no te hubiera dejado dañarla
-El chico de papel habla como si fuera de bronce, que hubieras podido hacer con ese cuerpo tan débil frente a mí-Se burló Sirius
-Jaaa solo porque me atacaste de manera cobarde sin dejarme invocar mi aura lograste dañarme - Se defendió Mil, ignorando el hecho de que él había atacado por la espalda
-Cierto - Dijo Julián - Los cobardes como tú que solo huyen ante los problemas suelen atacar de forma nocturna
-Y entonces ¿Qué harán? - Preguntó en reto Sirius - Debo decirles que no me importa vencerlos a los 3 al mismo tiempo... Solo así limpiaré mi nombre de los muchos “Cobardes" que han usado para mancharme
El grupo no se movió solo observo al villano, Sirius al ver sus dudas miro al chico del grupo que no había hablado hasta ahora.
-Y tú ¿También tienes algo en mi contra? Ahora me dirás que la chica que ofendí era tu amante pasajero je, je, je
Ante aquel insulto los tres liberaron sus auras estas causaron cierta opresión en la gente expectante.
Parecía que en cualquier momento se lanzarían en contra de Sirius y muchos ahí presentes de hecho querían que lo hicieran, que le dieran una paliza a aquel chico arrogante.
Rebecca estaba preocupada, lo único que se le ocurrió fue en correr por Anton para pedir que ayudara a su prometido. Anton estaba en un combate en eso momentos. Después de que se supo que se podía pelear más de una vez, muchos ya habían comenzado a querer ganar puntos.
Lo que nadie esperaba es lo que diría Julián, después de todo estaba en todo su derecho de castigar al malhechor aunque fuera en grupo.
-No soy ruin como tu Sirius, pelear en grupo sería algo cobarde, solo propio de los de mala calaña como lo comprenderás por eso... - Julian miro al cielo y exclamó - ¡Yo Julián Dusy reto a Sirius Palacios a un duelo!
Sirius le sonrió en sus ojos hubo un destello malicioso.
-Con humildad acepto - Dijo con sarcasmo
-Que así sea - Dijo la voz en el cielo
Una nueva plataforma pareció para ellos, ya que las que habían ya estaban ocupadas. Los dos subieron.
-Antes de comenzar la pelea quiero proponer algo - Dijo Julián
-¿Y qué sería eso? - Pregunto Sirius
-Hagamos una apuesta en dónde el perdedor tendrá que cumplir la petición del vencedor - Explicó
Sirius rasco su ojo sin darle importancia a las palabras de su oponente.
-Sí, si acepto ¿Qué quieres que haga? ¿Qué me disculpe contigo y tu hermana de rodillas?
-Ja, ja ¿Quién no conoce tu corazón? Pedirte una disculpa es cosa inútil, pues aunque te humille ahora, no corregiré tu retorcida alma, no quiero nada de eso
-Muy cierto, muy cierto, árbol qué nace torcido jamás su rama endereza - Bromeó Sirius- ¿Y qué es lo que quieres?
-Que abandones la academia
Al escuchar las palabras Sirius hizo una mueca de molestia, odiaba el tono de sus palabras, y al ver la cara confiada de su oponente no pudo evitar mostrarse interesado.
-Sea como quieres niño, pero que sea igual el castigo para ambos, si pierdes te largas y no vuelves
Ambos se sonrieron con arrogancia y se prepararon para el combate.