El Piloto

—Me gusta Cristina, y no me importa si hay dote o no, pero no puedo controlar lo que piensen los demás... Si la gente sabe que la familia Castillo es demasiado mezquina para dar una dote, dañará la reputación del Señor Castillo.

Luego de escuchar a Edwin, Carlos tuvo que estar de acuerdo. con la presión que mi tía él hizo todo lo posible para que entendieras que el único que iba a quedar mal era el Señor Carlos.incio con el papeleo para el contrato de transferencia de acciones.

Tras escribir el nombre de Cristina en el contrato, Carlos se sintió mareado e inventó una excusa para abandonar el salón con su esposa y Mariana.

Edwin escaneó el documento y no encontró nada malo, se acercó son de Cristina y se lo entrego En sus brazos.

—Guárdalo. Es en lo que confiarás en el futuro.

—¿Por qué me has dado un documento tan... tan importante?

Ahora está un poco confundida, hace poco ella creía que la odiaba Así que cuestionó el porque la estaba ayudando.

— Estás acciones de la familia Castillo no son

nada para mí, recuerda esto es en lo unico que puedes confiar.

En la oficina de Carlos, aquellas tres personas estaban de mal humor.

En cuanto Carlos salió, su esposa le agarró la ropa.

— ¿Qué quieres decir? ¿Cómo puedes darle acciones a Cristina a cambio de nada? ¿En qué puede confiar Mariana en el futuro?

— ¡Qué puedo hacer! Edwin me ha obligado a ese sake. ¿Aún puedo negarme? Supongamos que la gente sabe que Cristina sustituyó a su hermana para casarse con Edwin sin dote. En ese caso, la reputación del Grupo Castillo se verá arruinada, y también será difícil para Mariana encontrar a su futuro marido.

Al oír estas palabras, su esposa no dijo nada más pues al saber que si no le daban las acciones Cristina la única que podría salir más afectada sería Su hija le cogió más rabia a esa mujer, sin duda era la culpable de todas sus desgracias. primero había sido su mamá al meterse en la vida de su esposo y ahora era ella quitándole lo que le pertenece a su hija.

el Señor Carlos al darse cuenta de que su hija Mariana ya no se encontraba ahí se le hizo muy extraño, pero no le prestó atención a eso porque sabía que en ese momento ella se encontraba histéricas y de mal humor por lo que acaba de suceder. Se dirigió a la sala para encontrarse con sus invitados pero allí solo se encontraba Cristina.

- ¿En dónde está Edwin?.

- Salió a ver el jardín, se ha enterado de que el jardín de aquí es hermoso Así que salió para conocer un poco las flores. Salió en busca de diversión.

Cristina se agarró un poco sus tropas y Mirando fijamente a su padre le dijo que tenía que preguntarle algo, Aunque para el señor ella no era su hija más adorada tenía que fingir frente a los demás pero en ese momento es bueno se encontraba ahí pero en cualquier momento podía volver así que accedió a lo que ella quería.

—¿Por qué me tendiste una trampa?

Sus ojos eran tan claros como un lago, expresando sin pudor sus gustos y disgustos.

Carlos se sintió avergonzado y molesto por la mirada de Cristina.

—¿Una trampa? Es demasiado exagerado. Edwin es una excelente persona, y muchas damas del Fuerte no pueden casarse con él. Deberías alegrarte de que te arregle este matrimonio.

—Un matrimonio tan bueno. ¿Por qué no se lo arreglaste a Mariana? ¡Fue ella la que se

comprometió con él antes!

Cristina no pude evitar alzar la voz en el momento que hablar con su padre tenía tanta rabia de que la hubiera engañado y llevado con mentiras a ese lugar. su padre Carlos al ver qué su hija le hablaba de esa manera no puedo evitar lucirlo ya que era una niña tan sumisa antes pero ahora Estaba sacando Las garras.

— ¿Cómo puede casarse mi hija con un hombre en estado vegetativo?.