Todos Los Reinos (Colección Hurmaya)

Huimang es la hija menor de los reyes Georgeus y Krasa, quienes la creyeron muerta luego de su nacimiento; vivió por mucho tiempo como la hija adoptiva de unos pobladores del reino de Pallango.

El rey de los Senmorta ordenó su secuestro e intercambio de cuerpos con una bebé muerta para robar su herencia mágica; sin embargo, desconoce quien lo traicionó, haciendo que la niña termine lejos de su alcance con los poderes bloqueados y con un escudo invisible de protección que esta interrelacionado con su hermano Josag.

Por azares del destino, terminó conociendo al príncipe Khwan, hijo menor del rey de Pallango e involucrada en un matrimonio para salvar su vida, pero que se convirtió en su más grande amor; y, que le dió el título de reina de Pallango.

Huimang es una linda joven, tiene veinte años, un largo cabello negro, ojos grises, su mirada traspasar el alma, lo que ha vivido en estos años le ha dado una expresión seria, pero su corazón esta lleno de nobleza. Su sonrisa se dibuja cristalina, ante su pequeño hijo de tres meses, que ilumina su rostro de felicidad. Tiene el poder de controlar los vientos, truenos y relámpagos.

...Huimang...

Khwan es un atractivo hombre de veintisiete años, tiene unos profundos ojos negros, su mirada es inquisidora, aunque tenga un aspecto rudo tiene un corazón generoso, ama a su familia profundamente.

Ha pasado por situaciones extremad y lleva como carga, de que sus ancestros fueron quienes fueron expulsaron a los Senmorta fuera de Hurmaya; y el rey de estos ha querido arrasar de la faz del mundo todo rastro de bondad en la familia real de Pallango, para convertirlos en unos monstruos como ellos.

...Khwan...

Los reyes de Pallango llevan consigo, a su pequeño hijo, el príncipe Georgeus de Pallango, están por llegar a Fontana, donde pasarán la noche, para partir junto con el rey Fortem rumbo a Susumira para la coronación de Majic y Josag; ambos se dan un tierno beso, para luego contemplar a su pequeño.

Se han asegurado de llevar consigo un par de niñeras que los van siguiendo en otro carruaje, una de ellas siente su corazón latir con fuerza, no ha estado en Fontana, hace muchos años, creció en aquellas tierras, piso aquel palacio donde ahora se están adentrando, su cuerpo tiembla, la culpa la invade, una lágrima surca su mejilla, y ella rápidamente la seca; decidió tomar ese tránsito para llegar a Susumira mañana, necesita pedir perdón al rey de Fontana, antes de adentrarse a pagar sus culpas.

- "Te agradezco que confiaras en mí", dijo Khwan acariciando la mano de Huimang.

- "No sé lo que esté pasando, y porque traes a esa mujer con nosotros, para que sea la niñera de nuestro hijo, pero dijiste que tenías una deuda que retribuirle a la princesa Majic, y que esa era tu forma de hacerlo. Le debo a la esposa de mi hermano, tenerte de vuelta y si podemos hacer algo por ella, no me negaría", expresó Huimang con cariño.

- "Te aseguro que te diré quien es, y tomarás la decisión que debas, pero primero ella debe hablar con el rey Fortem, aceptaré lo que tú decidas con respecto a esa mujer", manifestó Khwan, sabe que aunque haya sido sin intención, ella abrió las puertas que desataron la desgracia que dejó huérfanos a los príncipes de Fontana.

Cuando llegan a Fontana, el canciller de Buenas Relaciones les recibe, disculpa al rey que está firmando los últimos documentos antes de partir a Susumira, y los invita a ingresar, una vez en el gran salón, el rey Fortem sale a saludarlos.

Hay un efusivo abrazo entre ellos, toma a su sobrino en brazos, es tan pequeño y tierno, que solo puede inspirar amor, cuando le devuelve el pequeño a su hermana, nota la presencia de las niñeras.

Fija su mirada en una de ellas, no luce como la recuerda, pero después de anular completamente los hechizos en él, puede reconocer la esencia de las personas; y esa mujer es una demonio de fuego, que extrañamente ahora si tiene poderes y la mira con la misma seriedad que cuando bebé al tenerla cerca por el miedo que le inspiraba. Aquella mujer baja la mirada, sabe que la ha reconocido el rey de Fontana, quien no se explica cómo se encuentra viva.

De algo estaba seguro Fortem, y era del recuerdo vivo de Majic de ver a su madre muerta, pero ahora ante él, la reina Karoly de Susumira se mostraba en frente, con otro rostro, pero la misma persona.

- "Sé que fue un atrevimiento de mi parte. Suelo ruego que hables con ella, lo hice por la princesa Majic, a pesar de todo ella es su madre", manifestó Khwan.

Fortem se acercó a Lady Karoly, y extendió su brazo señalando hacia la dirección que los llevaría al despacho real.

- "Supongo que aún recuerda dónde se encuentra el despacho real, vino muchas veces a este palacio", expresó Fortem sin expresión en el rostro.

Cuando ambos ingresaron al despacho, Fortem cerró la puerta detrás de él, se dirigió hacia la ventana y se quedó ahí dándole la espalda a la reina Karoly.

- "Sé que es muy tarde, y que el dolor ha sido demasiado grande y hondo, pero necesito pedir perdón, lo siento mucho, Su Majestad, lo siento mucho", dijo Karoly con corazón sincero.

- "Mis padres siempre la recibieron con los brazos abiertos, no me pida que haga lo mismo, a los dieciséis años me arrebataron a mi familia feliz, yo tenía los mejores padres del mundo, Fontana tenía los mejores reyes de toda la Comunidad, y una noche todo se perdió, por un hechizo de una bruja que usted metió en el castillo de Susumira, que durmió los poderes mágicos de su propia hija, y puso fuera de control el instinto asesino del rey. Majic, Josag y yo, hemos vivido un infierno, por la decisión que usted tomó hace trece años. Yo no tengo el poder del amor de Majic, ni el noble corazón de mi hermano; pero sí sé lo que se siente pagar por los errores que cometemos; no sé que ha hecho todos estos casi once años que lleva desaparecida, no sabe cuánto su hija la necesito, no sabe a merced de que estuvo, no sabe cuánto la han lastimado, yo mismo la he lastimado, y ahora que sus heridas se están curando, ahora que su vida está empezando a brillar, usted aparece, ¿traerá consigo más desgracia?", inquirió Fortem sin poder evitarlo y volteando a mirarla.

- "He vivido mi propio infierno, y lo viviría una y otra vez, si con eso hubiese evitado su dolor, perdí a mis mejores amigos, no pude ver crecer a mi hija; mi padre, mi hermano, su familia, murieron por mi casa. Pero si regresé es porque esos monstruos se están preparando para atacar a Hurmaya, la guerra y la desolación que viviste se repetirá de una manera intensa aún, nadie está a salvo; vine para encontrar la manera de que todos juntos protejamos a Hurmaya, me tomó mucho sufrimiento aprender que hay cosas que no se resuelven con nuestras propias fuerzas. Esos Senmorta vienen por Majic, vienen por la reina Huimang, esa hermana que apareció en tu vida y por la princesa Lycka; vienen para asesinarlas y tomar sus poderes; para luego esclavizar todo Hurmaya. Su Majestad, perdone mi atrevimiento, pero ayúdeme a protegerlas, se lo ruego", expresó Karoly poniéndose de rodillas.

Fortem miró absorto la escena, podía sentir que el peligro era real, cuánto tiempo tenían antes del ataque, qué poderes tienen estos seres, porque están haciendo todo esto. No iba a perder todo lo que amaba, está vez no iba a permitir que los tomaran por sorpresa. Está vez al precio que sea, se debía destruir a todos los Senmorta.

En tierras lejanas, los Senmorta cuentan las horas para que su príncipe abra los ojos, y empiece pronto las acciones que los lleven a tomar el control de todos los reinos de todo Hurmaya.

La reina de los Senmorta, Bosszú, ha desempeñado por años el papel de una reina malvada, fría y calculadora; ha tenido que aplicar una estrategia de supervivencia; ha esperado quedarse sola, para tomar la mano de su hijo, le ruega que encuentre bondad en su corazón, su mayor miedo es que se llegue a convertir en la copia exacta de su padre, ha pasado años tratando de proteger a su primera hija, aquella que llegó a ser reina de Susumira, y es la madre del único ser mágico capaz de conectar las piezas para destruir a los Senmorta, si logra separar su corazón de su mente, algo muy difícil para una maga de luz blanca.

- "Te amo, mi pequeño. Pero el camino de tu padre es muerte y desolación, sé que será el primer instinto que sigas, pero por favor busca en tu corazón todo el amor que te di, escucha cuando la magia del amor quiera salvarte, si no tomas esa oportunidad, la muerte será tu único destino y mi vida se irá contigo, cariño mío", expresó Bosszú con ternura.

- "Vaya, esa realmente eres tú", dijo la princesa Ivetee acercándose lentamente.

Bosszú tragó saliva, había mandado a un destierro infernal hace muchos años, a la hermana de su esposo y rey de los Senmorta; para proteger de la muerte y desolación a su hija, algo que solo retrasó.

- "No te preocupes Bosszú, no le voy a decir la verdad a mi hermano, porque mi venganza será donde más te duele, repitiendo la pesadilla de tu hija", dijo Ivetee con una sonrisa malévola y volviéndose mucho más joven.

- "Acaba conmigo, mátame no me voy a defender, pero deja a mi hija en paz", rogó Bosszú.

- "Haré a qué tu hija le duela el alma y el espíritu, cuando su propia hija repita la historia. Le voy a arrebatar a tu nieta, el amor de su vida, y yo no me voy a equivocar como Lapurra, porque estuve en el infierno y salí de el. Arderá Hurmaya, todo será nuestro, pero antes destruiré el corazón de la próxima reina de Susumira", expresó Ivetee para luego desaparecer dejando un rastro de magia siniestra.

Bosszú sabía que tenía que moverse con cuidado, ahora con Ivetee de regreso, su fachada se podría venir abajo en cualquier momento, solo rogaba que el amor de Majic y Josag fuera lo suficientemente fuerte, ante el ataque frontal de la más sanguinaria de los Senmorta.