10 años han pasado en la familia YANKELEVICH, se vivía una paz y cada vez eran menos sus enemigos. El control lo tenían, la seguridad era mucho mejor que en años pasados, habían aprendido de sus errores.
Hasta que uno de los 4 principales maestros murió, junto con el dolor de su pérdida, llegaron nuevos enemigos; algunos aliados empezaron a darles la espada, a querer el poder que el maestro había dejado libre.
Hijos, nietos y bisnietos tendrán que estar más unidos que nunca para poder mantener a la familia a salvo; pero en medio del caos, de su desgracia y del dolor, nuevos amores, nuevas pasiones, nuevas intrigas, nuevos aliados surgirán.
¿Qué pasará cuando el último de los 4 maestros muera?
¿La familia YANKELEVICH, podrá mantenerse a salvo?
¿Podrán mantener esa unión que los cuatro maestros inculcaron en ellos?
¿Podrán manter el poder que los cuatro maestros les dejaron de herencia?
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CAPÍTULO 02 Recuerdo de Xiao y Nain
Nain se sorprende al escuchar la exclamación de placer que hizo Xiao, alterado, se separa de ella, se lleva la mano derecha a su boca y empieza a limpiarse la boca; respiraba agitado, no dejaba de verla, la había dejado en una posición lasciva y eso solo hacía que su hombría reaccionara.
Terminó dándole la espalda, alterado, le dice. — ¡Joven maestra! Esto…
Esto no está nada bien, no puede volver a repetirse algo así. Se imagina si su padre o uno de sus tíos nos hubiera visto, yo estaría en problemas, por favor, será mejor que se retire.
Xiao se pone de pie, se acomoda el vestido, limpia un poco su boca, se acerca a él, toma su mano y seductoramente le dice. — Nain, yo sabía que te gustaba y ese beso me lo acaba de demostrar.
La verdad pensé que me ibas a rechazar y no te sientas mal. Lo que pasó no es algo inapropiado, porque los dos lo queríamos, pero ya hablaremos.
Nain, yo vine a buscarte porque deseaba bailar una pieza contigo. Hoy cumplo 15 años y lo único que he pensado toda la noche, es que deseaba bailar contigo, estar a tu lado; por favor, solo una pieza, no seas malo.
Nain no pudo negarse, terminó poniendo una pieza de música clásica, se acercó a ella, puso sus manos en su cintura y empezaron a bailar; ella puso su cabeza en su pecho, escuchaba su corazón y su respiración agitada, se sentía tranquila de estar así con él.
Terminaron bailando tres piezas largas, Nain se separa de ella y con una seriedad le dice. — ¡Joven maestra! Será mejor que regrese a su fiesta, su familia debe de estar buscándola, no está bien que esté aquí sola conmigo y lo que pasó no debe volver a pasar, no está bien, no me obligue a poner distancia.
Xiao se le queda mirando a los ojos, insegura le dice. — No entiendo.
Nain tú correspondiste a mi beso. Pude sentir que te gustó, ¿qué tiene de malo, que nosotros empecemos algo? Es cierto que eres más grande de edad que yo, pero, qué importa nuestra edad. Mira a la tía NEYLANE y el tío JEAN, son felices, formaron una hermosa familia.
También está la pequeña Neylane y el tío Andrés, son felices, por qué tú no puedes tomarme en cuenta, podríamos terminar como ellos, felices.
Nain se puso serio y de manera seca le dice. — Eres solo una niña, no sabe lo que quiere. Cuando el tiempo pase, te darás cuenta de que esto no es lo que tú crees.
Por favor, será mejor que te retires. Ve a disfrutar con tu familia, con tus amigos, estoy seguro de que ahí puedes encontrar a un joven de tu edad, a quien moleste.
Xiao molesta, termina dándole una bofetada, enfurecida, le grita. — ¡Nain! Eres un tonto, como puedes decirme semejante tontería, cuando te estoy declarando mi amor; te vas a arrepentir, no tenías que ser tan duro para rechazarme y menos burlarte de mí, como si no supiera conocer mis sentimientos.
Ella baja de la torre, estaba llorando, triste, por lo que Nain le había dicho; al salir de la torre, corre a los brazos de Adal, que estaba recargado en el carro esperándola, estaba enfrente de la puerta.
Adal al verla tan triste y llorando, la abraza cubriendo su rostro, para que nadie de los que estaban con Nain la viera; tranquilo y a la vez amenazante les dice. — Ustedes, será mejor que no le digan a nadie que nosotros estuvimos aquí. Mi tío Adonis se molestaría si escucha algo como esto y no creo que lo quieran hacer enojar.
Los trabajadores no querían saber si lo que decían era verdad, solo subieron a la torre en silencio. Nadie comentó nada, solo se pusieron a trabajar con Nain; pero él no estaba tranquilo, quería saber cómo estaba ella, sentía que había sido muy duro con sus palabras.
Nain solo esperaba que terminara la noche para que llegara alguien a tomar su lugar con la seguridad, pero como cosa de chiste parecía que nadie se acordaba de ir. Ya eran las 10 a. m. y ni siquiera le habían llevado el desayuno a ninguno de los que estaban ahí.
Por momentos pensaba que era porque la fiesta se alargó, pero tampoco entendía por qué no les habían llevado de comer y, a las 11 a. m., por fin llegaron Nashira y Adriel.
Adriel llegó intenso, no le importó quién estaba ahí, molesto empezó a decir. — ¡Nain! ¿Por qué eres tan malo? ¿Cómo puedes hacer llorar a una señorita tan hermosa como Xiao? Realmente no te entiendo.
Nain se puso nervioso, no podía creer que Xiao les dijera lo que había pasado ahí, nervioso le dice. — No es lo que ustedes creen, yo no quise faltarle el respeto, pero ella me sorprendió y no pude controlarme. Es hermosa, debes de entenderme, pero ya le aclaré que no puede volver a pasar.
¿El maestro Adonis lo sabe? ¿Ella le dijo lo que pasó? Esto no me puede estar pasando, tengo que ir a buscar al maestro y explicarle.
Nain iba a salir corriendo a buscar a Adonis, cuando Nashira se le para enfrente y curiosa le dice. — Espera, tú no te vas de aquí, vas a tener que explicar eso que dijiste.
Nain se puso nervioso y se hizo un silencio. Nashira les hizo una señal a los que estaban en la vigilancia con él, les indicó que salieran.
Cuando quedaron solos, Adriel le exige que empiece a hablar, pero solo se hizo un silencio. Nain no se atrevía a hablar, a decir en voz alta lo que había pasado.
Adriel se le queda mirando y, al verlo tan nervioso, mordiendo su labio inferior, sorprendido, dice. — ¡Hay, no! ¡Nain! No puedo creerlo de ti, acaso, ¿tú tuviste relaciones con Xiao? Es la única explicación que encuentro para que ella estuviera así de triste, llorando.
Porque eso de que ella vino a invitarte a la fiesta y tú la corrieras, le dijeras que no podías. La verdad no me la creo, no era para que se pusiera así de triste.
Nain alterado le grita. — ¿Cómo puedes creer que yo haría algo así? Yo nunca le faltaría el respeto a la joven maestra, ustedes tienen una mente demasiado pervertida.
Nashira le sonríe con malicia y exigente le dice. — Nain, ¿qué fue lo que pasó con ustedes? ¿Por qué Xiao salió llorando de aquí?
Nain no se dio cuenta de que ella se había ido llorando, preocupado, dice. — ¿Cómo que Xiao estuvo llorando? Díganme, ¿dónde está? Necesito hablar con ella.
Nashira con malicia le dice. — Dime, ¿qué pasó? Si no me lo dices, te prometo que voy a ir a contárselo a mi tío Adonis, ya veremos que hace él para sacarte la verdad.
Nain nervioso le dice. — nosotros nos besamos anoche y sé que estuvo mal, nunca debí hacerlo.
Por favor, maestra, no piense mal. Yo respeto a Xiao, la verdad no sé qué me pasó; si usted lo quiere, me mantendré alejado de ella, para que algo así no vuelva a pasar.
Nashira hace una mueca con su boca de desagrado, seria le dice. —Qué tonto eres, Nain, no puedo creer que digas algo así. Ella es una joven hermosa, dulce y está enamorada de ti.
¿Qué tiene de malo? Solo tenías que haber aceptado ese cariño, porque, aunque sé que no lo vas a aceptar, estoy segura de que tú también sientes algo por ella, si no fuera así, no la hubieras besado.
Nain desvía su mirada e inseguro le dice. —Por favor, ¿me dejaría ir a hablar con Xiao? Yo no quise lastimarla anoche, no quiero verla sufrir.
Adriel se empezó a reír y divertido le dijo. — ¡Hay, Nain! Qué tonto eres y qué lástima que no aceptes tus sentimientos; pero bueno, si te gusta sufrir uno no puede hacer nada.
No vas a poder hablar con ella, a las 5 a. m. se fue a Rusia para seguir con su libro y, por lo que dijo, creo que no va a volver pronto.
Nashira seria dice. — También le dijo a mi tío Adonis y a mi papá, que no quería que tú la acompañaras, de aquí en adelante será la gente de mi tío Adonis quienes la van a acompañar.
Nain, realmente no entendía lo que había pasado. Realmente con quien hablé anoche fue con Adal, que no entendía por qué Xiao estaba triste y llorando, me hizo unas preguntas, que me sorprendieron.
Pero anoche Xiao no quiso hablar con nadie. Después de venir aquí, dijo que se sentía cansada y se fue a dormir; no dio oportunidad de hablar con nadie, pero se me hizo raro, con lo que me dijo Adal y esa salida tan rápida de la isla, como huyendo de algo, me llamó la curiosidad, por eso vine a saber lo que había pasado.
Adriel golpea su cabeza y molesto le dice. — ¡Qué tonto eres! Si yo estuviera en tu lugar, me la hubiera comido completa, la hubiera hecho mi mujer, esa jovencita que quiere estar en tus brazos, pero claro, tú ni siquiera puedes aceptar lo que se te nota.
¡Sí, Nain! Se mira lo que quieres a Xiao y ese beso que le diste solo habla de lo que te estoy diciendo. Qué molesto estoy, mejor termina de irte, que Nashira y yo nos haremos cargo de mantener a todos a salvo.
Nashira al verlo cruzar la puerta, divertida, le grita. — ¡Nain! Mi tío Adonis te espera en el manantial, dijo que fueras, que quiere hablar contigo.
Nain no se detuvo a preguntarle nada, bajó los escalones a toda prisa y, cuando estuvo en la camioneta, tomó su celular para marcarle a Xiao; timbró tres veces y cuando creyó que no iba a contestar, escucha la voz de Adonis que le dice. — Nain, mi hija no va a poder contestarte en este momento, decidí cambiarle mi celular por el de ella.
Ayer un tonto me la hizo llorar, pero deja que sepa quién fue quien me la puso triste y va a ver, la de golpes que le voy a dar; dejando eso de lado será mejor que vengas, te estoy esperando aquí en el manantial.
Nain cortó la llamada y puso en marcha el carro. Estaba nervioso, no sabía por qué Adonis quería hablar con él; sí, tenía miedo, porque en esa isla y en el mundo entero, quien no conocía la maldad, crueldad de ese hombre.
Cuando llegó al manantial, lo encontró sentado en la piedra enorme que estaba a un lado del agua; junto a él estaban JEAN y Harry, que al verlo llegar los dos empezaron a reír. Eso, lo incómodo, lo hizo sentir nervioso, inseguro, no le gustaba nada que los tres maestros estuvieran ahí.
Adonis estaba serio, en el momento en que lo miró llegar le dijo. —Me tienes desilusionado, Nain, realmente pensé que eras un verdadero hombre, pero no, resultaste ser un intento de hombre.
JEAN, qué desilusión, la verdad, ¿qué demonios le enseñaste a este joven? Si yo tuviera su edad, le enseñaría un par de cosas o mejor, creo que te lo voy a pedir para entrenarlo, yo mismo, para mostrarle hacer las cosas bien.
Nain solo podía pensar en que él sabía lo que había pasado y que estaba molesto, que iba a querer desquitarse, aunque también pensaba que tenía derecho; inseguro, dice. —Maestro, por favor, discúlpeme. Entiendo que esté molesto y que estuvo mal lo que le hice a Xiao, no fue mi intención lastimarla.
Le prometo que no volveré a estar cerca de ella; aceptaré el castigo que desee darme, lo voy a entender.
Adonis sonríe con maldad y tratando de poner una voz seria, dice. Espera, Nain, ¿qué dijiste? ¿Cómo que lastimaste a mi princesa?
Harry tuvo que hacer de todo para no empezar a reírse. Miraba, al pobre joven temblando y eso era divertido, aunque escuchar que algo le hizo a Xiao fue algo que no se esperaba, serio dice. — Nain, creo que hablaste de más, ahora sí que tienes problemas.
JEAN con esa frialdad y seriedad dice. — Nain, ahora sí que me has desilusionado, nosotros te citamos aquí solo para hablarte del último ataque, de tus fallas y la forma tonta en que pusiste tu vida en peligro.
Adonis estuvo revisando el informe, estuvo viendo todo lo que hiciste mal y queríamos decirte que ibas a pasar unos meses al lado de Adonis para darte un entrenamiento; pero creo que nos acabamos de sorprender con lo que dijiste especialmente. Explícate, ¿cómo es eso que lastimaste a Xiao?
Nain se les quedó mirando sin saber qué decir, no quería decirles que la había besado o mejor dicho, no podía decirles la forma en que la tocó, en lo mucho que la deseaba como mujer, a pesar de ser la princesa de Adonis, uno de los hombres más peligrosos de ese mundo.
Adonis jugueteaba con el encendedor, lo prendía y lo apagaba, sí, lo estaba mirando con coraje, con frialdad; él sabía muy bien que Xiao había ido a verlo, porque le dio el permiso y sí, en la mañana que pasó a despedirse la miró triste, aunque le preguntó le dijo que era porque 0tuvo que levantarse temprano.
Xiao le pidió que Nain no fuera con ella, que no lo fuera a mandar a cuidarla, que mandara a su gente de confianza y ahora entendía por qué, lo que pensaba era que la había rechazado y eso sí lo hizo enojar.
Adonis no iba a dejar que nadie le partiera el corazón a su hija, que la lastimara de esa manera, antes lo quemaba parte por parte. Ya se lo imaginaba, quemándole los pies, las manos, sacándole los ojos, todo por haber ignorado a su hija; eso no pensaba perdonarle.
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Muchas gracias a todas espero que el capítulo les haya gustado ☺️
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