Latifa es una mujer dulce pero muy apasionada que conquistará el corazón del gran casanova, Sasha Boesten
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Invitación
Luego de la parrillada, no volví a ver a ese sexy rubio, por alguna extraña razón no podía dejar de pensar en sus bellos ojos y esa sonrisa de lado que lo hace lucir muy caliente.
Estoy en mi empleo atendiendo a unas clientas de esas que te encantaría cortarles la lengua porque parecen cacatúas, cuando la campanita de la entrada anuncia la llegada de un nuevo cliente.
- Ah! Mira, quiero llevarme este par de vestidos.
Vuelvo mi mirada a una de las cacatúas para observar los vestidos que me indican.
- Por supuesto señorita, ya se los empaco - dije tratando de sonar cordial.
Digo trato, pues han sido poco gentiles, este tipo de clientes vienen mucho a la tienda, se creen de lo mejor porque tienen dinero, pero como siempre he dicho; cuando morimos nada nos llevamos.
Veo a las cacatúas mirar justo detrás de mí entre sorprendidas y fascinadas, una de ellas habla casi en un murmullo.
- Jesús, que hombre más sexy.
Llámase instinto, llámese curiosidad o yo qué sé, volteé a ver de quién se trata. Y ahí está él, el bombón del rubio amigo de Akim.
- Hola lindura! - me saluda torciendo un poco la cabeza - averigüé dónde trabajas porque quería verte de nuevo e invitarte a cenar.
Solo oía a las dos cacatúas murmurar, lo que sea que estaban diciendo.
- Eeh... eeh... mmmm... bien, una cena - solo salían balbuceos de mi boca y el esboza la sonrisa más hermosa que vi.
- Solo tienes que decir que si, primor.
Vaya voz, es lo más candente que he escuchado, ''Por favor alguien llame a los bomberos que me estoy quemando'', este hombre no debería salir a la calle con esa sonrisa, puede causar algún accidente.
- Vale! Acepto ir a cenar contigo - dije un poco más segura y luego de tragar varias veces saliva.
- Entonces paso por ti al término de tu trabajo - se acerca y me toma por mis codos, acto seguido, me da un beso muy sensual en la mejilla que me hizo sentir como una liebre a punta de ser devorada - nos vemos más tarde preciosa.
Y así como llegó, así mismo salió dejándome pasmada por su acción, soy consciente de que un tipo como él solo va tras de una cosa, creo que es caprichoso.
- Mira niña! - me llamó aún más pedante una de las clientas a las que estoy atendiendo.
- ¿Dígame señora? - respondo volviendo mi atención nuevamente a ellas.
- Es que como te distrajiste no escuchaste cuando te pedí que empacaras también esta blusa y esos pantalones en talla 6 - señala a mi lado.
- Como guste, ya mismo lo hago.
Me dirijo a la caja para sumar a la compra de la horrible mujer, no es que sea fea, no, al contrario, es lo que llamarías toda una belleza, pero solo por fuera porque su arrogancia mata todo eso.
- Se cree mucho porque ese bombón la invitó a cenar - murmura con evidente envidia la pelinegra que acompaña a la rubia.
- Así son, hombres así solo buscan una cosa y estas tontas caen porque creen que van a cambiar su miserable vida de empleadas de tienda - habla esta vez la rubia.
Algo que siempre me caracterizó es mi buen oído, las chicas dicen que parezco un lobo por mi oído agudo.
- Son US$30.000 ¿lo pagan con tarjeta o en efectivo?
- Obvio que tarjeta - vuelve a responder la rubia cabeza hueca.
Hago el cobro y ese par se van de la tienda llevándose toda su mala energía. No entiendo cómo es que hay mujeres que critican a las demás solo por un hombre.