Sé que quizás, me precipite en aceptar casarme con él, pensé que lograría que llegara amarme, pero veo que no es así.
Es hora de acabar con esta falsa en la que la única que ama soy yo, pero mientras eso suceda me haré respetar.
_ quien te crees que eres. - grito Mónica.
_ no me creo soy, soy sophia Smith, esposa de William y la señora de esta casa, y si digo que te vas, te vas.- Le hablo sophia con orgullo._ recuerda que aquí solo eres la ex de mi esposo, y yo la señora, sal o te saco.
No piensen que soy una mujer débil, claro que no siempre he hecho hacer respetar, podre amar mucho a William, pero mi dignidad va primero.
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GRACIAS SEÑOR.
WILLIAM.
El día de hoy, ha estado un poco extraño, empezando porque me despierto con un pequeño cuerpo a mi lado, tenía claro que no era Mónica mi prometida, ella como siempre me dejo botado por tu carrera, la amo tanto que he tolerado esa situación por muchos años, pero ya me estoy cansando.
No sé quién era la mujer, pero su cuerpo desprendía un rico aroma a frambuesa, ese rico aroma despertó mi hombría. Ver sus lágrimas caer, me estremecieron quien era esta chica, porque ver sus lágrimas me hacían sentir el pecho comprimido, había olvidado que estaba desnudos y tal parece que a ella eso no le incomodaba.
(...)
William se alejó rápidamente de sophia, ella lo miraba con una mirada llena de felicidad y a la vez con tristeza.
_ que te ocurre.- le volvió a preguntar el mientras cubría su cuerpo con una bata.
_ no es nada, lo siento es que se parece a mi ángel.- mi ángel, se preguntó William por alguna razón, sentía que ya había escuchado eso en algún lugar.
_ no sé por qué estás aquí, pero es mejor que te vayas. - él le dio la espalda caminando hacia el baño. _ tomaré una ducha, cuando salga no te quiero ver aquí.-
Justo en ese momento la puerta fue tocada, él frunció el ceño, había pedido no ser molestado.
_ señor por favor no abra. - le suplico sophia.
_ porque no lo haría.- le dijo él un poco molesto.
_ es que me están buscando a mí, le juro que no hecho nada malo. - le dijo ella mientras se paraba entre el y la puerta.
_ porque te creería, has irrumpido en mi habitación, como una ladrona.
_ señor, por favor, haré lo que me pida, pero por favor no abra la puerta. - William la miró por un momento, en ella vio sinceridad.
_ Ve ha ocultarte en el baño.- ella asintió y corrió al baño.
(...)
SOPHIA.
Cuando era niña tenía sueños extraños, en mis sueños siempre aparecía un hermoso hombre de piel blanca, cabello negros y ojos café, del que no sé su nombre, al despertar los recuerdo del sueño se iban, quedando solo con el recuerdo del bello rostro de mi ángel. Eran simple sueño, eso pensaba, pero ahora está aquí muy cerca de mí, bueno aún no tengo la seguridad que sea él, lo cierto es que si se parecen mucho, lo que me está pasando hoy siento que ya lo he vivido.
(...)
William habló con las personas de seguridad, logrando que estos se fueran. Después tocó la puerta del baño para que sophia saliera.
_ gracias, señor.- le dijo sophia
_ nada de gracias, explícame por qué te están buscando. - le pregunto en un tono autoritario.
_ yo no hice nada malo, estaba comprando unos materiales para un trabajo de la universidad, me encontré con la estúpida de Ariana, la cual no me soporta y no sé con qué fin empezó a gritar que yo la iba a robar, simplemente corría y terminé llegando aquí.- sophia hablaba tan rápido, que William no lograba entender muy bien.
_ niña más despacio, no te estoy entendiendo, mejor deja así, más bien dime si sabes como vas a salir de aquí.
_ ¡wow!, por Dios no había pensado en eso, ahora que hago.- sophia caminaba de un lado a otro, se podía notar su desespero, William se sentó en la cama y la seguía con la mirada.
(...)
WILLIAM.
Esta chica me causa mucha intriga, siento que la conozco o por lo menos que la he visto en algún lado, es muy linda y a la vez muy sencilla, su vestimenta no es nada comparado con lo que suele usar Mónica, unos pantalones de mezclilla con una camiseta blanca y unos tenis, tu cabellera rubia recogida en una coleta y nada de maquillaje. Estoy tan acostumbrado a convivir con mujeres tan vanidosas que el ver a esta niña me llenaba de curiosidad.
_ ya deja de caminar, me estás mareando.- William se paró y camino hasta el sofá, de ahí tomo una hermosa caja y se la entrego. _ ponte esto, es lo último que haré por ti, me daré una ducha cuando salga espero y estés lista. - sophia no dijo nada, simplemente asintió con la cabeza.
(...)
William entro al baño, mientras sophia abría la caja encontrando un hermoso vestido azul oscuro, los tacones le combinaban a la perfección, sabía perfectamente que hacer, era algo que casi no le gustaba utilizar, pero debía hacerlo si quería salir de ese sitio.
El vestido le quedaba a la perfección, como hecho para ella.
_ ya estás lista. - le pregunto William, la observo con asombro, se veía muy sexi con ese vestido, un escote en forma de corazón, resaltaba sus pechos perfectos, una abertura en la pierna derecha, dejaba ver parte de su muslo, sophia batallaba para cerrar él cierra del vestido.
_ si, solo me falta lograr cerrar esto. - le respondió, el camino hasta ella, quedando detrás, corrió su cabello, dejando al descubierto su blanca piel, un ligero toque provocó en ambos una electricidad.
_ listo.- le dijo él al cerrar su vestido.
_ gracias. - sus mejillas teñidas de un rojo carmesí. La hacían ver muy hermosa, pensó William, ese vestido permitía apreciar sus curvas.
_ bien, espérame aquí en un momento salgo. - William entro a otra habitación donde se vistió, se suponía que ese día cenaría con su prometida y luego irían a un evento al que había sido invitado, él había comprado ese hermoso vestido para que ella lo usará.
_ ya estoy listo. - sophia lo observo muy atenta, se veía muy guapo pensó ella _ cuando termines de mirarme me avisas, se me hace un poco tarde.- ella bajo la cabeza avergonzada.
_ lo siento.- se disculpó._, pero es usted muy guapo.
_ no tienes, vergüenza, no importa, después de todo como te llamas.- Le pregunto.
_ sophia Anderson, señor es un gusto.- ella entendió su mano, William la estrecho volviendo a sentir la misma electricidad.
_ William, sophia Anderson, acaso eres hija de... no importa deja así.
William la tomo de la mano y la saco de la habitación.
_ señor mis cosas. - le recordó sophia.
_ mi asistente se encargara de eso, y por favor llámame William, ni soy tan viejo. - le dijo el.