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Mi Sumiso Incubus

Mi Sumiso Incubus

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Dominación / Equilibrio De Poder / BDSM / Demonios / Chico Malo
Popularitas:5.5k
Nilai: 5
nombre de autor: AC MirikaVerena

Balvin, un joven incubus, se encuentra en su última prueba para convertirse en jefe de territorio: absorber la energía sexual de Agustín, un empresario enigmático con secretos oscuros. A medida que su conexión se vuelve irresistible, un poder incontrolable despierta entre ellos, desafiando las reglas de su mundo y sus propios deseos. En un juego de seducción y traición, Balvin debe decidir: ¿sacrificará su deber por un amor prohibido, o perderá todo lo que ha luchado por conseguir? Sumérgete en un mundo de pasión, peligro y decisiones que podrían sellar su destino. ¿Te atreves a entrar?

**Advertencia de contenido:**

Esta historia contiene escenas explícitas de naturaleza sexual, temas de sumisión y dominación, así como situaciones que pueden ser sensibles para algunos lectores. Se recomienda discreción.

NovelToon tiene autorización de AC MirikaVerena para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

A las puertas del poder

— Ha aah haa– '¿Cuántas veces lo hizo? Volví a perder la noción del tiempo...'

La cabeza del joven era empujada desde la nuca hacia la almohada. Con el trasero levantado, se aferraba sin fuerzas a las sábanas. El constante traqueteo y los punk violentos se volvían ecos en aquella elegante habitación. Podía sentir su espalda baja partiéndose en dos, junto a un vacío en su estómago. El hormigueo de sus extremidades dormidas hacía rato había comenzado a picar, volviéndose incómodo. Estaba sudado, adolorido, babeando y lagrimeando.

Una estocada violenta, y otra aún más poderosa... así, una y otra, y otra vez, aquel que estaba encima se clavaba con el afán de enterrarse lo más profundo posible.

—¿Cómo llegué a estar en esta situación? —pensó mientras su cuerpo temblaba, sin poder moverse.

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El sonido silbante de ráfagas resonó por el extenso y elegante pasillo, una bruma perpetua que barría las nubes bajo sus pies. Aquel cuerpo espectral con forma humana se desplazaba con ligereza; así eran todos los íncubos.

Medía cerca de metro ochenta, delgado y en forma, su andar era elegante, con una sensualidad inherente en cada movimiento. Su figura, aunque casi traslúcida, irradiaba una tenue luminosidad que acentuaba sus tonalidades frías y suaves: cabellos largos y rubios que caían por encima de sus hombros, piel rosada y pulcra. Facciones finamente armoniosas acompañaban la seriedad de su expresión, acentuando un magnetismo etéreo y perturbador.

Vestía un manto brumoso, hecho del mismo material neblinoso que componía el limbo, cuyos pliegues flotaban alrededor de él, como si fueran parte de su propia esencia. En la espalda, el emblema de la academia "7 puertas", una de las más prestigiosas del infierno que se alzaba en aquel misterioso plano. El símbolo mostraba siete puertas únicas, cada una más enigmática que la anterior, rodeando un siete en hebreo, el cual parecía brillar débilmente en la neblina.

Caminó hacia un firmamento suspendido, donde un pupitre de nubes lo elevaría hacia las altas nubes grises. A su alrededor, una docena de íncubos encapuchados en sedas doradas y rojas lo observaban desde sus posiciones, sentados en lo alto, entre columnas de mármol espectral que se alzaban hacia el cielo nublado. Eran los doce más importantes de la academia, encargados de evaluar y decidir el progreso de cada estudiante privilegiado

—Balbin, volviste con éxito. La academia está agradecida por tu desempeño —aseguró una voz suave y relajada.

—Me esforcé —respondió Balbin, inclinando ligeramente la cabeza. 'Ni siquiera tuve que... solo era una orgía mucho más grande, no fue nada nuevo', pensó con desdén.

—Tardaste más de lo que se esperaba —gruñó uno de los encapuchados con voz grave, denotando cierto disgusto.

Balbin levantó una ceja y respondió con tono controlado:

—Me disculpo, pero las circunstancias fueron más complejas de lo previsto.

'Este desgraciado siempre encuentra con qué fastidiarme... seguramente no tardará en nombrar a mi hermano', pensó Balbin con frustración.

—El resultado fue el previsto —dijo el encapuchado de la capucha roja, interrumpiendo con una voz firme e hipnótica, lo que calló al anterior—. Gracias a esto, tu examen final ya fue dictaminado.

Los aplausos resonaron en la sala, aunque eran solemnes y medidos.

—Gracias —dijo Balbin, inclinándose de nuevo. En ese momento, escuchó el inconfundible gruñido del encapuchado que tanto detestaba. Sabía lo que vendría a continuación.

'Aquí viene...'

—En consideración a tu desempeño —empezó el gruñón—, y las recomendaciones de O'olkij...

'Predecible' —pensó al escuchar el nombre de su hermano, conteniendo una sonrisa sarcástica.

—Se te permitirá hacer tu última pasantía en el distrito 5.

La sonrisa de Balbin fue suave, pero cargada de orgullo. Reverenció varias veces y dijo:

—Agradezco su apoyo. Estoy seguro de que volveré a enorgullecer a la academia.

'No estuve medio milenio aquí solo para jugar a aguantar sus estúpidas críticas', pensó mientras alzaba la mirada, con una determinación que casi rozaba la arrogancia.

—Balbin, aprobaste de nuevo, pero no olvides que debes seguir esforzándote. Los deseos humanos han sido foco de estudio. Últimamente, se han vuelto erráticos e impulsivos. Recuerda que nada debe afectar el equilibrio; el placer humano es la energía de nuestro Magna, el sostén de nuestra supervivencia —dijo la voz hipnótica, con un aire de advertencia velada.

Balbin asintió, aunque una pequeña parte de él se sentía inquieta. No lo pensó mucho más y se lanzó de la plataforma, apareciendo fuera del lugar.

Esta sección del limbo era similar a un cielo frío y armonioso. Edificaciones se alzaban sobre los caminos y suelos de nubes.

Mientras caminaba, comenzó a cruzarse con otros íncubos. Al pasar, estos murmuraban y hablaban sobre él, lo que no hacía más que inflar su orgullo. Cada comentario envidioso o admirador alimentaba su ego. Sin embargo, sabía que el verdadero sustento no venía de esas miradas, sino del incomparable Magna, la energía sexual que solo los humanos podían generar.

Un brazo rodeó su cuello de manera juguetona, y no tuvo que adivinar quién era. Siwel, un íncubo de su misma clase, lo había alcanzado.

—¿Cómo te fue con los arcaicos? —preguntó Siwel con una sonrisa burlona.

—¿Cómo crees? —respondió Balbin, sonriendo orgulloso.

Siwel lo sacudió ligeramente, provocando que Balbin frunciera el ceño y se apartara bruscamente.

—Escuché que Fulder también fue llamado hoy —añadió Siwel con un tono de curiosidad.

—Tss, ¿y qué?

—¿Y qué? Sabes que es tu competencia. Es el más joven de los arcaicos, apenas tiene unos milenios más que nosotros, y ya tiene todo el centro de Roma bajo su poder. Claro que está supervisado, pero sigue siendo suyo. Aunque su forma espectral es un...

—Tss, repulsivo —interrumpió Balbin con desdén.

—Los deseos humanos a veces lo son —replicó Siwel con una sonrisa ladina.

—No voy a rebajarme a ese nivel. Y me da igual lo que pase en Roma. Ya tengo un distrito en la mira.

—Eres igual de audaz y ambicioso que siempre. Nadie se atrevería a desafiar tan abiertamente el territorio de un Incubus jefe mucho menos al de Las Vegas. —dijo Siwel, dejando caer la última frase con cierta precaución.

Balbin se detuvo y se colocó frente a su compañero, con una sonrisa cargada de confianza. Siwel era un poco más alto que él, pelirrojo y de aspecto tan sensual como peligroso. Ambos, hijos de Lilith, compartían una capacidad única para hipnotizar a quienes los miraban.

—¿Desafiar? —dijo Balbin, sonriendo con ironía—. Voy a derrocarlo poco a poco, hasta obtener el distrito y a todos sus subordinados. Seré el jefe, y el infierno no podrá calcular el Magna que vamos a producir en masas.

Siwel levantó los hombros, acostumbrado a la ambición desmedida de su amigo.

—Primero, empieza por terminar las pasantías... Ese es tu examen. Después, busca cómo llegar al distrito cinco.

Ante la sonrisa victoriosa de Balbin, Siwel lo empujó juguetonamente.

—¡No me digas que te dieron las pasantías en el distrito cinco!

—Shh... cálmate —respondió, bajando el tono.

—Es cierto —murmuró Siwel, recordando que no podían compartir las ubicaciones de sus exámenes.

—Como sea... tengo que prepararme. Debo estudiar a mi objetivo. Ese arcaico no me lo pondrá fácil —dijo Balbin, con una sonrisa ambiciosa.

—¡Ese gruñón! —exclamó Siwel.

—Ja, ja... estaría decepcionado si él no me desafiara. Al final, terminará perdiendo como siempre.

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AC MirikaVerena
Se trata de una sigla que combina las letras iniciales de las palabras Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. Osea, Bal y Agus en todo su esplendor :v
Dalys Jan: interesante 🤔🤭😋😉🤭
total 1 replies
J.G.A
por favor autora necesito más
J.G.A
no que muy muy pues
J.G.A
jajajaja
J.G.A
nmms con este vato
J.G.A
me caes muy bien jaja
J.G.A
jajajaja dando apoyo moral
J.G.A
jajajajajaja me dio risa
J.G.A
oo dijo que te esperes
J.G.A
jajajaja
J.G.A
que es BDSM alguien ne explica por favor
J.G.A
a ver si entendí osea que quiere saber si se lo pueden cojer en ese forma
AC MirikaVerena: Jajajaja!
total 1 replies
J.G.A
aaaaa me encanta es como cuando vas hacer una pendejada con tus amigos y el responsable les da permiso
Dalys Jan
☆☆☆☆☆《}
J.G.A
es un el amigo y lo deja seco
J.G.A
me encanto
J.G.A: estaré más encantada para que no dejes de actualizar ame tu novela
AC MirikaVerena: ¡Gracias!
total 2 replies
J.G.A
necesito más fe esta historia me emgancho
J.G.A
te dejo con ganas
J.G.A
jajajajaj xd
J.G.A
le salio el tiro por la culata hahajaja
J.G.A: jajjajajaja
AC MirikaVerena: .......
total 2 replies
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